3ra. Parte de la columna de Arquería del Lic. Andrés F. Verde (*) en Aire Libre.
(*) Kinesiólogo Fisiatra (UBA) dedicado a la enseñanza del tiro con arco desde 1998, siendo también Entrenador WA Nivel II y Entrenador Nacional AATA. Campeón Argentino (Longbow) en 13 oportunidades. Actualmente con un record de 79 primeros puestos en torneos, desde 1993. www.arcosur.com
Una de las cosas que me preguntan habitualmente es cómo se apunta con un arco tradicional, si no tiene aparatos de puntería… Mi respuesta más común es contarles que básicamente, de la misma forma en que una persona arroja una piedra o un deportista proyecta una pelota del deporte que sea, con un objetivo determinado.El ser humano posee ciertas habilidades coordinativas, de cálculo y de focalización, que permiten que con cierta técnica y práctica, se pueda acertar un objetivo con un proyectil.
Esta es la forma más ancestral de tiro y que permitió usar el arco en las más diversa situaciones de caza y guerra. Se la conoce como tiro “Instintivo”, pero el término no es correcto científicamente. Si fuese instinto, todos sabríamos tirar con arco sin necesidad de aprender, por ejemplo.
Se trata de un tiro con referencias inconscientes, en el cual nuestro cerebro hace una elaboración de la información, para generar un cálculo y lograr acertar en el blanco. La información proviene de la posición de nuestro cuerpo, de la disposición del entorno, de la imagen percibida y de la información adquirida en la práctica previa de miles de tiros.
Todo este caudal de datos es elaborado inconsciente y rápidamente en nuestro cerebro, para alcanzar el blanco. De la misma forma que en el fútbol, golf, tenis o básquetbol, por ejemplo. Si tengo que elegir un nombre que lo describa, me inclino por la idea de tiro natural o intuitivo, ya que estos términos de acercan al máximo a la descripción del proceso que ocurre en nuestro cerebro.
Cuando el tiro con arco se comenzó a utilizar con fines deportivos, con distancias fijas y blancos estáticos, se desarrollaron técnicas específicas para lograr la máxima consistencia posible en los impactos y agrupaciones. Son técnicas de colimado del tiro, aún ante la ausencia de miras.
Básicamente consisten en hacer conscientes algunas referencias visuales (punta de flecha o alguna parte del arco) para alinearlas con el blanco en búsqueda de consistencia en altura y deriva. Los elementos disponibles para la tarea son los mismos, pero en este caso es un tiro con referencias conscientes.
El arquero en base a su práctica puede aprender donde colocar la punta de la flecha para acertar en el blanco, en diferentes distancias. Por ejemplo: Base de diana a 10m, centro de diana a 20m y techo de diana a 30m.
Ambos sistemas de apuntado conviene ejecutarlos con ambos ojos abiertos; y a su vez pueden combinarse con diferentes agarres de cuerda (a la altura de la flecha o por debajo), o diferentes anclajes en la cara (desde el ojo hasta el pecho), para obtener tiros a diferentes distancias. En el caso de competencias deportivas, es importante conocer las variantes permitidas de cada división, para no incurrir en una falta reglamentaria.
Sea cual fuese la técnica de apuntado que uno elija posteriormente dentro de las variantes posibles y permitidas, es fundamental conocer cuál es nuestro ojo dominante (el que apunta naturalmente ) y posicionarnos en el tiro de acuerdo a eso cuando comenzamos el aprendizaje, con ayuda de nuestro instructor.
El ser humano posee lateralidad de ojos, de manos y de piernas. Todas son independientes entre sí y su combinación no influye en el desempeño. Pero seguir al ojo dominante nos posibilita desarrollar nuestro tiro hasta su techo más alto, utilizando el máximo de la información disponible y facilitando la coordinación.
Por el contrario, posicionarnos contrariando a nuestro ojo guía (quizás por seguir a nuestra mano hábil), significará un enorme esfuerzo para obtener el mismo o menor resultado… Como un peón de campo conocido que contaba gran cantidad de ganado. Cuando le preguntaban como hacía, el respondía: -Fácil, cuento las patas y divido todo por cuatro…
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