La habilitación de pasos fronterizos para pólvoras y explosivos y el faltante de municiones en Fábrica Militar Fray Luis Beltrán fueron objeto de informes periodísticos.
Ambos informes fueron publicados por el Diario Clarín y replicados por otros medios nacionales. Uno de ellos critica el “desguace” del Renar con motivo de la sanción de la Ley 27192.
Los pasos fronterizos: Informe de Daniel Santoro – Clarín 22.3.2016
Durante la gestión de Aníbal Fernández en el gabinete nacional, el Registro Nacional de Armas (RENAR) habilitó a 53 pasos fronterizos y puertos para importar explosivos y pólvora a granel en coincidencia con la maniobra del financista Ibar Pérez Corradi de traer efedrina al país como si fueran cargamentos de pólvora.
Pérez Corradi es el prófugo más buscado por el gobierno de Mauricio Macri porque está acusado de haber sido el autor ideológico del Triple Crimen de General Rodríguez del 2008 para quedarse con el negocio de la reexportación de efedrina a México. Interpol lo busca desde hace tres meses en Paraguay y Martín Lanatta lo vinculó supuestamente con el ex jefe de gabinete de Cristina Kirchner. En un mail, Pérez Corradi pidió a China mandarle la efedrina como pólvora porque “puede limpiarlos fácilmente” (Ver recuadro).
Las habilitaciones fueron dispuestas por Andrés Meiszner 15 días después de asumir como titular del RENAR en el 2006, luego de que el entonces ministro del Interior, Aníbal Fernández, le ganara una pulseada a su colega de Defensa, Nilda Garré, para quedarse con ese organismo estratégico. En la práctica, la medida implicó un relajamiento de los controles.
La primera disposición de Meiszner -hijo el ex presidente de Quilmes José Luis Meiszner- fue la número 200, revelaron a Clarín fuentes judiciales. Está habilitó a depósitos fiscales ubicados en zonas aeroportuarias a actuar como almacenes temporarios de explosivos, como el nitrato de amonio, usado para fabricar agroquímicos o en la industria minera pero también para armar bombas como las utilizadas en los atentados contra la embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994). El propósito oficial, dice la resolución, era “realizar un efectivo control” de esos explosivos pero, según fuentes gubernamentales consultadas por Clarín, tuvo “un efecto contrario” porque obligó a que inspectores de todo el país que no estaban entrenados tuvieran que inspeccionar embarques de sustancias que no conocían. La segunda resolución (la número 335 del 207) habilitó a las aduanas de San Lorenzo, Necochea, Neuquén y el depósito fiscal de Edcadassa en Ezeiza a recibir ese tipo de importaciones. En agosto de ese año, Meiszner sacó la resolución 335 que habilitó el ingreso de “pólvora, explosivos y afines” por pasos fronterizos de Chile, Paraguay, Bolivia y Brasil.
La otra medida de Aníbal F. que ayudó indirectamente a la efedrina fue la pelea que mantuvo con el ex titular del SEDRONAR, José Graneros, por el control del organismo que regula el ingreso de los precursores químicos.
Fuentes gubernamentales que están revisando la actuación de Meiszner se preguntan cómo se hizo esa mejora sin tener especialistas y luego de que se sacara a los ingenieros militares expertos en explosivos de este control complejo tras la salida del RENAR de Defensa. Las sospechas también se centran en que Meiszner hizo nombrar como Coordinador de Inspecciones del RENAR “a un familiar de Lanatta que cuyo nombre y apellido se corresponde con las siglas PM”. PM debería controlar,
Para colmo al terminar su mandato, Cristina Kirchner hizo sancionar una ley en el congreso para dividir el RENAR con el pretexto de la federalización que de hecho va a terminar disminuyendo los controles sobre las armas y los explosivos. A menos que Macri frene la implementación de esta ley que “desguaza” al RENAR debe comenzar a regir el mes que viene.
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Fabricaciones Militares: Informe de Natasha Niebieskikwiat – Clarín 13.3.2016
Los números no pueden ser más que alarmantes. Una auditoría ordenada por el ministro de Defensa, Julio Martínez, sobre la fábrica Luis Beltrán, que pertenece al complejo de Fabricaciones Militares, encontró millones de fulminantes para municiones desaparecidos, y por otro lado, miles de municiones no registradas. Pero, además, se encontraron en depósitos, en condición deplorable y hasta en cajas de telgopor, elementos bélicos no registrados y sin advertir el peligro que representan. Entre ellos, lanzacohetes, espoletas, granadas lacrimógenas y productos químicos.
Según pudo saber Clarín tras consultar a Martínez, la auditoría será presentada mañana como denuncia penal ante la justicia federal. No lleva nombres de responsables, pero el más inmediato de sus jefes fue su interventor bajo la gestión de Cristina Kirchner, Santiago Rodríguez, un militante de La Cámpora de pura cepa, ahora involucrado junto a su mujer Bárbara Grané -apodada “la emperatriz”- en otras denuncias por despilfarro de fondos públicos. Al mismo tiempo, cabrá responsabilidad a los respectivos ministros de Defensa, el último Agustín Rossi.
“Este descontrol remite a corrupción. No registrar todo lo que hay y que exista semejante faltante es sumamente peligroso, si tenemos en cuenta el crecimiento del delito y de las bandas de narcos en la Argentina”, dijo Martínez.
Según pudo leer Clarín de la documentación que entrará mañana a los tribunales, se desprende que los auditores contabilizaron que en Fray Luis Beltran faltaban a febrero de este año, 9.133.620 fulminantes para pistolas 9 milímetros y 1.790.800 fulminantes para fusiles FAL de 7,62 milímetros y fusiles Mauser de 7,65 milimetros.
Por otra parte, se estableció que a raíz de una tormenta ocurrida en 2012, en la que evidentemente se descuidaron los depósitos, quedaron inutilizadas 1.141.110 municiones por estar “mojada” . Son cartuchos calibres 22, 32, 38, 9×19 milímetros.
Los fulminantes son piezas únicas colocadas en el culote del cartucho que estallan y encienden la pólvora ante el golpe del martillo del arma o percutor. Se usa un fulminante por munición, lo que remite a que todo lo que falta afecta la misma cantidad de munición.
No menos grave es el hallazgo contable de material que no fue anotado en los libros de contabilidad. Ello da que pensar, como señaló otra fuente técnica del Ministerio, que “no fue un simple descontrol, sino la existencia de un canal paralelo de fabricación y comercialización de proyectiles”, cuya dimensión aún no se ha podido establecer.
Se encontraron sin registran 180.498 proyectiles de munición 9 milímetros y dentro de esta búsqueda unos 84.000 cartuchos fabricados en 2014, pero en cajas con fecha de 2015. Encontraron además 757.682 proyectiles sin anotar para FAL de 7,62 milímetros y Mauser de 7,65 milímetros. Y había 299.00 fulminantes para gases lacrimógenos y bengalas no anotados.
La auditoría en la fábrica fue realizada por un equipo de auditores al que apoyaron 40 infantes de la infantería de Marina. Un detalle no menor, si se tiene en cuenta que el último intento de auditar la planta terminó con todos los auditores intoxicados por la comida que les sirvieron. Los infantes de Marina se instalaron en sitios que fueron siendo registrados para garantizar los resultados.
Fray Luis Beltrán -una de las cuatro plantas de FM- tiene como función la fabricación de proyectiles y munición para las Fuerzas Armadas, las Fuerzas de Seguridad y también para el uso civil. Y se encarga de la respectiva desmilitarización. Se levanta sobre el kilómetro 323 de la ruta nacional 11, y tiene 450 empleados. Independientemente de la baja producción nacional de armamento, munición y equipamiento militar de las últimas décadas, todo lo que ocurra en la órbita de Fabricaciones Militares -como se vio con las explosiones de la Fábrica de Río Tercero en 1995- es de extrema sensibilidad en materia de seguridad.
De ahí que el estado de abandono en que se encontraron algunos depósitos y el tipo de elementos no sea menos que espeluznante, como se ven en las fotos que acompañan esta nota. “Los hallazgos superan absolutamente todo lo imaginado previamente”, señalan desde el equipo de auditores.
Se encontraron más de 700.000 cartuchos en depósitos que no estaban a la vista y menos aún preparados para albergarlos. Se hallaron proyectiles y vainas encapsuladas, cartuchos, vainas, piezas de portacebos, cebos y reforzadores a granel en embalajes totalmente inestables. Había piezas de reforzadores y buster, trenes de fuego de granadas, espoletas de cohete Instalaza, espoletas de cohetes Mara, pólvora negra, cargas suplementarias de mortero, granadas lacrimógenas, cilindros humosos, un lanzador de cohete servido Mara, cartuchos lagrimógenos, proyectiles para mortero.
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