Un cuento de Leonardo Killian
Una antigua leyenda japonesa atribuye a la bella emperatriz Zin go, haber inventado el anzuelo. Se dice que tomó una aguja, y con granos de arroz armó la carnada. Con el hilo de seda de sus trajes terminó el aparejo que ató a una larga caña y que con ellos pescó una enorme trucha.
Los documentos y referencias que la historia ha ido dejando son muy variados, siendo la pintura más antigua que se conoce la de un pescador con caña del antiguo Egipto, que tiene alrededor de 4.000 años de antigüedad. En la Antigua Grecia también encontramos que Platón y Aristóteles mencionan la pesca con caña, y Plutarco da consejos sobre los sedales para pescar. El romano Claudio Aelian (170-235 d.C.) escribió sobre los pescadores de trucha de Macedonia, que usaban moscas artificiales o anzuelos con cebos emplumados.
Los fenicios hicieron un lucrativo negocio con la venta del pescado (conservado en sal) en el mar Mediterráneo.
Los chinos se atribuyen, como tantas cosas, la invención de la pesca con caña, pero es tan improbable como imposible de probar, quien o que pueblo comenzó con la práctica.
En la prehistoria humana, los hombres vivían de la caza, la pesca y la recolección de frutos. Durante miles de años, el homo sapiens sobrevivió de esa manera y entre sus utensilios, toscos en principio, y que fuera perfeccionando a lo largo de siglos, estaban como prioridad los cuchillos, puntas y raspadores de pedernal, pero también los anzuelos de hueso, piedra o madera.
El pescado es desde tiempo inmemorial, parte fundamental de la dieta humana y los modos de pescarlo se convirtieron en un arte y un oficio. Las redes, las varas puntiagudas y los anzuelos atados a cuerdas son tan antiguos como el arco y la flecha, que también se usaron y actualmente se siguen usando para la pesca. Como no podía ser de otra manera, la pesca, los pescadores y su relación con los ríos y el mar generó cuentos, mitos y leyendas.
El nuevo testamento atribuye a Jesús la multiplicación de los peces. “Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.”
Precisamente entre los pescadores del mar de Galilea encontró el Redentor a sus discípulos.
En las Mil y Una Noches, la colección de cuentos más difundida en el mundo árabe, se cuenta la historia del viejo pescador que arrojaba su red y solo conseguía recoger desperdicios hasta que se produjo lo inesperado. Al recoger la red, esta traía una vasija de metal precioso y sellada con plomo.
Al destaparla, un genio que había estado encerrado durante siglos amenazó con matarlo. El astuto pescador, viendo llegar su hora, le preguntó como era que un ser tan gigantesco podía haber estado en una vasija tan pequeña. El gigantesco y fantástico ser, cayó en la trampa y volvió a entrar en la misma.
En ese instante, el pescador la tapó y la volvió a sellar con el plomo original. Este cuento tiene distintos finales. En algunos, el pescador enriquece vendiendo la vasija en el zoco, en otros, no es un viejo si no un joven que termina casándose con la hija del rey, pero invariablemente es un pescador el protagonista.
En todas las culturas y civilizaciones encontramos cuentos maravillosos y fantásticos sobre peces y pescadores como el japonés Urashima Taro o el del viejo pescador ruso y el pececillo dorado, leyendas americanas que narran hazañas de intrépidos pescadores que se adentran en el mar o en ríos caudalosos.
La pesca como deporte no es tan antigua, aunque podemos ver antiguos tratados ingleses y alemanes que se refieren al tema y en general se la asociaba a prácticas de la nobleza, la única clase social que podía disponer de un tiempo ocioso.
El escritor Ernest Hemingway escribió tal vez, el mejor homenaje a un pescador. “El Viejo y el Mar”, que narra la lucha entre un anciano y un enorme pez espada que intenta pescar, en un relato lleno de vida y donde el genial Hemingway pinta magistralmente a los pescadores de las Antillas y su indomable heroísmo.
La International Game Fish Association (IGFA) o la Asociación Internacional de Pesca Deportiva es la autoridad mundial que regula la pesca con caña y el encargado de la pesca de récords a nivel mundial más importante. Fue fundada en 1939 y actualmente tiene su sede en la ciudad de Dania Beach en Florida (Estados Unidos).
Esta asociación es la responsable de haber estandarizado mundialmente las técnicas, nomenclaturas y códigos referentes a la pesca deportiva. La IGFA promueve enérgicamente el capturar y soltar (catch and release, C&R) por la conservación de las especies, particularmente aquellas consideradas más deportivas, me informa Wilkipedia.
Como vemos, mucho tiempo ha pasado pero el placer y la necesidad del pescador no ha cambiado desde que la bella emperatriz inventara el aparejo de pesca con su alfiler y su hilo de seda.
Leonardo Killian – elgatocanoso@yahoo.com.ar
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