Monitoreos realizados en la cuenca del río Paraná corroboran que en los últimos años las fechas de Vedas Tradicionales no coincidieron con los picos de aparición de especies, lo cual confirma la conveniencia de la modalidad de Veda Extendida.
La Veda Extendida fue instrumentada en tramos compartidos del Río Paraná entre Chaco y Corrientes, y comprende la prohibición de pesca los días sábado y domingos para pescadores comerciales y los días martes y miércoles para los pescadores deportivos.
La experiencia piloto de Veda Extendida reemplazó en el año 2011 a la tradicional Veda Tradicional o Temporal de los meses de noviembre y diciembre, periodo en que se estimaba la fecha de reproducción de los peces.
La Universidad Nacional del Nordeste, a través del Instituto de Ictiología del Nordeste, fue una de las instituciones promotoras de la Veda Extendida en el marco del Consejo Asesor del Convenio de Conservación de los Recursos Ícticos de los tramos compartidos del Río Paraná y Paraguay.
En 2013 el Comité Coordinador Argentino del Convenio solicitó al Consejo Asesor Argentino realizar un estudio técnico de los resultados de la implementación de la Veda Extendida.
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Se realizaron intercambios de opiniones entre los equipos de trabajo y se concretó una reunión presencial en septiembre de 2014. Cada grupo presentó resultados y se elaboró un informe técnico en el que se revelan datos técnicos que avalan el impacto favorable de la veda pesquera como medida de manejo del recurso.
“Los monitoreos demuestran lo apropiado de la Veda Extendida en la protección del recurso a lo largo de todo el año y en momentos de mayor vulnerabilidad del recurso” indican los doctores Sebastián Sánchez y Juan Pablo Roux, investigadores del Instituto de Ictiología del Nordeste en relación al informe técnico que recopila datos de monitoreos realizados a lo largo de la cuenca pesquera de los ríos Paraná-Paraguay.
Recuerdan que la Veda Tradicional buscaba proteger la reproducción de los peces como manera de garantizar el reclutamiento de nuevas cohortes a la pesquería, “lo que está demostrado no es necesario para el tipo de reproducción de nuestros peces”.
Es que en la región de los ríos Paraná y Paraguay los estudios realizados indican que la reproducción no se ve afectada por la actividad pesquera, y que el reclutamiento depende de la intensidad y duración de las crecientes.
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Según monitoreos realizados a lo largo de 6 años aguas arriba de la represa Yacyretá, y replicados también aguas abajo, se vio que la reproducción se produce todos los años entre septiembre y abril, sin verse afectada por la pesca.
Por otra parte, en los últimos años las Vedas Tradicionales no siempre coincidieron con los picos de aparición de las principales especies, en cambio las Vedas Extendidas tienen mayor probabilidad de coincidir con parte de los picos de aparición, según se desprende por ejemplo de estudios realizados en Antequera, Chaco.
La última veda tradicional fue implementada en noviembre-diciembre de 2010. Pero si se analiza el periodo noviembre-diciembre de 2011, ya sin Veda Tradicional, igualmente se registraron niveles muy bajos de aparición de surubí, patí y dorado, y en el mismo periodo de
2012 también se registraron niveles muy bajos de dorado y patí.
Eso demuestra que si se hubiera seguido con la Veda Tradicional se habría prohibido la pesca en periodos de baja aparición de las principales especies que sí aparecieron en mayor número en otros meses de esos años.
Incluso, hay otras especies de interés como el surubí atigrado que se capturan casi exclusivamente en invierno.
Los monitoreos sostenidos permiten realizar estimaciones basadas en datos confiables. Por ejemplo, se hizo un promedio diario a lo largo de cuatro años con los registros de capturas de la pesca comercial para de surubí para analizar comparativamente el impacto de las dos modalidades de Veda, y se estimó que aplicando la Veda Extendida se extrae un 13% menos de ejemplares que si en el mismo período se aplicara la Veda Tradicional.
Con la misma metodología de estimación se realizó a partir de datos de pesca científica obtenidos para el conjunto de la ictiofauna en Itá Ibaté y se obtuvieron estimaciones similares.
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REPRODUCCION.
Los estudios realizados en la región indican que la reproducción no se ve afectada por la actividad pesquera, y que el reclutamiento depende de la intensidad y duración de las crecientes.
“Nuestros peces se reproducen todos los años en niveles suficientes para mantener las poblaciones naturales, pero para que haya supervivencia y la reproducción sea exitosa se requiere que las crecientes que desencadenan la reproducción estén sucedidas por varios meses de aguas altas” explicó Sánchez.
La última crecida prolongada en el Río Paraná se inició en la primavera de 2009 y se prolongó hasta inicios del invierno 2010, y es la que está manteniendo la actual población de la pesquería regional.
En noviembre-diciembre de 2009 hubo veda tradicional, y para esa fecha la mayor parte de la población de peces ya había desovado.
“La veda extendida busca distribuir la protección de las especies blanco de nuestra pesquería a lo largo del año, ya que existen variados motivos y momentos de vulnerabilidad” fundamenta el investigador del Instituto de Ictiología.
Reitera que los peces para el reclutamiento y reproducción demandan distintos caudales de agua superiores a los 15 mil metros cúbicos por segundo. Si se analizan en los últimos años las crecientes que favorecen el reclutamiento y los caudales necesarios para reproducción y reclutamiento, dichos fenómenos ocurrieron en fechas por fuera de los periodo de vedas tradicionales.
“La veda extendida ha demostrado su eficacia, y la propuesta es que se aplique en todos los tramos compartidos del río Paraná y Paraguay, e incluso otras provincias de la región están planeando medidas similares para sus ríos interiores” explican los investigadores.
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Señalan que el nuevo paradigma de Veda Extendida tiene un enfoque más sistémico, se mira a la veda como una herramienta que integra un complejo sistema de medidas tendientes a garantizar el uso sustentable del recurso.
Otras medidas de manejo a considerar son tallas mínimas para proteger peces jóvenes, tallas máximas para proteger megareproductores, cupos por pescador y embarcación, zonas libres de extracción habilitadas sólo a pesca con devolución.
Se propone además analizar cambios en los días vedados de acuerdo a las épocas del año, evaluar vedar sitios y no exclusivamente fechas (o combinación de ambas), caracterizar zonas aptas para reclutamiento, entre otras.
Los investigadores del Instituto de Ictiología del Nordeste resaltan así la pertinencia de la modalidad de Veda Extendida a más de tres años de su aplicación, pero también destacan la aceptación lograda en los distintos sectores alcanzados por la medida.
Para los pescadores comerciales la implementación de la Veda Extendida fue beneficiosa porque les permite trabajar todo el año, y en el caso de los pescadores deportivos si bien no se recogió formal opinión, desde diferentes localidades al sur de la zona de aplicación solicitaron se aplique esta medida.
Para las administraciones provinciales fue satisfactoria porque bajó la conflictividad social asociada a la Veda Tradicional.
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