La suma de derechos y negocio, para un mercado de 1300 millones de personas.
Pocos segmentos del turismo ofrecen una mayor oportunidad de conjugar responsabilidad social con dividendo empresarial. El crecimiento de las personas con problemas de movilidad y la mejora en la RSC sitúan al turismo accesible como la gran oportunidad de mercado.
En los destinos en los que la accesibilidad es insuficiente, el mercado está rindiendo de un 25% a un 30% por debajo de lo esperado. Así lo refleja el Manual sobre turismo accesible para todos, publicado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) en 2014.
Estos porcentajes corresponden, precisamente, a las personas cuyas decisiones de viaje están influidas directamente por las condiciones de accesibilidad, las cuales, si no existen o no están promocionadas debidamente, resultan en estas pérdidas.
La importancia del turismo para personas con discapacidad o limitaciones del movimiento se ha convertido en una oportunidad de negocio de primer orden. En España, y según Predif (Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física), la accesibilidad se convirtió hace unos años en un criterio de calidad turística al mismo nivel que las TIC, el medio ambiente o la innovación, especialmente a raíz de la crisis económica, cuando el sector vio este tipo de turismo como oportunidad.
Los datos lo corroboran: en España, y según la EDAD 2008 (Encuesta de Discapacidades, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia), del Instituto Nacional de Estadística, los españoles con discapacidad y/o problemas de movilidad son 3,85 millones, es decir, un 9% de la población. La cifra ascendería a los 80 millones (el 15%) en la UE. Según datos de la OMS, el 15% de la población mundial tenía algún tipo de discapacidad en 2011: 1.300 millones de personas.
Unas cifras que crecerán especialmente en países avejentados como, por ejemplo, España, ante el incremento de población mayor de 65 años en los próximos lustros: “La discapacidad está fuertemente relacionada con la edad, pues se mantiene por debajo del 5% hasta los 40 años, supera el 10% a los 60 y está en torno al 40% a los 80”, reconoce Jesús Hernández, director de Accesibilidad Universal e Innovación de Fundación ONCE. Unas cifras que ponen negro sobre blanco la realidad: el turismo accesible, estará ligado sobre todo a personas mayores.
Mirá también: Turismo anti estres
Lo cierto es que pocas veces una cuestión de derechos humanos ha supuesto un filón tan grande empresarialmente hablando. “El turismo debe considerar que estas personas tienen derecho al ocio, al disfrute de su tiempo de vacaciones en las mismas condiciones que el resto. Y el turismo accesible es la solución para que este derecho sea real”, aclara Tatiana Alemán, directora técnica de Predif. Para esta plataforma, “esto no solo consiste en que una persona con discapacidad tenga un transporte y un hotel adecuados, sino que use y disfrute las infraestructuras, productos, entornos y servicios turísticos de forma normalizada, autónoma y segura”.
“Un estudio de la Comisión Europea sobre turismo accesible estimó la demanda del mismo dentro de la UE en 394 billones de euros, el 3% del PIB de los 27 países de la UE en 2012”, desgrana Hernández. Desde Predif, Alemán complementa estas cifras con los “783 millones de viajes dentro de la UE que realizaron personas mayores y con discapacidad durante 2012, y se prevé una tasa de crecimiento anual del 1,2% hasta 2020”. Ese mismo año, el turismo accesible generó 8,7 millones de empleos y facturó 786.000 millones de euros brutos.
El sector puede verse beneficiado por el turismo accesible en tres grandes ejes. “La desestacionalización es una gran ventaja, ya que las personas con discapacidad disponen de tiempo: según Eurostat, el 51% de este segmento es laboralmente inactivo”. El segundo eje, y es una de sus grandes ventajas, es que estas personas son consideradas como multiclientes: “Viajan normalmente acompañadas”, traduce Alemán. “Un estudio realizado por Predif en 2004 mostró que el 92% de los encuestados viajaba acompañado por familiares y amigos. De manera prudente, se calcula que una de cada dos personas con discapacidad viaja acompañada”.
Como último eje, Alemán cita el de que “la oferta turística que cuenta con medidas de accesibilidad consigue a su vez una mayor calidad en todos sus ámbitos: entorno construido, transporte, servicios, productos y atención al cliente, entre otros”. Así, los beneficios alcanzarían a todas las personas, y tienen “una repercusión directa en la mejora de la imagen del destino y las empresas, puesto que cuentan con una promoción diferenciada como socialmente responsables”.
FUENTE: Revista SAVIA
Impactos: 210