¿Se anima a dar en el blanco? “Una vez si, dos no” .
Eso dijo el General en el certamen mundial de tiro de 1949, y le pidieron que lo hiciera otra vez.
Aqui reproducimos una nota que seguramente dio “en el blanco” en 1949, cuando se disputó en Buenos Aires el Campeonato Mundial de Tiro. La ciudad fue sede de la importante competencia durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, que le supo dar una relevancia fundamental a este deporte – como a todos, por supuesto-, y allí se reunieron figuras internacionales que convocaron a verdaderas multitudes amantes de esta disciplina durante casi un mes.
El Tiro Federal Argentino, ese hermoso espacio que se encuentra frente al Monumental, el estadio de River Plate, “compartía” los aplausos de los fervientes simpatizantes de la banda roja con aquellos que se instalaron en el predio de los disparos. Se integraban los amantes de uno y otro deporte, fundamentalmente los domingos, cuando jugaba el equipo en aquel entonces compuesto por varios cracks de la historia, como Angel Amadeo Labruna, Adolfo Pedernera y Félix Lousteau. Formaban la famosa delantera denominada “La Máquina”, con el agregado de otros dos famosos: Juan Carlos Muñoz y José Manuel Moreno.
Pero la vivencia de esta nota tiene un protagonista sin duda, un estadista y deportista completo, a quien el tiro al blanco lo había convertido en un apasionado.
Su nombre: nada más ni nada menos que el mismo presidente de la Nación y líder de los trabajadores argentinos: el general Juan Domingo Perón. Esta figura trascendental de la Argentina que rebasó fronteras, abriendo el camino de un futuro digno para la Argentina, nunca olvidado, dispuso hacer una visita al recinto del certamen acompañado por un núcleo de agregados militares extranjeros.
Previamente, el general Perón, en su brillante carrera militar, había practicado tiro al blanco y esgrima en diferentes lugares del Ejército, pero con mayor asiduidad el difícil deporte de la esgrima en el club Tigre, que se convirtió en la primera institución a la que sea asoció y se sumó como integrante “ad honores”.
Allí, para recordar un poco más la capacidad deportiva de esta figura señera en la política nacional, se enfrentaba con otros dos grandes de la destreza de la espada, como Félix y Oscar Galimi, verdaderos expertos en la materia.
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QUIENES LO VIERON
Uno de esos domingos del Campeonato Mundial de Tiro, que ya iba llegando a su fin, la agencia Télam dispuso que el que escribe cubriera el acto de la visita al predio del Tiro Federal.
Allí estaban mostrando su habilidad verdaderos campeones de tiro al blanco – tanto con rifle como con pistola- como Oscar Bidegain, Antonio Cannavo, Pablo Cagnasso, Federico Gruben, Alberto Martijena, Enrique Díaz Sáenz Valiente, Oscar Cervo, Enrique Furtado, José Roger, León Bozzi, Carlota B. de Chouciño Linares y otros mundialistas de brillante campaña en todos los escenarios del mundo. Uno de ellos, Jack Lerner, de procedencia norteamericana, sobresalió en una de las disciplinas que componían el relevante certamen deportivo.
Todos ellos estuvieron presentes cuando ese día llegó al lugar el general Perón. Saludó a todos los participantes, bebió una copa de champán que le sirvieron para celebrar este verdadero acontecimiento que vivía el país en esta faz deportiva y, de inmediato, un diálogo lleno de matices generó un largo encuentro.
Los periodistas pudimos escuchar entonces el interés de los deportistas por conocer aspectos de la política dispuesta por el general Perón en las actividades deportivas, y se apartaron un momento de la competencia propiamente dicha para interiorizarse de lo que ocurría en otras disciplinas.
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EN EL BLANCO
El diálogo fue tomando un cariz casi intimista, y de allí que uno de los agregados militares latinoamericanos se aproximó a Juan Domingo Perón para decirle algo que había escuchado de alguien muy cercano. Se escucharon entonces estas palabras: “Señor Presidente, sabemos que usted practica este deporte (tiro al blanco); ¿se anima a dar en el blanco?” El General sonrió y sin hesitar solicitó un arma adecuada para la práctica que iba a realizar. Le acercaron una pistola cuya marca no recuerdo, y apuntó sobre una silueta. Impacto justo, certero.
Recibió los aplausos de todos y hasta se escuchó una voz que le gritó: “Bravo, General”. Por supuesto que esa intimidad continuó más tarde con otras preguntas, pero del propio Presidente, que quería conocer cuáles eran los puntajes de cada una de las ramas que se estaban disputando, como pistola libre, silueta olímpica, tiro al platillo individual y por equipos, carabina para damas y conjunto de armas, cuyo triunfador absoluto fue Pablo Cagnasso, que se convirtió en primer Maestro Tirador Mundial del Conjunto de Armas.
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SEGUNDA VEZ, NO
La cordial y distendida charla se prolongó mientras caminaban observando los diversos sectores donde se disputaba la competencia.
De pronto, otro de los agregados, también latinoamericano, no reprimió el impulso y lo hizo público: “Señor, ¿por qué no repite una vez más?” Perón miró, volvió a sonreír, caminó unos pasos y se detuvo. A su alrededor lo hicieron todos los visitantes y los propios tiradores, esperando una nueva demostración.
Pero quedó plasmada en estas palabras: “Señores: una vez, sí; pero dos veces, no”.
Entonces, con ese carisma inigualable de uno de los hombres y estadistas más grande de la historia argentina, tras recibir la calidez y sonrisas de los presentes, dio a entender que su práctica de disparo al blanco era meramente de corta trayectoria, lo que dejaba traslucir, sin decirlo, que en este caso la buena fortuna había permitido que el disparo ingresara justo en el punto central.
Lo que llamó la atención en aquel momento tan recordado por quienes estuvimos allí y muchos de los cuales, aún hoy con vida, deben mantener en su mente, es el interés que despertó la presencia de Perón en el recinto, ya que muchos de los grandes deportistas de esta competencia preguntaban sobre temas proyectados a la creciente Argentina de aquella época que avanzaba hacia la consolidación fundamental de un país: la dignidad en el trabajo y la realización de obras. En las líneas finales de esta historia verdadera, vivida dentro del contexto de este profesional, como así de otros cronistas, destaquemos que vivencias similares -son muchas- seguirán en próximas ediciones dominicales de “Crónica”.
Hasta entonces.
Nota publicada el 29/05/2011 en el Diario Crónica. Firmada por Roberto Di Sandro y reproducida en AIRE LIBRE N° 3 de Setiembre 2011
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Marcelo
El que escribio la nota porque agrego lo del partido de futbol en river plate, que tiene que ver con el centro de la nota que es peron en tiro deportivo? En fin….otro mediocre periodista deportivo que para el solo existe un deporte
Jorge Saenz
Todavía recuerdo la llegada del Pte. Perón y de su esposa Eva Duarte al Polígono Centenario del TFA. Ese Mundial fue la cumbre del Tiro Deportivo.Argentino por sus sobresalientes resultados.
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