Tres en uno: sacrificio de atletas
Por Néstor Saavedra para Revista Aire Libre
Tal vez sea “culpa” de Pancho Ibáñez y su El deporte y el hombre, que a comienzos de la década del ´80 comenzaron a pasar las imágenes del Iron Man de Hawaii. Seguramente un gran golpe de efecto fue el de Alfredo Fascinato y el “Solo de Hawaii”. En un entretiempo del clásico marplatense de Boca-River, este deportista ingresó a la cancha, finalizando su recorrido con las mismas distancias y dificultades de un Iron Man, pero solo. Fue ovacionado y despertó el “bichito” en muchos que estaban presentes o lo miraban por televisión. Lo cierto es que hoy, más de 30 años después, el Triatlón vive un verdadero auge en la Argentina y en el mundo.
Básicamente se trata de carreras que, sin descanso, hilvanan natación, running y ciclismo. Se puede practicar sin competir, claro, pero son casos excepcionales ya que fue creada como una actividad para medirse contra otros e intentar el menor tiempo posible. La distancia olímpica suma 1.500 metros nadando, 40km en bicicleta y diez kilómetros más a pié.
El triatlón se inició en Estados Unidos en la década del ´70 y se corrió por primera vez en la Argentina en 1984. Mario Delpodio (apellido que parece haber signado su vocación deportiva), historiador del triatlón y veterano atleta, cuenta sobre los inicios de la actividad. Mendoza fue la cuna; y entre llamativos y graciosos, los volantes invitaban: “¡Délen (sic) Atletas! 1 km de natación, 60 km de bicicleta, 10 km de trote y una semana en el Hospital”.
Claudia Saavedra, Secretaria de la Federación Argentina de Triatlón, explica que si bien la entidad regula la práctica competitiva nacional del Tria, como se lo llama en la jerga local, “la mayoría de las personas disfrutan compitiendo con amigos casi siempre representando a una provincia, una asociación local o grupos de running”.
La práctica ha crecido mucho: incluso se han ido abriendo distintas modalidades, según la cantidad de kilómetros que se recorren en las tres disciplinas, las actividades deportivas o las personas que lo practican. Así, por ejemplo, en climas rigurosamente fríos o donde no hay aguas abiertas para nadar, se ha omitido esta expresión y creado el duatlón (no es lo mismo que el biatlón), combinando diez kilómetros de carreras, cuarenta de ciclismo y otros cinco, nuevamente pedestres.
En nuestro país, agrega Claudia, lo practican hoy, aproximadamente, seis mil personas. Es una cantidad significativa teniendo en cuenta que solo el Iron Man congrega unas 1.600 en cada una de las tres competencias anuales que organizan en nuestro país. El nombre es una marca registrada, que realiza un triatlón más exigente en distancias. Mar del Plata en diciembre: natación de 3,800 metros, ciclismo de 180 kilómetros y pedestre de 42 kilómetros. Otros dos, de la mitad de recorrido en Tigre (noviembre) y Bariloche. Este último, disputado en marzo pasado, marcó un verdadero récord de movimiento en la ciudad rionegrina. Mariano Patrone, director de Event Live, la empresa organizadora, señaló que participaron “400 atletas extranjeros, generando un movimiento global de más de 6.000 personas entre competidores y familiares”. Hubo 1.200 participantes argentinos y 25 mil dólares en premios para los profesionales e implicó un movimiento de unos 5 millones de dólares en alojamiento, comidas, excursiones, pasajes y demás gastos.
Para practicar triatlón sólo hace falta contar con un equipo adecuado básico: traje de baño y antiparras, una bicicleta y zapatillas. Luego, hay a disposición unas 40 escuelas en nuestro país. Para adultos tienen precios muy variados y, curiosamente, para niños de seis a catorce años, el Estado Nacional tiene varias escuelas gratuitas en todo el país, agrega Claudia. Se suele practicar entre seis y ocho horas por semana.
Luciano Taccone, quien representó a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Rio 2016, fue muy sincero en aquel momento: “es un deporte demasiado exigente; tu cuerpo está al límite todo el tiempo; hay que saber tolerar el cansancio, la fatiga, a la hora de entrenar y de competir; en este deporte, el que más aguanta, es el que hace la diferencia, es el que gana”.
El Paratriatlón
El paratriatlón se incorporó a los Juegos Olímpicos en la última edición de Rio de Janeiro 2016, si bien se venía realizando, aunque en paralelo, desde Atlanta ´96.
Las distancias en paratliatón se acortan, pero no reducen, en nada, el esfuerzo de los deportistas: 750 metros de nado, 20 kilómetros pedaleando y cinco de carrera o sprint triatlón. Según las limitaciones físicas del deportista se lo divide en categorías: PT1, en sillas de ruedas especiales; PT2 a PT4, personas con fuerza muscular limitada o movimientos disminuidos; PT5, con deficiencia visual y el uso obligatorio de un guía de su mismo sexo y nacionalidad.
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