SALTA: Las redes furtivas de pesca se multiplican en el dique Cabra Corral.
La policía informó que por semana descubren y levantan hasta doce redes paradoras.Estas trampas llegan a tener hasta cien metros de largo y capturan cientos de pejerreyes. Nota Publicada en Diario EL TRIBUNO.
Los amantes del mayor espejo de agua de la provincia lo saben, pero ayer oficialmente la policía reconoció que la pesca furtiva e ilegal está prácticamente instituida en las aguas del dique Cabra Corral.
El Tribuno dialogó con el jefe de la Policía Lacustre, comisario Sánchez Rosado, quien explicó la problemática vista desde el punto de vista azul.
“Primero tengo que aclarar que nuestro objetivo en el dique Cabra Corral es la seguridad, el control de las embarcaciones y las emergencias, para ello contamos con personal idóneo y profesional en algunas de las ramas más complicadas del control lacustre.
Nuestra sede está las 24 horas alerta para atender la problemática de 11.000 hectáreas cubiertas por las aguas, con lugares inaccesibles por vía terrestre. Pero ante la inquietud no solo periodística sino de los amantes de la naturaleza también controlamos y protegemos los recursos naturales”.
Sánchez Rosado explicó que en Salta no está autorizada la pesca comercial para ninguno de sus ríos o embalses como tampoco la pesca con fines científicos. La única pesca que está autorizada es la deportiva y eso está arrevesado con la pesca furtiva e ilegal que despliegan los redeadores, explicó.
Luego aseguró que solo en los últimos siete días más de doce redes paradoras de cientos de metros, con tramayos de 2×2 cms, fueron secuestradas y una cantidad enorme de pejerreyes capturados en esas trampas debieron ser incinerados, por no encontrarse en condiciones para el consumo humano.
“Secuestramos redes y pescados, pero el veterinario generalmente no permite que esa pesca pueda ser donada, porque el producto ya no se encuentra apto”.
Los redeadores, dijo el funcionario, saben que su actividad no constituye delito alguno así que si los detenemos pagan una multa y luego vuelven al agua.
El comisario explicó que al parecer la pesca ilegal da buenos dividendos, porque hay gente que compra el producto.
Hace tiempo los redeadores usaban boyas para marcar dónde se encontraban las redes. Así pudimos secuestrar algunas con más de cien metros de largo.
Hoy por hoy están sofisticados, las redes están sumergidas a 20 o 40 centímetros de la superficie y eso hace imposible verlas.
Son un peligro también para las lanchas.
Al ser consultado cuántos ejemplares capturan estas redes el funcionario policial dijo que varía según el lugar y el tamaño de la red.
“Allí se enganchan los pejerreyes, las mojarritas y algunas veces los bagres. Hay redes que capturan hasta 700 pescados por tirada y en una noche puede hacer varias con la misma red”, explicó.
Sánchez Rosado dijo que en estos momentos el kilo de pejerrey fileteado y enfriado se está vendiendo a 120 pesos y “haciendo números la pesca ilegal parece ser un buen negocio”, reflexionó.
El funcionario además dijo que los redeadores ingresan a las aguas profundas en la más absoluta oscuridad. Nadando o con flotadores caseros, “eso también es un gran riesgo”, dijo para agregar que “hace unos años hubo ahogados en esta actividad”.
Lo cierto es que casi a diario el secuestro de redes y pejerreyes se hizo un clásico en nuestro gran espejo de agua, que restringe a través de vedas la pesca deportiva, no así una actividad económica que se encuentra al margen de la ley y que indigna o molesta a aquellos que aman un fin de semana a pura pesca.
Sánchez Rosado aseguró que se está poniendo énfasis y todo los recursos de los que dispone para terminar con esta actividad ilegal que no dejó de crecer en los últimos años.
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