Algunas razones para volver a las Cataratas.
El destino siempre tiene mucho más que ofrecer. Por Evangelina Paju para revista Viajando.
ISLA SAN MARTIN: Tras cruzar el río en lanchas que parten del embarcadero que se encuentra en el paseo inferior, se accede a la isla donde hay un sendero de 650 m. con varios escalones. La recompensa es una vista única del impactante salto San Martín. Quien lo prefiera puede sentarse en la playa a contemplar el paisaje, tomar unos mates o hasta hacer un picnic con una vista privilegiada. Cuando la temperatura acompaña es posible bañarse en el río, en un contacto único con el entorno, mientras las lanchas cargadas de turistas van y vienen y las cataratas acompañan con la música de su rugido.
SENDERO MACUCO, EL CAMINO DE LA SELVA: el sendero Macuco propone una caminata que permite vivir la selva de cerca, encontrarse de frente con los inquietos monos caí, y llegar hasta el salto Arrechea, una cascada de 23 m. de alto que forma una bella piscina natural de aguas transparentes. Son unos 7 km. de caminata que se recorren en 3 horas bajo la sombra de la vegetación y envueltos en los ruidos de la selva. Está bien señalizado, de manera que se puede emprender de manera autoguiada. Los primeros 500 m. del sendero fueron renovados a mediados de este año, con un nuevo camino elevado y con piedra triturada que permite evitar el barro. Durante los primeros 3200 m. el camino es de dificultad baja, de modo que quienes lo deseen pueden realizar un recorrido parcial.
LA GARGANTA CON LUNA LLENA: si está en el destino con luna llena, no lo dude: la visita a la Garganta del Diablo a la luz de la luna es realmente mágica. El Tren Ecológico de la Selva transporta a los viajeros en medio de una oscuridad que hace que la selva parezca aún más intensa. Tras recorrer las pasarelas sobre el río calmo, la fuerza de la Garganta teñida de plateado por la luna enorme deja a todos sin palabras. Los paseos, con o sin cena incluida, pueden reservarse en la web del parque argentino, que también tiene un calendario con las fechas exactas.
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NAVEGAR BAJO LA CAÍDA DE AGUA: la navegación por el río en pequeñas embarcaciones que llevan a los turistas justo debajo de una catarata –con toda su fuerza, impacto y belleza– es una aventura inolvidable. En el parque brasileño la propuesta es Macuco Safari, que lleva en grandes gomones a unos 25 viajeros a navegar contra la corriente del río Iguazú para llegar hasta el salto Tres Mosqueteros, cuando hay poca agua; o hasta el Tres Marías, más cerca de la Garganta del Diablo, cuando el caudal es mayor. En ambos casos, la emoción y la adrenalina están garantizadas, al igual que la aventura de empaparse con el agua de la caída. Del lado argentino, la opción es la Gran Aventura, que recorre 6 km. de río con 2 km. de rápidos en semirrígidos, para ingresar en el cañón de la Garganta del Diablo y realizar dos aproximaciones a uno de los saltos.
PUERTO CANOAS, ALMUERZO CON VISTA: para almorzar con la mejor vista del destino, solo hay que sentarse en el deck del restaurante Puerto Canoas, en el parque brasileño, y demorarse en una comida memorable. Las aguas se apresuran hasta el abismo de la Garganta, desde donde sube el vapor que forma arcoíris que los viajeros no se cansan de fotografiar. Mientras tanto el restaurante sirve un muy cuidado buffet con buenas opciones para todos los gustos. Quienes no estén interesados en una comida copiosa, pueden tomar algo en la terraza y apreciar una puesta del sol única. Aceptan reservas.
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LA FAUNA LOCAL: uno de los atractivos más interesantes de la selva misionera es su rica y diversa fauna. Para conocerla de cerca hay algunas opciones. En Puerto Iguazú, territorio argentino, Güirá Oga es un centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre que funciona en un predio de 19 ha. e invita a reflexionar sobre la necesidad de preservar a la fauna silvestre y su entorno. En sus orígenes fue pensado para aves, sin embargo hoy alberga también a mamíferos y anfibios, unos 400 ejemplares entre los que se cuentan coatíes, monos, tucanes y guacamayos. Cruzando la frontera, el Parque de las Aves alberga a más de 1.100 animales de 140 especies, entre flamencos, tucanes, harpías, guacamayos, mariposas y reptiles.
SECRETOS GUARANÍES: otra interesante opción es visitar una aldea indígena para descubrir algunas costumbres, usos de las plantas y conocimientos ancestrales de los guaraníes. En el Fortín Mbororé la comunidad muestra parte de su cultura, medicina natural, cantos, danzas, artesanías, filosofía de vida y creencias, además de realizar una caminata por la selva con guías expertos. Otra opción es la comunidad Yriapú, donde se puede apreciar la fabricación de artesanías. A unas dos horas de Puerto Iguazú y a 16 km. de Andresito se encuentra la comunidad Mbya Guaraní Ka´aguy Porá, que propone recorrer senderos ecoturísticos, realizar un paseo en canoa por el río y aprender sobre sus técnicas de caza con arco y flecha y el uso de trampas.
CANOPY Y RAPEL EN LA SELVA: los viajeros que quieran poner algo de adrenalina a su contacto con la naturaleza deben realizar las actividades que propone Iguazú Forest. Con guías especializados el paseo incluye una caminata por la selva, canopy y rapel. El canopy consiste en deslizarse de un árbol a otro colgado de un arnés a unos 25 m. de altura, en tres tramos: dos de 200 m. y uno más largo y emocionante de 400 m. que llevan a sobrevolar la selva. El rapel invita a descender por las rocas en medio de una caída de agua de más de 15 m. Dependiendo del clima, la aventura puede ser “seca” o “mojada”, terminando en un baño en la cascada.
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