Se corre a altas temperaturas bajo cero
En 2018 se cumplieron 15 años de su creación. Ya está abierta la inscripción para la edición del 2019 con un costo de 16.000 Euros.
El Maratón del Polo Norte se desarrolla en la periferia de los 90º Latitud Norte, es decir, donde el Norte da el paso al Sur en cualquier dirección. Ese diminuto punto de la geografía terrestre se sitúa sobre la costra de hielo flotante del Océano Glacial Ártico. Por tanto, la superficie helada sobre la que hay correr el maratón se desplaza varios kilómetros al día en cualquier dirección, según sean las corrientes marinas y la dirección del viento. Si bien, su deriva no es perceptible y solo se aprecia cuando se comprueba el track del GPS sin haber dado un solo paso.
Es en ese lugar tan especial del globo terráqueo donde el pasado 16 de abril se celebró la decimoquinta edición del Maratón del Polo Norte. Como se puede imaginar no se trata de una carrera sencilla en cuanto a logística y presupuesto porque primero hay que llegar al remoto Polo Norte Geográfico. Para ello, la organización se vale de la Base Polar BARNEO y de los vuelos lanzadera que desde el archipiélago noruego de Svalvard trasladan a equipos de científicos y deportistas.
Como cada año, en los días previos al maratón, la Asociación de Exploración Polar de Rusia había lanzado a sus paracaidistas con un par de tractores quitanieves para acondicionar una pista de aterrizaje en el hielo. De esta manera facilitan el acceso aéreo a sus visitantes. No hay que olvidar que Base Polar BARNEO es temporal y es levantada cada primavera entre los 89º y 90º Latitud Norte, ubicación siempre condicionada por la deriva de la costra de hielo flotante.
Una vez la Base BARNEO y su pista de aterrizaje están listas, un Antonov preparado para aterrizajes difíciles recoge a los corredores en la isla noruega de Spitsbergen para su traslado. La Base permanece operativa durante un mes dando soporte logístico a las expediciones que allí recalan y cuenta con un par de helicópteros Mi-8 de apoyo en los traslados al interior del casquete polar y, en su caso, del rescate de expediciones en apuros. Actualmente es la moscovita Irina Orlova, la responsable de todo este despliegue logístico. Irina es toda una veterana del Polo Norte involucrada en la montaje de la Base Polar BARNEO desde 2002. Precisamente ese año fue cuando el organizador del Maratón del Polo Norte, el irlandés Richard Donovan, corrió en solitario el primer maratón alrededor del eje terrestre del Polo Norte. Un año después nació el Maratón del Polo Norte.
Sesenta corredores, de una veintena de nacionalidades, han sido los que han completado la decimoquinta edición del maratón más septentrional del planeta. Pasadas las 00:00 h del 16 de abril comenzaba el gélido maratón. En estas latitudes no hay problema con la oscuridad porque en primavera el sol no se oculta. Una vez en acción, cada participante buscó su mejor gesto de carrera en la superficie helada, con dunas de nieve, montoneras de bloques de hielo, grietas y el severo ambiente polar.
Entre los 60, un argentino – Cristian Gorbea
Bajo sus pies una plancha de hielo de metro y medio de grosor les mantenía a flote sobre un océano de 4.000 m de profundidad. En esta edición las numerosas balsas de nieve azúcar ralentizaron los tiempos previstos por los participantes, con el añadido del siempre presente frío extremo que en condiciones de viento multiplica, y por mucho, la dificultad de cualquier actividad deportiva de intemperie. Recordamos que los records del North Pole Marathon están en posesión del irlandés Thomas Maguire, 3:36:10, logrado en 2007, y de la alemana Anne-Marie Flammersfeld, 4:52:45, en 2014.
Temperaturas que han oscilado en torno a los 33º bajo cero y viento racheado son los factores que han definido la clasificación general. En ese escenario no solo se hiela el sudor, también los geles y los líquidos. Además, la excesiva sofocación no expulsada se convierte en hielo acumulado entre las diferentes capas, convirtiendo a la ropa en una armadura helada que puede llegar a colapsar el organismo. Conviene no fallar en la elección de la equipación.
Las exigencias del terreno pronto definieron la cabeza del pelotón en un tira y afloja con pocos cambios hasta formar el pódium de 2018. Primero en meta fue el griego Argyrios Papathanasopoulos, firmando 4:34:36. Segundo el moldavo Dmitri Voloshin, 5:03:26. Y tercero el australiano David Field, con un crono de 5:03:34. De igual modo, las dificultades del entorno pronto marcaron el transcurrir de la carrera femenina a favor de la corredora china Guoping Xie, 6:43:20. Seguida de la polaca Joanna Medras, 7:02:21. Y cerrando el pódium la rumana Adriana Istrate, 7:19:51.
Más Información en la Web Oficial del Maratón del Polo Norte
Fuente: Revista Trail Run y Sitio Web Oficial del evento
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