En Embalse recrearon la estación de piscicultura. Apuntan a repoblar el lago con una especie que atraía a miles de pescadores. Se llevarán a otros diques.
Nota de Carina Mongi publicada por La Voz del Interior en su edición del 27 de Mayo de 2014.
Con el propósito de resembrar con esta apreciada especie este y otros lagos cordobeses, desde hace más de un año el municipio de Embalse comenzó a desarrollar un proyecto para la cría y posterior siembra de alevines de pejerrey. Los piletones de la vieja Estación Hidrobiológica Fitz Simon, pegada al vertedero del dique, fue recuperada con este fin.
Días atrás, se realizó la primera siembra directa de un plantel de unos 20 mil ejemplares juveniles y 1.100 reproductores, que llevaban un año y medio de crianza en la planta y que fueron comprobados como aptos en sanidad desde el Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas). También se sembraron más de 200 mil ovas, en la correntada del río Ctalamochita, que serán arrastrados hasta el lago de Segunda Usina, pegado al de Embalse.
Walter Urquiza, a cargo de la estación de piscicultura, sostuvo que la merma de pejerreyes se percibe desde hace al menos dos décadas. En estos últimos meses, sembra ron cien mi l ejemplares en el lago de Segunda Usina y 50 mil en Embalse. “Es una primera etapa de un proyecto cuyos frutos se verán a largo plazo”, aclaró.
Según dijo, el aumento de la temperatura en el agua del lago (a causa del calentamiento global y también de la instalación de la Central Nuclear que refrigera el reactor en sus aguas), sería una causa probable que influyó en la disminución de la población de ese pez, emblema del lago. Mientras, otras especies como la carpa y la tararira han proliferado notoriamente.
En general, la mayoría de los que de pesca dicen saber, interpretan que la causa central de la pérdida del pejerrey obedece a la pesca furtiva, con redes, para fines comerciales. A pesar de múltiples anuncios e intentos, nunca pudo ser controlada. Tampoco parece haber servido la prohibición, durante años, de pesca embarcada nocturna.
El intendente de Embalse, Federico Alesandri, subrayó la importancia de un trabajo conjunto entre los pueblos que se encuentran en el perilago, para combatir la pesca furtiva. “Se debe concientizar a toda la población en la necesidad de preservar este recurso no sólo desde el punto de vista ambiental, sino también económico, como fuente de ingreso por el turismo”, opinó.
Intermitente
La planta de piscicultura de Embalse fue inaugurada en 1938, al poco tiempo que se habilitó el dique, pero funcionó de forma intermitente, con la cría de pejerreyes y de truchas, en cambiantes proyectos, públicos y privados.
Desde hace un año y medio, el municipio decidió refundarla. El proyecto es supervisado por especialistas del Conicet y del Intech (Instituto Tecnológico de Chascomús), con años de experiencia en la investigación de estos peces.
Uno de ellos, el biólogo Leandro Miranda, marcó que son bajos los porcentajes de alevines que llegan a adultos. “La estrategia es sembrar mucha cantidad, por los depredadores y por los que no se van a adaptar a las variables climáticas, por eso se debe introducir una población que se autosustente. Para esto hay que sembrar, sembrar y sembrar”
Cómo se recuperó en la laguna de Chascomús
En la laguna de Chascomús, de la provincia de Buenos Aires, lograron revertir el proceso de menor presencia del pejerrey.
El biólogo Leandro Miranda contó que allí la pesca furtiva tuvo una marcada influencia negativa, sobre todo por la extracción de reproductores. “El pejerrey es sensible, tarda en reproducirse y no es de las especies más fecundas”, señaló.
En el otro extremo, como en lagos cordobeses, –ejemplificó– están las carpas, “que tienen un alto índice de reproducción, alta fecundidad y se adaptan a condiciones climáticas diversas”.
El pejerrey es una especie sensible, a la que perjudican las temperaturas elevadas. “Además, otras especies suelen comerse sus huevos y los juveniles. Eso, se suma a la pesca deportiva y a que también puede haber algo de contaminación”, añadió, entre los factores que suelen incidir.
Cuando comenzaron a trabajar, en 2007, prácticamente el pejerrey había desaparecido de la laguna bonaerense. Unos cuatro años les llevó revertir la situación, con la siembra como herramienta principal, pero también con controles rigurosos entre los pescadores y con estudios que permitían monitorear si las condiciones para la siembre eran las adecuadas. En 2011, ya se pescaban pejerreyes superiores al kilogramo.
Chascomús recuperó la pesca deportiva y recibe cada fin de semana a unos cinco mil turistas atraídos por el pejerrey. “Pero todos los años se siembra y se hacen estudios de la laguna”, completó Miranda.
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