El Gobierno se opone a restrigirla.
El pasado 7 de marzo, el ministro de Información de Namibia, Tjekero Tweya, anunció que el Consejo de Ministros ha mantenido su oposición a prohibir o restringir la caza o la exportación de productos de vida silvestre del país.
En 2013, el Ministerio de Medio Ambiente namibio declaró que tenían la aprobación del Consejo de Ministros para emitir permisos anuales de caza de cinco rinocerontes negros, durante cinco años, hecho que fue muy criticado por los anticaza.
Namibia, que basa el manejo y la conservación de su vida silvestre en criterios científicos, no se ha dejado influir por los argumentos emocionales de los anticazadores, que estaban en contra de que se permitiera la caza legal y regulada de estos rinocerontes.
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Los ingresos derivados de la caza legal siguen siendo fundamentales para continuar con el éxito en la conservación de la fauna de Namibia, como se demuestra por la decisión del Consejo de Ministros.
Por su parte, la Asociación de Cazadores Profesionales de Namibia (NAPHA) ha publicado un documento titulado «La importancia de la caza a la conservación», que es totalmente secundado por el Safari Club Internacional, y en el que destaca que la caza contribuye a la protección de los ecosistemas naturales, así como que, regulada, la caza sostenible (una de las formas de depredación natural) sólo se adelanta a la mortalidad por enfermedad, hambre o vejez, y todas sirven para mantener intacto el equilibrio natural.
Además, los cazadores contribuyen directamente a la conservación de la naturaleza mediante la adición de un valor económico para leones y elefantes, y permiten a las comunidades nativas compensar los daños que estas especies causan a través de los ingresos por cuotas de caza. La intolerancia creciente hacia elefantes y leones y la matanza indiscriminada de leones en algunas comunidades rurales en el noroeste de Namibia “es el resultado directo de la interferencia del movimiento de los derechos de los animales con el principio de uso sostenible”.
Fuente: CazaWonke
12 recomendaciones para la caza como herramienta de conservación
- Deben imponerse gravámenes obligatorios a los operadores de safaris desde los gobiernos para que puedan ser invertidos directamente en los fondos fiduciarios para la conservación y gestión.
- Se podrían adoptar sistemas de etiquetado de certificación Eco para los trofeos procedentes de áreas que contribuyen al bienestar de conservación de la biodiversidad y al respeto de los animales.
- Se deben hacer análisis de viabilidad poblacional obligatorios para asegurar que las capturas no causan la disminución de la población neta.
- Se debe prohibir el comercio de cualquier parte de los animales para evitar el mercado negro.
- Se debe dar prioridad a la financiación de las empresas de caza de trofeos instauradas (o arrendadas) por las comunidades locales.
- Deben crearse fideicomisos para facilitar la distribución equitativa de beneficios dentro de las comunidades locales y promover a largo plazo la sostenibilidad económica.
- Debe ejecutarse un muestreo científico obligatorio de animales cazados, incluyendo el tejido para análisis genéticos y los dientes para el análisis de la edad.
- Se debe enviar a los legisladores del gobierno revisiones de los individuos cazados cada 5 años, o menos, y planes detallados de gestión de la población antes de poder extender los permisos.
- Debe haber total transparencia y todos los datos sobre ejemplares cazados y cifras de dinero obtenidas deben ser publicados.
- Se deben enviar observadores independientes del gobierno a algunos safaris, elegidos aleatoriamente y sin previo aviso, para comprobar que se cumple la legalidad vigente.
- Los trofeos y permisos deben ser confiscados cuando se descubran prácticas ilegales.
- Debe haber cazadores profesionales y rastreadores asegurando la correcta realización de las cacerías.
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