La Policía Federal de Brasil quiere imponer restricciones a las exportaciones a Paraguay
¿Es que les parece de verdad que las armas de ellos sólo nos matan acá en Brasil?. Por Bene Barbosa*
Recibo ahora, estupefacto, la noticia de que la Policía Federal de Brasil – mi país – ha solicitado a los Estados Unidos imponer restricciones a la exportación de armas a Paraguay. Bien, ¡eso se trata de un absurdo más! Una verdadera confesión de la falta de capacidad del estado brasileño y del fracaso de sus intentos de proteger su frontera. La demanda brasileña fue noticia en el periódico paraguayo Última Hora del 25 de marzo y provocó reacciones en varios grupos que defienden el derecho de la posesión de armas en Sudamérica. Creo que no es necesario decir que sus comentarios han sido poco elogiosos. ¿Bien, y sabes qué? Ellos tienen toda la razón.
Les cuento. El último diciembre, fui invitado a participar en la XXX Reunión del Grupo de Trabajo sobre Armas de Fuego y Municiones del MERCOSUR, que tuvo lugar en el Palacio Itamaraty, la sede de la cancillería brasileña, en Brasilia. Noten, señores, ¡aquella ha sido la trigésima reunión! ¡La trigésima! Y, solamente en la trigésima, alguien contrario a la fracasada política de desarme de la población civil pudo hacerse presente para exponer sus argumentos, de manera a hacer oposición a los defensores de las acciones restrictivas y del control de armas.
Y, claro, ha sido la primera oportunidad para que alguien discutiera los diagnósticos fallidos de costumbre, según los cuales una de las más importantes causas – o fomentadores – de la criminalidad en Brasil es el comercio legal de armas en sus vecinos, actividad que, aunque legal, suministraría armamento, a través del contrabando ilícito, al tráfico criminoso en Brasil.
En aquella oportunidad, presenté algunas cuestiones al Grupo de Trabajo, como ¿por qué, al final, las armas son contrabandeadas a Brasil?; ¿por qué estas mismas armas no son un problema en los países fronterizos, pero, sí, son en Brasil? Muy bien, la respuesta me parece muy sencilla:
Brasil presenta una gran demanda de armas por parte de sus propios criminales, quienes siguen libres, impunes y incontrolables.
Paraguay y Uruguay tienen legislaciones verdaderamente menos restrictivas a la posesión de armas de fuego por sus ciudadanos y, al mismo tiempo, presentan índices criminales mucho más bajos que los de Brasil con su paradigmático estatuto de desarme. Por eso, siempre menciono a esos dos países como ejemplos en mis conferencias.
Paraguay presenta el tercer más bajo índice de homicidios en Sudamérica, y las estadísticas demuestran que el número de asesinatos sigue disminuyendo en los últimos años. Eso prueba que Paraguay esta haciendo su tarea doméstica, diferentemente de Brasil, lo que lamento. Y, tratando de Brasil, es justamente su fracasada política de seguridad pública uno de los factores que impiden a Paraguay exhibir estadísticas aún mejores. El fracaso brasileño le hace daño a Paraguay. La verdad es que el país guaraní no puede presentar mejores números, pues tiene una larga y problemática frontera con Brasil, donde los criminales siguen prosperando. El fiscal paraguayo Hugo Volpe, amenazado de muerte por combatir el crimen organizado brasileño en su país, ha afirmado que el PCC – una banda criminal organizada de San Pablo – es actualmente la más grande amenaza enfrentada por Paraguay. ¡Una vergüenza para Brasil, con sus criminales for export!
Mirá también: Brasil – Las armas en el debate electoral
Uruguay, por su parte, es el país más armado de Latinoamérica, según IANSA (International Action Network on Small Arms), una organización globalista que defiende el desarme de la población civil. En Uruguay, hay un arma de fuego para cada seis habitantes. Si las armas fueran realmente un problema, el índice de homicidios sería, de la misma manera, el más alto del continente; sin embargo, ¡el número de asesinatos es el segundo más bajo de toda América del Sur! Reitero la pregunta: ¿por que las armas de allá sólo son utilizadas para fines criminales después de cruzar la frontera con Brasil? La respuesta ya se ha dado… Mientras tanto, Brasil, un país cuyo gobierno juzga tener la sabiduría para dar consejos a otro en esa materia, sufre con los más altos índices de criminalidad del mundo, con los 60 mil asesinatos al año.
En los años 90, la industria brasileña era repetidamente acusada de facilitar el contrabando de armas producidas en Brasil para el mercado legalizado de los países fronterizos. Bien, es que la misma industria trató de paralizar sus exportaciones a los vecinos de Brasil. Y, ¿qué pasó entonces? ¡Simplemente nada! Las antes preciadas armas brasileñas fueran sustituidas por las armas de otros fabricantes, sobretodo de los Estados Unidos. ¿Ahora, el gobierno de Brasil quiere que los productores norteamericanos hagan lo mismo?
Una medida más sin efecto real para Brasil, pero una clara ofensa a la soberanía de Paraguay. Se trata de un verdadero atestado del fracaso de la seguridad pública en Brasil, sobretodo de la vigilancia de nuestras fronteras. Si hay algo que nuestros hermanos suramericanos pueden aprender de nosotros respecto a la seguridad pública, especialmente de la política de desarme, ¡es lo que no deben hacer jamás! Si los Estados Unidos deben dejar de exportar armas para Paraguay y Uruguay, Brasil debe dejar de exportarles sus criminales.
*Bene Barbosa es brasileño, experto en seguridad pública, presidente de la organización civil Movimento Viva Brasil y autor del libro La burla del desarme (Mentiram Para Mim Sobre o Desarmamento)
Impactos: 98
Daniel Martinon
Bene Barbosa és el auténtico combatiente en los derechos de la posesión de armas en Brasil. Extrena recién sus textos traduzidos para el español, donde confirma propriedad, firmeza y contenido de calidad. Todos los latinos americanos pueden filiar a su movimiento MVB, através de su página web. Congratulaciones a Aire Libre por la publicación.