La isla de la Ballena Asesina
El naturalista y presentador de Discovery Channel pasó por nuestro país para promocionar su nuevo programa que incluyó una investigación en Malvinas sobre orcas y elefantes marinos.
Nota de Wilmar Merino para AIRE LIBRE
Existen pocos lugres en el mundo que el hombre no habita. Algunos de ellos, son islas remotas que encierran verdaderos misterios y enigmas del mundo animal. Allí, en esos lugares de condiciones extremas, el zoólogo y explorador mundialmente famoso Dave Salmoni, fue a grabar su nuevo programa para Discovery Channel: Islas Mortales.
De paso promocional por Argentina, Aire Libre pudo conocer a este canadiense enamorado de la naturaleza, que vino entusiasmado de una isla al sur de nuestras Islas Malvinas, donde logró develar un misterio relacionado a orcas y elefantes marinos para el capítulo bautizado “La Isla de la Ballena Asesina”.
Grabar los seis capítulos de Islas Mortales llevó tres años de proceso total, desde la idea hasta la producción (un año y medio), la grabación, la post producción, el doblaje y promoción. En eso está nuestro entrevistado ahora.
“El concepto que nos llevó a hacer éstos capítulos es el de descifrar un enigma, una situación curiosa de la naturaleza en un lugar determinado, donde no habita el hombre. Grabamos seis capítulos en ambientes absolutamente diferentes: islas tropicales y australes, volcánicas, etc. En cada episodio hemos ido a una isla en particular donde hay animales únicos que hacen algo singular.
En Malvinas los elefantes marinos estaban desapareciendo a un ritmo preocupante y no había una explicación científica para eso así que fuimos a ver qué ocurría. Las hipótesis iban desde la falta de comida a los cambios en el clima, pero nosotros pensamos que era un problema de depredación vinculado a las orcas, principales depredadores de la zona. Ellas diezmaban las poblaciones de elefantes marinos en un momento particular, cuando machos de elefantes marinos pelean entre sí, copulan, y las madres van a ocupar otro territorio. Paren ahí y dejan las crías durante buena parte del día sin cuidado… y allí es donde surgen los problemas, cuando quedan solas”.
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Si a Salmoni le pedimos que nos refleje una sola sensación que se le venga a la mente sobre Malvinas, nos dirá que “Ese viento no me lo voy a olvidar jamás. El clima era tremendo, algo que nunca había experimentado, con sucesión de lluvia, hielo y nieve –dice-. Pero lo importante era ver qué ocurría allí y encontramos que esta situación era natural, una ecuación de depredador y presa”. La actitud del explorador es importante porque “Tratamos de no interferir en los procesos naturales. De hecho yo a veces duermo solo en las islas junto a un camarógrafo, mientras el resto de la crew se queda en el barco para no desembarcar en masa en una costa y producir impacto con generadores y desechos. Otra cosa importante en ese sentido es que siempre bautizamos a las islas con nombres de ficción, como en este caso en que llamamos a la isla “Isla de la Ballena Asesina”. No damos la exactitud de la isla porque somos conscientes que nos miran millones de personas en el mundo y no queremos que estos lugares se conviertan en un destino turístico perjudicando a la fauna local”.
Los seis capítulos restantes son tan apasionantes como el de Malvinas: “En Galápagos queríamos ver cómo vivían animales en la Isla Volcán. En la Polinesia francesa encontramos la isla Tiburón y la cuestión ahí era cómo podía haber una población tan grande de tiburones en un desierto oceánico. También fuimos a la isla de los osos Grizzly en Alaska. Como generalmente en las islas no hay muchos depredadores porque no hay mucho que comer, queríamos saber porqué había tantos osos allí. También fuimos a la isla del Diablo, en Panamá, donde la gente no quería poner un pie porque decía que había un maleficio”.
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Desgraciadamente, aún en los lugares más remotos del planeta, la mano del hombre llega… para mal. “Nos ha tocado llegar a verdaderos paraísos desolados y encontrarnos basura que viene de los barcos, o desechos industriales. Y en algunas islas, notamos que los animales tienen temor a los humanos y al vernos escapan. Eso no es natural, no debería ocurrir. Lo natural, cuando un animal no ha estado en contacto con el hombre, es que sea cauteloso. Pero si tienen terror, es porque alguien ya estuvo allí causándoles pánico”.
-Nuestra revista difunde las actividades al aire libre como la pesca, la caza, el acampe y el visaje. ¿Cuáles de ellas practica en sus viajes?
-Aprendí a amar a la naturaleza cuando mi padre nos llevaba con mi mamá y mis hermanos a una cabaña familiar en las afueras de Toronto. Ahí comencé a amar a los osos negros, que fueron objeto de mi primera tesis cuando fui a la Universidad en Ontario. Precisamente estoy ansioso por terminar mi viaje por el mundo, porque nos prometimos con mis padres y hermanos volver a hacer un campamento en la cabaña como cuando éramos chicos, a mi regreso. Cazar no lo he hecho nunca. Avistaje es algo que claramente practico y es parte fundamental en mis investigaciones. Y en cuanto a pesca deportiva, no soy pescador, pero como pertenezco al grupo que nuclea a Animal Planet y Discovery Channel pude conocer en una oportunidad a Jeremy Wade, el conductor de Monstruos de Río, y él me llevó a pescar…. Juro que lo intentó, pero pese a enseñarme muy bien el pescó todos y no pesqué ninguno (risas). ¡Es un gran tipo Jeremy!
-Tuvimos oportunidad de entrevistarlo para Aire Libre y lo comprobamos…
¿En verdad?. Este hombre es muy humilde pese a que es una estrella mundialmente conocida. Yo le comenté que iba a verlo y un amigo mío me dijo que moría porque le firmara un autógrafo. Se lo pedí a Jeremy y él me dijo: “vamos a la casa a saludarlo”. Ese es Jeremy. Que además es un enamorado de los grandes peces de río, a diferencia de lo que me toca a ver a mí que es siempre fauna marina y peces de mar, como grandes tiburones.
-A propósito de tiburones, en Argentina se lleva adelante el Proyecto Tiburón que nuclea a científicos y pescadores deportivos para dejar de pescar tiburones con sacrificio y marcar las piezas extraídas para estudiar su comportamiento
-¡Eso es muy importante!. A veces uno sale a pescar y no sabe que va a sacar, pero si obtiene un tiburón debe saber que esa especie no es para la olla. Es buena la opción de que la gente pueda practicar su deporte pero, a la vez, no producir un gran impacto. Les deseo suerte con eso. En mi caso a través de la ONG que tengo, trabajamos con tiburones en Australia, donde hay muchos ataques de tiburones a seres humanos. La idea era encontrar soluciones que eviten matar los tiburones para que humanos y escualos puedan convivir en los mismos ámbitos.
La charla llega su fin y nuestro amabilísimo entrevistado nos despide con frases cordiales: “Me gusta mucho hablar con gente que ama la naturaleza y el aire libre como yo. ¡Me gustaría volver a la Argentina, cargarme la carpa en la espalda y hacer algo por aquí!. Quiero conocer la Patagonia o las cataratas del Iguazú. ¡Espero que nos veamos pronto!.
Una Profesión de riesgo
Hablando de temor, le preguntamos a nuestro entrevistado –que suele dejarse olfatear por elefantes marinos, o estar a pocos metros de osos o grandes felinos- si no tiene miedo de enfrentar esas bestias y con una gran sonrisa nos responde:
Tenemos planes de contingencia para minimizar cualquier riesgo. Se planifica muy bien cada paso que damos al filmar. Cuando uno está con grandes predadores el riesgo siempre está y solo podemos trabajar en planes para salir de esa situación. En nuestro tipo de show no podemos hacer de cuenta que estamos frente a un animal, directamente estamos frente a osos, tiburones o elefantes marinos”.
Pero pese a las previsiones, como decía Tu-Sam, “puede fallar”. Y eso es lo que ocurrió cuando Salmoni, que antes de ser famosos como presentador de TV era entrenador de grandes felinos, “discutió” con un león macho que se lo quiso comer:
Tuvimos una discusión con mi `amigo´, un león macho joven, que en un show no quiso colaborar y entonces quiso atacar mi cabeza… en un movimiento rápido le dí mi brazo para que lo mordiera y tras arrancarme algunos músculos me soltó”, dice con toda naturalidad nuestro entrevistado quien sostiene que su próximo proyecto televisivo, justamente, estará referido “a la rehabilitación de leones a la vida salvaje”.
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