Un bar de hielo en plena selva misionera.
A 10 grados centígrados bajo cero y a sólo 14 kilómetros de las Cataratas de Iguazú, el Ice Bar reúne todos los ingredientes para ser una experiencia única e inolvidable. Por Cynthia de Simone para el portal Todoparaviajar.com
Un choque de mundos: como en el film “La Era del Hielo”, lo que une la selva misionera con el Ice Bar de Iguazú es el contraste. Y la cercanía. Aquí no hay cataratas, arco iris, ni sol agobiante. Sólo temperaturas bajo cero con piso, techo y paredes de hielo. La sensación al entrar es como si te metieras en un freezer gigante. Pero claro, si uno viene de sudar la gota gorda con treinta grados a la sombra, es lógico que el cuerpo necesite aclimatarse. Por eso la bienvenida se da escalonada.
La barra de bebidas es “libre”, con exquisitos tragos de autor preparados con vodka, whisky y ron. También sirven el clásico Fernet con cola y hay gaseosas para quienes no gustan del alcohol. El toque llamativo es que lo ofrecen en minúsculos vasos de hielo. Por eso no vayas con la idea de tomar a gran escala. Se trata de disfrutar un rato agradable en un lugar diferente.
Las camperas naranja fluorescente del público contrastan con el entorno “vidrioso” y transparente. Parece una puesta cinematográfica con paredes, barra, sillón y esculturas temáticas gigantes: todo hecho en hielo. Los motivos cambian según la fecha, como por ejemplo Halloween y Navidad, entre otras.
Para sacarse el frío, la gente salta o baila al ritmo de la música que siempre acompaña. La bebida también ayuda a entrar en calor y el ambiente de festejo y buena onda permite hacer fotos divertidas. Uno puede llevar su propia cámara o comprar la foto que ellos mismos te toman, por un dinero extra.
La permanencia es breve pero intensa: 30 minutos de open bar o “canilla libre”. Al ser una experiencia original y única, conviene hacer reserva previa. Y si no, llegar con tiempo suficiente ya que en la boletería no siempre tienen cupo para ser de los primeros grupos de 25 a 30 personas que ingresan cada media hora. Por eso, la clave es relajarse y estar dispuesto a esperar el turno.
Una buena opción es visitarlo a la vuelta del paseo por el Parque Nacional Iguazú. Acá ya no verán lagartijas ni coatíes, tierra colorada y agua incesante. ¿Quién se iba a imaginar un Bar de Hielo en plena selva?
En el Ice Bar, en cambio la propuesta es convertirte en esquimal por un rato y evitar la “piel de gallina”, llevando medias y pantalón largo, algo que muchos no toman en cuenta al venir de un clima subtropical, donde la vestimenta más común es el short y las ojotas.
La “previa” también se puede hacer en el “Bar Cálido”, un lugar rodeado de un hermoso jardín que es independiente del bar estrella. Aquí es posible comer desde un sándwich de milanesa hasta un bife “gaucho” con cebolla, panceta, huevo y papas fritas. De noche, se pueden presenciar show musicales en vivo.
El Ice Bar funciona de lunes a lunes de 14 a 23: 30 horas siendo éste el último ingreso. A la hora de pagar, es importante tomar en cuenta que sólo aceptan dinero en efectivo y no admiten pago con tarjetas. Si eres argentino, es importante llevar el documento nacional de identidad (D.N.I) para abonar la tarifa local que tiene descuento.
El valor para residentes argentinos es de 170 pesos por adulto con D.N.I. Los menores entre 7 y 15 años abonan 100 pesos. Los adultos extranjeros pagan 240 pesos y 120,los menores entre 7 y 15 años.
Un choque de mundos: como en el film “La Era del Hielo”, pero sin la simpática ardilla protagónica. La antítesis entre naturaleza y artificio, clima subtropical versus frío polar, sonidos de agua y pájaros transformados en música de dj profesionales con playlists de moda para que puedas divertirte tanto en pareja, como con amigos o en familia.
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