Artículo exclusivo de la Asociación Argentina de Pesca con Mosca para la Revista Aire Libre. Parte VI: Cañas de dos manos.
Aparecidas en el rio Spey, en el sur de Escocia, a medidados del siglo anterior, las cañas de dos manos han tenido un resurgimiento notable en los últimos veinte años, provocando una verdadera ola de entusiasmo que ha recorrido la pesca con mosca.
En su versión actual han reaparecido de la mano de pescadores escandinavos y principalmente de los pescadores de steelhead en los ríos que desaguan sobre el Pacífico, en el noroeste de Estados Unidos.
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Estos rios, como el Spey, corren encajonados en orillas tupidas de vegetación que no permiten la extensión hacia atrás de la línea de un tiro de pesca normal, y tampoco adentrarse mucho en ellos para buscar distancia, sobre todo en la pesca de invierno en que llevan mucho caudal y hacen necesarios los tiros largos con líneas que profundicen rápidamente.
Estas condiciones son ideales para las cañas de dos manos, pues permiten tiros largos de líneas pesadas que puedan trasladar sin mucho esfuerzo una mosca voluminosa, a una distancia que sería difícil de alcanzar con cañas de una mano.
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Las cañas actuales están entre 11 y 14 pies, y comparadas con las cañas de una mano de tendencia actual son de acción mucho más lenta, esta mayor flexibilidad junto con la propia técnica del lanzamiento hace que la mayor parte de este esfuerzo lo haga la caña, a diferencia de las de una mano actuales, mucho más duras, en las que sería necesario un esfuerzo mucho más grande del pescador para lograr la misma distancia.
Los números más usuales en estas cañas están entre 6 y xx las que nos permitirían cubrir ríos anchos y caudalosos como el Chimehuin, Rio Grande en Tierra del Fuego, el Limay o cualquiera de las bocas. Si bien en muchos de estos escenarios no tendríamos obstrucciones por detrás, sí vamos a tener la necesidad de efectuar lanzamientos largos de líneas de hundimiento y proyectar moscas voluminosas con mucha resistencia al viento, condiciones todas éstas en las que sobresalen este tipo de cañas.
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La utilización de los materiales actuales, como la fibra de carbono, ha permitido la fabricación de un nuevo concepto en este tipo de cañas, que lejos de las largas y pesadas de su origen, han evolucionado hacia cañas más ligeras y más cortas pero sumamente potentes como las cañas switch aptas para una gran variedad de tiros, incluso sobre la cabeza del pescador como si fuera caña de una mano.
Estas miden entre 10 y 11 pies, y arrojan líneas que están en la mitad del peso de una línea de spey corriente, lo que las hace sumamente versátiles y así funcionan como una puerta de entrada hacia el mundo del lanzamiento con caña de dos manos dado que permiten una gran variedad de tiros y se acomodan perfectamente a situaciones cambiantes.
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Son en realidad una solución para todas aquellas situaciones en que deberíamos utilizar una caña 9 que nos resultaría sumamente cansadora, y que resolveríamos fácilmente con una caña switch capaz de arrojar líneas equivalentes pero con mucho menos esfuerzo y posiblemente a una mayor distancia.
Es que en realidad, en situaciones reales de pesca todas estas condiciones vienen juntas.
En un rio ancho y seguramente caudaloso, no vamos a poder internarnos vadeando lo suficiente como para tener espacio atrás para desplegar el lanzamiento, también vamos a necesitar una línea pesada que pueda trasladar una mosca voluminosa, y el mejor lugar de pesca va a estar cercano a la otra orilla.
En este caso no lo dude, la herramienta adecuada es una caña de dos manos.
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