Una opción atrapante.
Es una tendencia mundial que viene afianzándose los últimos años y cautiva por la pasión que despierta. La experiencia, contada en primera persona por un experimentado novato en estas lides. Nota exclusiva para AIRE LIBRE, preparada por Ricardo Rio
Soy un principiante en la disciplina, que quede claro, y hay un importante número de tiradores que saben muchísimo más que yo. Por eso, con absoluta sinceridad, pido disculpas por el atrevimiento de escribir acerca de esta hermosa disciplina en la cual soy y me siento, un absoluto novato.
Aclaración hecha, quería contar mi experiencia personal: al dejar la competencia activa como tirador olímpico habiendo integrado la selección argentina, entre juvenil y mayor 25 años, comencé a sentir la falta de una disciplina que llenara los espacios vacíos que dejaron horas y horas de duro entrenamiento, competencias constantes y las altas presiones del tiro olímpico. Sin encontrar un rumbo claro me vi seducido por el Field Target, una disciplina de campo abierto que me llamó profundamente la atención. Siluetas metálicas a distancias múltiples desde posiciones de tiro diferentes y una carabina de aire comprimido / CO2 con mira telescópica, eran variables que como tirador nunca había vivido.
Sinceramente la disciplina me despertó una curiosidad enorme porque el desafío era completamente diferente al que había confrontado toda mi vida. Una mira con regulación de paralaje para establecer la distancia del objetivo, determinar en qué lugar de la parábola del disparo se encontraba el punto de impacto, determinar la deriva que produciría la acción del viento sobre el vuelo del balín, establecer la posible variación por cambios de luz y, además, realizar el mejor tiro técnicamente hablando. Todas estas variables, entre algunas más, son un gran desafío para hacer un buen disparo. Nada sencillo por las características de la balística de las armas de aire/gas comprimido.
Toda mi vida disparé desde una posición definida, a un blanco específico, a una distancia que siempre fue la misma y con una balística que requería ajustes mínimos dependiendo del viento. Todo esto de modo reiterado con la mayor precisión posible. Esta perfección en la reiteración hace que uno se forme como un tirador con excelentes recursos técnicos y con una buena lectura de campo con relación al viento. Sin embargo, los desafíos de esta nueva disciplina complejizan mucho más la situación. Esta dificultad se establece por la necesidad de dominar a la perfección todas las variables que hacen a la precisión de un disparo que se ve condicionado por múltiples factores de campo como distancia, temperatura, tamaño del blanco, balística, luminosidad, viento, etc. Todos estos desafíos me motivaron decididamente a conocer la disciplina.
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Compré una carabina Hammerlli AR FT20 hecha por Walther. La elegí simplemente porque es una carabina de tiro olímpico modificada para Field Target cosa que, salvo aprender el uso de una mira telescópica, me permitiría aplicar las técnicas de tiro que utilicé toda mi vida, con mayor facilidad a las técnicas propias del fiel target. Debo agradecer que fui muy bien recibido por los tiradores que disparan esta disciplina haciéndome sentir muy cómodo en los entrenamientos y competencias que compartimos. Es una sensación maravillosa sentirse uno más entre muchos, aprendiendo técnicas nuevas sin la presión del alto rendimiento que exige el tiro olímpico. El solo hecho de aprender una nueva disciplina es un placer en sí mismo.
Estando en San Antonio de Areco, construí un campo de tiro que cubría las distancias de 8 a 70 metros. Si bien centré las pruebas dentro del rango 8-50, no pude dejar de testear la carabina a 70 metros, cosa que hice con resultados muy buenos. Disparar a esa distancia me produjo la misma sensación técnica de dificultad que tirar con fusil .308 WIN a distancias superiores a los 1000 metros.
Llamativo parecido, al igual que en mis épocas de tirador olímpico, la libreta de tiro se convirtió en un acompañante inseparable en mi proceso de aprendizaje. Soy de los que consideran que la libreta de tiro es una compañía absolutamente necesaria para todo tirador ya que es la bitácora de tiro o, porque no decirlo, la compañera que nos recuerda cómo debemos hacer las cosas para que salgan bien. En la libreta debe anotarse toda la información pertinente, precisa y adecuada. Fecha y hora, condiciones climáticas, dirección del sol y del viento, tipo de campo de tiro, balines utilizados, peso de los mismos, distancia de tiro y estado de carga del cilindro de aire, como información mínima. En la actualidad los programas informáticos que evalúan trayectorias y balísticas son importantes, pero ninguno de ellos supera a las pruebas de campos. Las pruebas de campo donde el tirador, su rifle y los desafíos externos confluyen, son las que deben definir nuestra toma de decisiones.
Partiendo de una posición estable hice un testeo pormenorizado del comportamiento de mi rifle a las distintas distancias y a las notables variaciones que se comprueban del punto de impacto por acción del viento, los cambios de luz y los cambios de temperatura dependiendo del peso del balín.
Considero que la clave de una evaluación correcta está en la creación de un buen campo de tiro, de modo tal poder probar las múltiples variables. En dicho campo no deben faltar, distancias variables, blancos a diferentes alturas, cambios de luz que lo atraviesen cosas que, junto al viento, deben ofrecernos un laboratorio de pruebas balísticas óptimo. Debo destacar que si las pruebas se hacen a conciencia y llevando un buen registro de las mismas el proceso de aprendizaje será más rápido y más efectivo permitiendo así mejores aplicaciones de campo durante la práctica.
No quiero dejar de mencionar uno de los grandes debates del mundo del tiro: ¿Son los tiradores olímpicos mejores que los tiradores de campo basados en las diferencias que señalamos?
Estando en el Campeonato Mundial de Tiro con fusil 300 metros en Tolmezzo, Italia, le hice esta pregunta a uno de los mejores tiradores de la historia de los Estados Unidos, Glenn Dubis. Coronel del Ejército de los Estados Unidos, tirador especial de la Unidad avanzada de Tiro en Fort Benning, integrante del seleccionado de tiro olímpico de su país y Campeón Mundial. Él me respondió: “Ojalá los tiradores de campo tuvieran la técnica de los tiradores olímpicos y los tiradores olímpicos dominarán las variables que dominan los tiradores de campo. El tirador que domine ambas técnicas será un tirador completo”.
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Arnaldo Lozano
Muy interesante y bueno para aprender metodologìa que nos ayude a mejorar.
Jorge Saenz
Hola Ricardo qué gusto reencontrarte
Cuando abrí la página,lo primero que vi fue la fotografía. superior. Inmediatamente pensé “qué hace este tirador sin protectores” hasta que leí Field Target y me dic cuenta.
Muy interesante tu artículo como todos los que escribes.Por mi parte .estoy escribiendo el Capítulo de un libro cuyo título es Tiro a Larga Distancia, metiéndome en el laberinto de las causas por las cuales no le das al blanco a 1000 o más metros. Voya ver si Aire Libre me da tu teléfono así te llamo
Te envío un afectuoso abrazo y mi deseo de que tengas renovados éxitos,
Jorge
Ricardo Rio
Querido Jorge, que alegría saber de usted, un verdadero maestro. A la distancia y con el tiempo las cosas se valoran de otra manera. Siempre recuerdo con mucho cariño nuestras charlas. Siempre ha sido un placer escucharlo, una fuente de saber y reflexión. Entiendo que Guillermo le pasará mi teléfono. Espero su contacto. Le hago llegar un fuerte y muy afectuoso saludo. R.