Ventajas y desventajas
Artículo publicado en el “The Big Game Hunting Blog”. Traducción y Edición Carlos Nesci para Revista Aire Libre
¿Telescópica o abiertas? Esta cuestión ha estado presente desde el momento en que los cazadores tuvieron a su alcance la opción de adquirir miras telescópicas.
Desafortunadamente, no resolveré el controvertido tema durante el transcurso de esta nota. Sin embargo, espero describir los pros y contras de ambos sistemas y confío en poder proporcionar algunos buenos consejos para los cazadores que se encuentren ante esta disyuntiva, en particular, a los que recién se inician.
Las miras telescópicas
Una mira telescópica de alta calidad es una gran opción para la mayoría de los cazadores. Proporciona muchísima luz y la amplificación de la imagen ayuda a identificar con mayor certeza a la presa. Una buena mira con un lente de gran diámetro proporcionará mucha más luz que las miras abiertas. Esto es especialmente importante durante la caza, ya que algunos de los momentos más productivos acontecen durante la primera y última hora de luz de cada día. Los pocos minutos adicionales de luz propicios para el disparo que ofrece una mira óptica de alta calidad pueden hacer la diferencia entre una presa abatida y una oportunidad perdida.
Además, le permite al cazador identificar al animal en circunstancias mucho menos que ideales, tales como a través del follaje espeso o entre ramas. Esto puede ayudar a determinar las características de un animal y entre otras cosas, observar su sexo y tamaño, determinando así si es o no legal dispararle, o si se trata o no de un trofeo de interés. Todas estas son ventajas muy apreciadas, particularmente, por gente cuya vista es deficiente, quienes encuentran en la claridad y magnificación aliados muy importantes tanto a la hora de observar como de disparar.
A pesar de que proporcionan varias grandes ventajas, también tienen su lado negativo. Mientras que hoy en día son en general más duraderas de lo que eran hace 20 ó 30 años atrás, no llegan a ser tan robustas como las miras abiertas y, por lo tanto, es necesario mayor cuidado en su manipulación cuando se transportan. Un descuidado despachante de bodega de avión, puede golpear una mira y desajustar su calibrado o dañarla de manera irreversible. Esto podría ser desastroso y arruinar una cacería antes de que comience.
Las telescópicas también son más pesadas y voluminosas que los miras abiertas. Para un cazador que se sienta en un apostadero esperando un ciervo esto no es una preocupación, pero sí lo es para un cazador que camina 8-12 kilómetros al día cazando en África.
Si el estilo de caza es el rececho y va a caminar mucho, debe prever cuáles serán sus necesidades y evaluar cuál es el sistema más conveniente. Llevar un kilo innecesario puede rápidamente socavar su energía y hacer el tiro mucho más difícil y menos preciso al final de una larga jornada de rececho.
Además, especialmente en el caso de miras de muchos aumentos, se suele necesitar más tiempo para adquirir el blanco a apuntar que con miras abiertas. Cuando se caza en la espesura, o cuando la presa se mueve rápidamente y a corta distancia, una mira telescópica puede ser un obstáculo más que una ayuda.
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Las miras abiertas
Son generalmente más baratas, livianas, duraderas y rápidas para encarar el blanco que una mira óptica. Uno puede comprar miras abiertas de buena calidad por U$S 100-200, un precio mucho menor que el de las buenas miras telescópicas que normalmente comienzan en u$s 250 y suben hasta varios miles de dólares. Esto es algo a considerar, especialmente para un cazador con bajo presupuesto. Las miras abiertas pesan 60 g, a lo sumo, y se transforman en una elección atractiva para el cazador que llevará un rifle durante mucho tiempo en sus brazos. Además, a pesar de no ser indestructibles, son considerablemente más resistentes y difíciles de dañar que una mira óptica.
Por último, las miras pueden ser también cerradas como las ortópticas o peep sight que permiten apuntar con mucha precisión y rapidez, ya que el ojo humano – automáticamente – centrará la vista en el guión al mirar a través de la apertura trasera.
Las desventajas de las miras abiertas se hacen más evidente cuando se caza en condiciones de poca luz y a distancias considerables, ya que a diferencia de las miras telescópicas no incrementan la luminosidad ni proporcionan ninguna ampliación. Esto significa que el cazador tiene menos luz disponible para efectuar el disparo cuando se caza al amanecer o al anochecer y en la espesura del follaje. Además, dado que las miras abiertas no proporcionan ninguna ampliación, el rango de distancia para efectuar un disparo certero se reduce. Mientras que los tiradores deportivos de la especialidad miras abiertas, son ciertamente capaces de hacer disparos de precisión hasta los 1000 metros, eso no significa que resulte recomendable hacerlo como práctica de caza. En realidad, el rango de caza máximo – en condiciones ideales – para las miras abiertas es de unos 300 metros, y en condiciones promedio, menos de 200. Yo, personalmente, no recomiendo efectuar un disparo con miras abiertas a más de 150 metros.
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Las miras de punto rojo
Son una opción interesante con una performance muy aceptable. Son la variante intermedia entre los otros 2 sistemas. Al igual que con las anteriores, existe un amplio espectro tanto de precios como de calidad. Una mira de punto rojo de alta calidad permitirá apuntar a la presa muy rápidamente (incluso más rápido que una mira ortóptica) con muy buena precisión dentro de rangos de distancia cortos a medianos.
A las miras de punto rojo también se les puede acoplar un magnificador para proporcionar una mejor imagen de la presa y así lograr disparos más precisos a mayores distancias. Dependiendo del tipo exacto del modelo de mira usada, este sistema es el que puede proporcionar el mayor campo de visión.
Desafortunadamente, también tienen sus desventajas. Por un lado, aunque no son extremadamente pesadas, lo son más que las miras abiertas. Otro problema es que usualmente son alimentadas por baterías. Si bien estas suelen ser duraderas, una muerte súbita de la batería puede ser molesta y hasta peligrosa, dependiendo de la situación. Por último, una mira de punto rojo de alta calidad es cara, a veces incluso más cara que una telescópica tradicional de rango medio. Por supuesto, este precio se incrementa si se le adiciona el magnificador.
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Conclusión
Por lo tanto, queda claro que el mejor sistema a utilizar, dependerá en gran medida del tipo de cacería a realizar. Si vamos a cazar en grandes llanuras y a grandes distancias, una buena mira telescópica es lo indicado, al igual que si lo hacemos en el monte dentro un entorno complejo.
Pero, si estamos cazando en los confines relativamente estrechos de un monte denso con un alcance máximo de alrededor de 50 m o menos, las miras abiertas son probablemente la mejor apuesta. Lo mismo ocurre si se espera un encuentro rápido y cercano con la presa. De hecho, ya que la mayoría de los disparos se harán relativamente cerca y a blancos que se mueven rápidamente, muchos cazadores profesionales, que guían la caza de especies peligrosas, utilizan miras abiertas, ortópticas o de punto rojo. La razón no es otra que la velocidad de encare y adquisición del blanco.
A veces, lo mejor es tener una configuración de rifle que posibilite cambiar rápidamente de sistema según lo dicten las condiciones. Equiparlos con anillas especiales – para miras telescópicas – que permitan la observación de las miras abiertas del arma (si esta las trae de serie) no es una mala opción.
Algunos rifles, como muchas de las modernas variantes de producción del AR-15, están diseñados para cambiar rápidamente de miras. Con un conjunto de anillos desmontables AR-15 de alta calidad, un tirador puede alternar entre una telescópica y una de punto rojo o miras abiertas, en sólo cuestión de segundos.
Hasta aquí llegamos con esta nota, espero haber suministrado la suficiente información como para que saquen sus propias conclusiones.
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Jorge Saenz
Un excelente y poco común artículo traducido de los que saben bastante sobre caza.
En lo personal: alza óptica toda la vida.
Sería bueno que no se emplee el término “rifle” por fusil, que no tiene significado alguno para el Decreto Reglamentarios de nuestra Ley de Armas, es decir la más completa y avanzada del mundo…todavía.