Buscan hacer ruido con el tiro.
”Estamos muy bien posicionados”, aseguran. Los hermanos Federico y Melisa Gil vienen de familias vinculadas al deporte que practican: un abuelo armero y otro fabricante de platillos. Por Luciana Aranguiz para Clarin.
Fue el mandato familiar, la herencia que recibieron de sus abuelos y de sus padres. Federico y Melisa Gil no tuvieron elección. “Era el tiro o el tiro”, bromean sentados en el bar del Tiro Federal Argentino durante la charla con Clarín, mientras de fondo retumba el ruido de los disparos. En ese club comenzaron a disparar hace muchos años, desde el momento en el que el físico de niños les permitió sostener una escopeta. Y en ese mismo club hoy se entrenan con la mente puesta en Río de Janeiro 2016, que marcará el debut olímpico para ambos.
“Rodolfo, mi abuelo materno, fabricaba los platillos y era cliente de Pedro, mi abuelo paterno, que tenía una armería. Así se conocieron mis padres. Mi papá Horacio fue integrante del seleccionado argentino durante casi 30 años. Crecimos dentro del Tiro. Es el deporte que llevamos en la sangre”, recuerda Federico (28 años), que disputó su primer sudamericano a los 12 años y hoy es el 14° del ranking mundial de skeet. En esa disciplina, que consiste en romper platillos en movimiento que son lanzados por unas máquinas desde el costado de la cancha, competirá en Río, al igual que su hermana.
Veníamos todos los fines de semana a verlo a mi papá y en casa se hablaba siempre del mismo tema. Cuando tenía 15 años, vine, probé, y me gustó. Ahí arranqué y a los 16 debuté en un Sudamericano”, cuenta Melisa (31), 25ª del escalafón mundial femenino.
En familia dieron sus primeros pasos en el tiro deportivo y en familia siguen hoy viajando por el mundo, con Horacio como entrenador. “Tiene sus pros y sus contras. Lo mejor es que tengo la suerte de poder compartir un montón de cosas con ellos; eso es muy lindo”, reflexiona Melisa, que siguiendo otra tradición familiar estudió abogacía, al igual que Federico. Hoy, los dos trabajan en un estudio jurídico familiar, lo que les da flexibilidad para dedicarle tiempo al deporte que eligieron.
“El tiro no necesita muchas horas de entrenamiento. Generalmente hacemos entrenamientos técnicos específicos. Tiramos entre 250 y 400 platos diarios, lo que nos lleva unas dos o tres horas, y la preparación física se centra más que nada en el tronco, en la zona media del cuerpo. Para el tiro necesitás tener un cierto tono muscular, pero el físico no es determinante. Entonces podemos coordinar bien para trabajar a la mañana y venir al club a la tarde, o viceversa. Aunque la verdad, desde el año pasado estuvimos dedicados enteramente a los Juegos. El trabajo quedó relegado”, confiesa Federico.
Los Gil son, desde hace tiempo, sinónimo de tiro en Argentina. Y a nivel internacional, de a poco se están metiendo en la elite. Melisa participó de cuatro Juegos Panamericanos y en todos ganó medallas. Fue plata en Santo Domingo 2003 y en Toronto 2015, cuando consiguió su plaza olímpica, y bronce en Río 2007 y Guadalajara 2011. Federico estuvo todo el año pasado entre los diez mejores del mundo y consiguió un histórico quinto lugar en el Mundial de Italia. En febrero ganó una medalla de plata en la Copa del Mundo, en Qatar.
“En el mundo del tiro nos tienen mucho respeto. En Sudamérica somos los mejores y a nivel mundial estamos muy bien posicionados. Gracias a la creación del Enard, hoy podemos entrenarnos en igualdad de condiciones con el resto del mundo y eso nos hizo crecer mucho en los últimos años”, asegura el menor de la familia, que tiene bien claro su objetivo para los Juegos Olímpicos, donde será uno de los cinco representantes argentinos en su deporte.
Sueño con una medalla. Estoy de igual a igual con los otros 30 tiradores que van a participar y, si puedo competir como lo vengo haciendo, sé que puedo llegar a la final. Y una vez ahí, todo puede pasar”, afirma ilusionado.
Melisa es más cautelosa: “Yo iré sin expectativas, porque a veces te juegan en contra. Voy pensando que tengo que romper platos y después veremos. Quiero ir poniéndome mini metas. Y quiero disfrutarlo, porque después de 15 años de competir, creo que me lo merezco”. Seguro que sí.
Entre la nostalgia y la necesidad
Emociones encontradas genera en la familia Gil el proyecto que plantea la utilización de los terrenos del Tiro Federal Argentino para construir un Parque de la Innovación. “Por un lado me pone triste, porque este club me dio muchas cosas, acá empecé a tirar. Pero también lo veo como una gran oportunidad para poder disponer de una cancha de tiro de nivel mundial en el país, algo que hoy no tenemos. Así, podríamos traer a Argentina los grandes eventos del tiro deportivo mundial”, aseguró Federico
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