Una guía para poder hacer una buena compra
Por Leonardo Nalda para Revista Aire Libre
Una de las primeras cosas que me paso al ir a un negocio de pesca a comprar jigs, fue quedar apabullado por la cantidad de formatos y colores de jigs que tenía a disposición. Con muy poca experiencia, recuerdo que me limité a comprar algunos pesos y formatos distintos y a elegir los colores de manera aleatoria más por intuición que por conocimiento.
Para que no pases por la misma situación, voy a hacer una breve reseña de los puntos a tener en cuenta a la hora de elegir nuestros jigs en función de lo que necesitemos pescar.
El peso
Como vimos en la nota publicada en Aire Libre N° 31 (Diciembre 2017), el peso es el necesario para pescar lo más vertical posible a la profundidad que necesitemos llegar. Hasta acá todo es muy simple y con un poco de prueba y error podemos rápidamente determinar los pesos adecuados para nuestras salidas habituales.
El problema comienza, cuando nos topamos con situaciones poco habituales y allí es donde tener un jig específico nos puede salvar la salida de pesca.
Como ejemplo, recuerdo una salida de pesca de altura hace un par de años en la cual nos enfocábamos en pescar variada con carnada a una profundidad promedio de 50 metros. Como era habitual en mí, en un momento del día, cambiaba el equipo de variada por uno de jigging y me divertía concretando algunas capturas con un equipo más liviano y divertido.
En un momento, comencé a ver unos destellos plateados seguir la carnada al ser lanzada a unos 5 o 6 metros de profundidad. Intrigado busqué rápidamente mi equipo de jigging, y coloque un pequeño jig de tan solo 25 grs que llevaba de casualidad en el bolso porta jigs. Para mi sorpresa y la de todos mis compañeros de pesca, comencé a sacar una caballa atrás de la otra. Un cardumen fue atraído por la carnada que se desprendía de las líneas y me regaló un buen rato de diversión. La lógica indicaba que en mi bolso solo tuviera jigs de entre 150 y 300 grs, pero algunos pequeños jigs de entre 20 y 60 gramos pueden darnos muchas sorpresas agradables con caballas, anchoas de banco, pejerreyes, pescadillas y hasta corvinas.
El color
Si tenemos en cuenta que la luz solar solo penetra unos 30 metros en el agua, y que cuando hacemos pirking en Mar del Plata lo practicamos en profundidades superiores a los 40 metros, el color no debería ser un factor importante a la hora de elegir el jig.
Lamentablemente en la práctica, había colores que pescaban más que otros, lo cual durante un tiempo me desconcertó muchísimo. Después de investigar un poco, note que algunos jigs, están pintados con pintura foto luminiscente, (la que se carga con la luz ambiente) y que justamente estos jigs eran los que mejor respuesta tenían.
Para confirmar lo que pensaba, compré ese tipo de pintura, y repinté algunos jigs que estaban vírgenes de piques y comenzaron a pescar tanto como los otros. Eso me dejó como enseñanza que en un jig hay muchos detalles técnicos que hacen a su funcionamiento.
Pescando limones, anchoas y bonitos en profundidades menores a 20 metros, la canción es otra y por mi experiencia no dejo de llevar algún modelo en color rosa, naranja y azul. También me gustan los que imitan a peces forrajeros, sobre todo si hay cardúmenes de pequeños peces presentes. En estos casos me inclino por los modelos más realistas y con mayor nivel de detalle.
El Formato
Básicamente tenemos dos tipos de jigs: con peso simétrico o asimétrico.
Los de peso simétrico van a caer de manera horizontal en el agua y suelen llevar anzuelos de los dos extremos, ya que los peces pueden tomarlos de un extremo u otro.
Los de peso asimétrico, generalmente tiene el peso concentrado en la parte trasera y suelen llevar un assist hook simple o doble en la parte más fina (la que quedaría hacia arriba). Esto es así, ya que generalmente los trabajamos golpeando las piedras y el anzuelo en la parte más pesada y tiene muchísimas chances de engancharse en el fondo.
Generalmente no noto mucha diferencia en la efectividad de los distintos formatos al momento de recogerlos a media agua. Lo que si es un punto determinante es llegar lo más rápido posible al fondo. La mayoría de las veces el jig que cae primero es el que más chance tiene de ser tomado por el pez dominante de esa piedra, que suele ser la presa mas interesante de capturar.
Por ese motivo suelo elegir para hacer pirking, los modelos mas compactos que me van a asegurar llegar rápidamente al fondo. Es increíble como dos jigs del mismo peso, pero de formatos distintos, llegan al fondo a velocidades tan dispares. (en algunos casos la mitad del tiempo)
Assist Hook
En los jigs, los anzuelos van atados a un lazo de Dacron y luego pasados por una anilla sólida. A esta anilla se ata la línea principal del reel que queda en línea con el o los anzuelos.
Esta forma tan particular de presentar los anzuelos en los señuelos en relativamente moderna. De hecho solo encontré una referencia de pescadores comerciales de Japón que llamaban a este tipo de presentación ¨Jigoku-Bari¨ qué significa anzuelo del infierno. Cabe destacar que hasta 1998, no se los incluía en ningún catálogo de pesca de Japón.
No está de más decir que es una pieza fundamental de nuestro equipo y que en caso de tener que comprarlas, suelo elegir las de mejor calidad posible, ya que muchas veces es el factor que determina si logramos la captura o no. Para peces con dientes muy afilados existen modelos de alambre acerado y de cable de acero, que si bien no tienen la movilidad del dacron, resisten muy bien los dientes afilados de especies predadoras.
De costa o escollera.
Desde hace algún tiempo, hay una modalidad cada vez mas difundida de jigging, que consiste en pescar de costa o escollera con pequeños jigs, todas las especies cazadoras que se tienen a mano. Se utilizan cañas de 3 metros, reeles frontales cargados con multifilamento y jigs de entre 15 y 80 gramos dependiendo de que especie busquemos. Hay que aclarar que en este caso el jig no se lo utiliza pescando vertical. Se lo arroja lejos y se lo trae con pequeños tirones para darle vida.
Pescando desde la playa la especie que más capturan son los lenguados que parecen no resistir los modelos alargados (tipo williamson Benthos). Imagino que las anchoas de banco, palometas y pejerreyes de nuestras escolleras, tomarían muy bien este tipo de engaños y seguramente este tipo de pesca será motivo de una nota en un futuro no muy lejano.
El resto del Equipo.
En una jornada normal de jigging hay varios elementos que pueden ayudarnos a pescar de forma más confortable. Dentro de la lista de cosas que no pueden faltarme están, un buen par de lentes polarizados, el thali de combate, una buena pinza con abre anillas, un boga grip, y toda la indumentaria necesaria para evitar quemaduras por exposición al sol.
Desde hace un tiempo utilizo un Leader de Sufix que tiene unido un loop de Dacron a una sección de nylon lo cual es ideal para no tener que hacer ningún nudo para unir directamente el multi al nylon o fluorocarbon.
Conclusión.
El jigging es una modalidad nueva que crece día a día, muchos de los conceptos que conocemos se están escribiendo sobre la marcha y van actualizándose permanentemente. Eso implica que muchas de las pautas a seguir las vamos descubriendo a medida que sumamos experiencia y eso por momentos es muy gratificante.
Tómese el tiempo de experimentar esta pesca y seguramente será un fanático más de los que se suman día a día. Mucha suerte y buena Pesca!!!!!
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