Mapa de la violencia 2013. Informe especial, el fracaso del desarme.
Por Fabricio Rebelo – Licenciado en derecho, investigador en seguridad pública y coordinador regional (NE) de la ONG Movimiento Viva Brasil
Uno de los parámetros más utilizados para la comprensión de la violencia homicida en Brasil, el “Mapa de la Violencia” presenta, en su más reciente edición (2013), datos que, aún con la indifrazable contaminación de la ideología desarmamentista, conducen a la conclusión en que más coinciden los estudiosos de la seguridad pública: las políticas de desarme no reducirán los homicidios en el país.
En consonancia con el Mapa, publicado por el Centro Brasileño de Estudios Latino-Americanos, fueron muertas en Brasil, en el año 2010, 38.892 personas con uso de arma de fuego, cantidad que supera en 3.907 personas a las 34.958 registradas en el año 2000. Porcentualmente, en la década investigada, hubo un aumento en las muertes por arma de fuego del 11,25%, computándose accidentes, suicidios, homicidios y otras causas indeterminadas [1].
En el mismo periodo, en consonancia con los datos disponibles en el IBGE [2], la población brasileña creció un 12,33%, pasando de 169.799.170 a 190.732.694 de habitantes. Por lo tanto, para fines estadísticos y considerado el margen de variación inherente a cualquier investigación con parámetros poblacionales, los números son equivalentes, no pudiéndose atribuir cualquier significación relevante a la irrisoria diferencia del 1,08% entre el crecimiento poblacional y la de muertes por armas de fuego.
La situación cambia un poco cuando se toman en cuenta sólo los casos de homicidio. De acuerdo con el estudio, fueron asesinadas con arma de fuego en el país, el año 2000, 30.865 personas, número que, diez años después, aumentó a 36.792 [3], en una variación del 19,2%, o sea, ya significativamente por encima del crecimiento demográfico.
Ya en un primer análisis, por lo tanto, los números comprueban que, entre los años de 2000 y 2010, los índices generales de muerte por arma de fuego en Brasil prácticamente variaron en la misma proporción de su crecimiento demográfico, pero con un relevante aumento en la tasa de homicidios con ese medio. Con eso, claramente ya se puede observar que las ampliamente difundidas políticas de desarme implementadas en el país en ese periodo, fueron enteramente ineficaces para la contención de las muertes por homicidios.
La conclusión se refuerza ampliamente cuando son analizados los efectos de la política desarmamentista en materia de circulación de armas de fuego en Brasil. En el exacto mismo periodo de 2000 a 2010, el comercio de armas de fuego en el país, en concurrencia con las legislaciones restrictivas coronadas por el actual estatuto del desarme, sufrió una drástica reducción del 90%.
Había en el país, el año 2000, cerca de 2400 establecimientos registrados en la Policía Federal autorizados al comercio de armas y municiones. Ya en 2008, quedaban sólo 280. En 2010, de acuerdo con diversas investigaciones promovidas por órganos del propio gobierno, organizaciones no gubernamentales y centros de investigación académica, el comercio especializado de armas y municiones se reducía al 10% de los establecimientos habilitados una década atrás [4].
Paralelamente a eso, las campañas de desarme, en especial la realizada entre los años de 2004 y 2005, precediendo el referéndum de este último año, retiraron de circulación cerca de medio millón de armas entre la población civil brasileña [5], número que hoy ya alcanza, en consonancia con datos oficiales del Ministerio de la Justicia, 618.673 [6].
Considerando que, de acuerdo con los datos del Sistema Nacional de Armas – SINARM, hay hoy en Brasil poco más de 1,6 millones [7] de armas con registro activo, el total de armas recogidas representa más del 27,5% del universo de la sumatoria de las actualmente registradas y de las ya recogidas. En otros términos, comparándose el total de las armas hoy registradas y la de aquellas que ya fueron entregadas en campañas de desarme, las armas en poder de los brasileños ya fueron reducidas en más de 1/4 de su total.
En una realidad en que el 90% del comercio de armas fue extinto en el país y más de seiscientas mil de ellas ya fueron retiradas de circulación, no quedan dudas de que, si las armas legalmente poseídas por la sociedad brasileña tuvieran vinculación con el número de muertes, los respectivos índices habrían sufrido igualmente significativa variación descendente.
Sin embargo, como se ha demostrado aquí, aún con tamaña persecución a las armas de fuego, las muertes generales por su uso en el país crecieron en la exacta misma proporción del crecimiento poblacional, mientras los homicidios aumentaron en una tasa por encima de este. En 2010, con 90% de reducción en el comercio de armas y más de medio millón de ellas ya recogidas, la tasa de muertes con su uso en el país fue la misma de una década antes, con una variación estadísticamente despreciable de sólo 1% (20,6/100mil en 2000 contra 20,4/100mil en 2010), al tiempo en que la tasa de homicidios aumentó más del 6% (18,2/100 contra 19,3/100mil) [8]
Los números, una vez más, comprueban que no existe relación directa entre la cantidad de armas en circulación entre la población civil y las tasas de muertes por su uso. La drástica reducción en el acceso del ciudadano brasileño a las armas de fuego no representó ninguna contención en las muertes en que ellas son empleadas y no impidió el considerable aumento de los homicidios en el país.
La explicación es simple: leyes restrictivas a la posesión y a la portación de armas sólo desarman a aquellos que cumplen las leyes. Sin embargo, en Brasil o en cualquiera otro lugar, como ya reconoce la propia ONU, en la casi totalidad de las veces en que un homicidio es cometido con una arma de fuego, quien tira del gatillo es un criminal habitual [9].
[1] WAISELFISZ, Julio Jacobo – Mapa da Violência 2013 – Mortes Matadas por Armas de Fogo : CEBELA, 2013, p. 11.[2] Censo 2010 – IBGE. Disponível em http://www.ibge.gov.br/home/presidencia/noticias/noticia_visualiza.php?id_noticia=1766
[3] Ob. Cit., p. 11
[4] Vide: Venda legal de armas já caiu 90% em dez anos – http://terramagazine.terra.com.br/interna/0,,OI5077633-EI6594,00-Venda+legal+de+armas+ja+caiu+em+dez+anos.html
[5] http://www.brasil.gov.br/noticias/arquivos/2011/12/12/armas-de-fogo-mataram-mais-de-36-mil-em-2010-segundo-o-ministerio-da-justica
[6] Vide : http://blog.justica.gov.br/inicio/primeiro-mes-do-ano-registra-aumento-de-51-de-armas-entregues/
[7] 1.624.832 de registros ativos em 2012, segundo o SINARM.
[8] WAISELFISZ, Julio Jacobo – Mapa da Violência 2013 – Mortes Matadas por Armas de Fogo : CEBELA, 2013, p. 13.
[9] 2011 GLOBAL STUDY ON HOMICIDE – United Nations Office on Drug and Crime, p.10.
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