Ya casi no quedan regiones no afectadas por la epidemia
Según el último informe del Ministerio de Salud de ese país, de los 26 estados provinciales, hay cuatro de ellos que tienen casos confirmados de la dolencia y otros 21 tienen enfermos con síntomas aun bajo investigación.
Ya no existe, en los hechos, territorio brasileño libre de la circulación de fiebre amarilla. Según el último informe del Ministerio de Salud de ese país, de los 26 estados provinciales, hay cuatro de ellos que tienen casos confirmados de la dolencia y otros 21 tienen enfermos con síntomas aun bajo investigación. Lejos de lo que se podría pensar, el sur del país fue alcanzado por el virus: así lo demuestran las cifras de la dolencia en Paraná, Santa Catarina y Río Grande del Sur. Precisamente, es a partir de estos datos que el gobierno brasileño decidió, el 20 de marzo último, declarar “todo el territorio brasileño como área de recomendación de vacuna contra la fiebre amarilla”.
Las únicas regiones que por el momento parecen a salvo de la contaminación con el virus están en el norte y el nordeste: Amapá, Roraima, Maranhao, Ceará y Río Grande del Norte. Estas dos últimas provincias brasileñas poseen playas que suelen ser visitadas por turistas extranjeros y argentinos: las próximas a Natal y las de Fortaleza.
En Pernambuco, donde se encuentra por ejemplo Porto de Galinhas, hay un único caso en estudio. En Maceió, la capital de Alagoas, hubo tan solo un paciente confirmado. Pero en el territorio catarinense, donde se encuentra Florianópolis, hay 11 enfermos informados.
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Brasilia, Río de Janeiro, San Pablo y Minas Gerais, son las regiones más afectadas, al punto que registran altos números de muertes: 41 en el estado paulista, 12 en el área fluminense y 44 en el estado mineiro.
En total, según el Ministerio de Salud brasileño, entre el 1º de julio de 2017 y el 13 de marzo último se confirmaron 920 casos en todo el país; de ellos, 300 fueron mortales. Y hay, en la actualidad, 769 personas sospechadas de haber contraído la fiebre amarilla.
Esa cartera informó, la semana pasada, que por primera vez desde 1942 “el virus de la fiebre amarilla circula en las regiones metropolitanas con mayor contingente poblacional”. Subraya que eso deriva en un alto número de habitantes, 32 millones, sometidos al riesgo de contraer la dolencia. En el período anterior (julio 2016-junio 2017) el brote alcanzó a 8,9 millones de brasileños.
Es cierto que a partir de ahora comienza la disminución de la incidencia del virus. Y esto tiene que ver, obviamente, con la aproximación del invierno, menos propicio para la proliferación del Aedes aegypti, el mosquito que transmite la enfermedad a los seres humanos.
De acuerdo con fuentes ministeriales, la decisión de alcanzar con la vacuna a todo Brasil se basó en sugerencias de la Organización Mundial de la Salud, que aconsejaban generalizar la prevención con la vacuna. “La medida es preventiva y tiene como objetivo anticipar la protección de toda la población para el caso en que aumente el área de circulación del virus”, lo que de hecho ya ocurrió. Fue lo que sostuvo el ministro Ricardo Barros.
Esa estrategia de universalizar la vacunación se había adoptado hasta ahora en los tres estados provinciales más afectados: San Pablo, Minas Gerais y Río. A partir de junio, empezará la inmunización masiva en Santa Catarina, Río Grande del Sur y Paraná.
Fuente: CLARIN
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