Lanzan en el país el primer crucero de lujo por río: unirá los Esteros del Iberá con las Cataratas.
Serán viajes de 4 y 5 noches, con paradas intermedias, a u$s 800 por día y por persona. Construirán luego otro barco en el país. Se readecúan puertos para que puedan recalar.
El turismo de cruceros por mar es un negocio ya instalado en la Argentina. Pero el país no cuenta con alternativas fluviales a excepción de algunos paseos por el Delta de Tigre, que son habituales en ríos de todo el mundo, desde el Amazonas (Brasil) hasta Rin (Alemania) o Nilo (Egipto), por citar algunos.
Una empresa ecuatoriana de cruceros prepara su desembarco en el río Paraná, con el objetivo de ofrecer travesías de lujo entre los Esteros del Iberá (Corrientes) y las Cataratas del Iguazú (Misiones), en línea con el plan del Ministerio de Turismo de impulsar este negocio, para atraer más visitantes.
Quasar Expeditions, firma que ofrece cruceros de lujo en las Islas Galápagos y expediciones y catamaranes en el Parque Los Glaciares, Argentina, y en Chile, comenzará entre fines del próximo año y principios de 2019 a ofrecer viajes por el río para pocos pasajeros, entre la ciudad correntina de Ituzaingó y la misionera de Puerto Iguazú.
La compañía ya tramita los permisos para importar un barco amarrado hoy en Génova, Italia, y al que va a remodelar y equipar totalmente en la Argentina, con u$s 5 millones de inversión en total.
“El trámite para importar el barco lleva tiempo; esperamos poder traerlo en los próximos 60 días. Es un barco sin interiores, las divisiones, plomería, electricidad y equipamiento en general se realizará en la Argentina. Por eso esperamos poder operar a fines de 2018 o, a más tardar, principios de 2019. Tenemos muchas expectativas en el proyecto, contamos con 31 años de experiencia en cruceros en Islas Galápagos”, explicó Eduardo Diez, fundador y presidente de Quasar Expeditions.
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El crucero, de 15 camarotes, partirá cada dos semanas, ya que los viajes durarán cuatro y cinco noches (al bajar y subir por el río, respectivamente), con paradas intermedias para visitar Posadas, las ruinas de San Ignacio y otras localidades para visitar plantaciones de yerba mate y té y la selva subtropical, además de las Cataratas y los Esteros. También prevén ofrecer excursiones por tierra a los Saltos del Moconá, más distantes, sobre el río Uruguay.
“Aún no están bien definidas las paradas intermedias, lo estamos evaluando”, explicó Diez.
Los cruceros, con hasta 30 pasajeros de capacidad, están enfocados en turistas de alto poder adquisitivo, ya que estiman un costo de u$s 800 por noche y por persona, con todo incluido, excepto las bebidas blancas. Es decir, entre u$s 3200 y u$s 4000 por persona por viaje, según su duración.
“Son destinos con un potencial enorme, pero sólo se conoce una parte las Cataratas; esperamos argentinos, aunque creemos que atraerán sobre todo a extranjeros”, explicó.
“Esperamos operar con un 50% de ocupación el primer año y crecer al menos hasta el 80%, a medida que su difusión también crezca. Estimamos facturar u$s 3 millones el primer año y llegar a u$s 4 millones al cuarto”, precisó Diego Figueroa, gerente General para la Argentina. Una vez que comience a operar el barco, prevén comenzar a construir una segunda nave desde cero, de características similares, en la Argentina. “Trabajamos con la consultora Consulmar para el primer barco y, con ellos, ya diseñamos el anteproyecto para el segundo, porque creemos que el potencial es muy grande. Somos muy optimistas. En Galápagos fuimos los pioneros y ya hay 60 barcos operando de diferentes empresas y categorías”, comentó Diez.
Para que los barcos puedan realizar estos viajes, el Ministerio de Turismo impulsa la remodelación de cinco terminales portuarias: Santa Fe y Rosario (Santa Fe), La Paz (Entre Ríos), Corrientes y Posadas (Misiones). A esas terminales, se sumaron cuatro más: Itatí e Ituzaingó (Corrientes), San Ignacio y Santa Ana (Misiones). En total, el Estado invertirá inicialmente $ 104,8 millones.
“Buscamos desarrollar infraestructura pública para que los cruceros puedan recalar; el objetivo es que las ciudades no den la espalda al río, sino que el río sea un potencial económico”, destacó Ramiro Alem, subsecretario de Inversiones Turísticas del Ministerio de Turismo.
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