Preocupante situación de este río del norte argentino
Nota de Horacio Pascuariello para @cronicapesca
El extenso y maravilloso Río Dulce nace con el nombre de río Anta en el extremo sur de la provincia de Salta, corre por las selváticas laderas orientales de las cumbres calchaquíes hasta ingresar a la provincia de Tucumán, en donde se lo llama Salí, y una vez que ingresa en la provincia de Santiago del Estero recibe la denominación por el cual es más conocido, esto es río Dulce, nombre que deriva del dialecto quechua santiagueño Mishki Mayu (de mishki: dulce, y mayu: río).
Este inmenso sistema que incluye otros tributarios sostiene distintas actividades, como la agricultura, el turismo y la pesca deportiva, la cual está siendo especialmente afectada en estos días debido a una persistente depredación de su fauna ictícola. Ya en el año 2003 había sufrido un trágico episodio que la diezmó, cuando una gran sequía, altas temperaturas y un mal manejo de las aguas que se desviaron para riego derivaron en una catástrofe ecológica donde se murió prácticamente todo.
Fueron meses de olor a podrido debido a la impresionante mortandad que se produjo, dejando un triste recuerdo que vuelve a hacerse presente nuevamente. Estos últimos dos meses bajó mucho el agua en la zona, lo cual permitió que cualquier persona tenga acceso a algunos de los mejores pesqueros ubicados desde Santiago hacia el sur.
De esta manera Sumamao, La Dormida y Villa Atamisqui están teniendo todos los fines de semana una gran presión de pesca, tanto de lugareños -que experimentan un sistema de pesca (llamado “al toque” o “al choque”) en donde se tira una línea con entre 5 y 7 anzuelos sin carnada- como de turistas y visitantes que se encuentran con la libertad de hacer un saqueo de los recursos sin ningún tipo de coto, llenando bolsas de arpillera con sábalos, bagres y dorados de todos los tamaños, en contradicción con la legislación de la provincia que prohíbe su extracción.
La falta de respuesta a las ordenanzas llegó al punto de que se ofrece el dorado como un plato atractivo en los restaurantes de las Termas de Río Hondo, e inclusive se lo puede comprar a vendedores ambulantes a metros de su estación de piscicultura modelo, destinada a la reproducción de esta especie.
El panorama que desbordó a las autoridades santiagueñas fue tomado por pescadores deportivos locales y tucumanos que formaron un grupo llamado “Salvemos al río Dulce” a través del cual se canalizan las denuncias. Por su parte, nuestro amigo y colega Rubén Marco entrevistó al director de Fauna de la provincia de Santiago del Estero, Víctor Rosales, y a su subdirector Jorge Goles, a quienes además les hizo llegar la preocupación de los aficionados.
En charla con Crónica, Marco nos decía: “Tenemos que salvarlo cuanto antes. El río Dulce es una de las grandes maravillas que tienen los pescadores de todo el NOA. Hay siete guardapescas para cuidar todo el río. Lo más lamentable es que hay muchísimos tucumanos y santiagueños que saben de la norma y no la cumplen. No se dan cuenta de que están matando el futuro”. Para comunicarse con el grupo, el WhatsApp es 54 9 381 539-7691.
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