“Pescar no es chiste”
El genial humorista rosarino que se destaca en “La Peña de Morfi” por Telefe, es un ferviente pescador deportivo, pasión que comparte con su hijo Luciano Abecasis, ex River y actual jugador de Godoy Cruz Antonio Tomba.
Por Wilmar Merino para Revista Aire Libre
“Me enganchaste justo, llegué ayer de pescar” nos dice el humorista Chiqui Abecasis, rosarino él, cómico brillante en la repentización que siempre tiene un as en la manga para arrancar un chiste en cualquier situación. Su hoy por hoy es la mesa de humoristas de La Peña de Morfi, domingos al mediodía por Telefe, ciclo donde Geardo Rozín alterna la mejor gastronomía criolla con exponentes de nuestra música de raíz y los mas aclamados humoristas del medio.
“Vine de Reconquista, fuimos a pescar unos dorados y surubíes, pero también a probar con a variada”, cuenta Chiqui (apodo que le puso su abuela y tras el cual oculta su verdadero nombre), que al hablar de pesca nos cuenta que es una parte importante de su vida. “Salimos de Reconquista y cruzamos en lancha pescando primero el Paraná entre Santa Fe y Corrientes. Después nos metimos en unos arroyos y luego hicimos noche en unas casitas que alquilamos. Esta vez fuimos a Reconquista, pero normalmente voy a pescar a Esquina, partiendo de allí a un lugar que está entre Esquina y Goya. A mí y a mi barra de amigos nos gusta la variada de río”.
-¿Porqué siendo rosarino elegís Esquina como tu destino frecuente de pesca?
-A Esquina empecé a ir hace seis o siete años. Siempre te decían que la semana pasada sacaron… ¡yo quiero ir la semana pasada!. Yo iba a pescar a “Esquina” y los pescados salían ¡a mitad de cuadra! Jajaj. No, en realidad, me encanta Esquina. Abrís la ventana de tu cabaña y ves el río y los verdes, no el smog de las ciudades. Incluso si salís y te caga una paloma le decís “gracias por elegirme”.
-¿Y a Reconquista cómo llegaste?
-En Reconquista tengo un amigo, tiramos la lancha y salimos. Hay un lugareño que conoce y nos lleva a las islas. Vamos en un plan muy relajado, a comer lo que pescamos: y normalmente pescamos chivito, cordero, asado de tira jajajaj… vamos a divertirnos, hacer un campamento, pasar un par de días sin bañarnos y volver contentos. Y sí, si pescamos algo lindo nos lo comemos. Un surubí, algunos armados para un chupín. En fin.
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-¿Arrancaste de chico con la pesca deportiva? ¿Venís de familia de pescadores?
-En Rosario nací en Bella Vista. No tuve infancia de gran pescador. Pero igual en Rosario siempre tenés un mojarrero en tu casa y tenés el río cerca. Usábamos las lombrices que sacábamos de casa, donde teníamos algo de terreno. Ibamos con mi viejo a algún arroyo o con otros chicos a sacar bogas y bagres. O algún dorado a flote. Mas de adolescente con mis amigos teníamos una entrada a unos lugares del puerto para pescar en lancha frente a Swift. Eso era como un cebadero, había de todo, unos armados bárbaros, bogas, unos surubíes impresionantes y dorados.
-Sin embargo contás que tu verdadera pasión por la pesca llegó de grande.
-Sí, más de grande y con amigos. Ya a los 20 años empecé a salir con amigos, especialmente con Adrian Singarella. El salía de la oficina a las 6 de la tarde y nos íbamos al puerto a pescar bogas, armados y muchos amarillos. Ahora vos hablás de pasión y yo debo decir que no soy un tipo muy apasionado por nada. A todo lo disfruto mucho, pero no estoy 24 horas pensando en algo. Me gusta la previa, el compartir. Pero no tengo una necesidad de que si no pesco me muero. Mi hijo mayor sí. Cuando termina el torneo de fútbol y me dice “papá vamos a pescar”. Yo lo tomo como una cosa piola para actividad de joda con amigos, me gusta pero no soy loco.
-Ya que hablas de tus hijos, además de Luciano Abecasis (N de R: ex jugador de Rosario Central, River, Quilmes, Pescara y actual Godoy Cruz), ¿Algún otro salió pescador?
-El mas fanático es Luciano (27). Después está Guido (25), que a veces se prende. Y la nena es Irina (23) que alguna vez vino, pero no es lo suyo la pesca.
-Y con la mano en el corazón: ¿Éntre vos y Luciano quien es mejor pescador?
-¡La madre!- No, pescamos bien los dos. El es muy bueno. Yo tiro a morena y sale seca del agua, no la mojo jaja.
-¿Siempre pescás para comer o también devuelven?
-Hacemos pesca y devolución. Salvo que nos querramos comer un bichito, pero no matamos nunca para llevar para regalar, eso no existe, El que quiere comer pescado de río va y lo pesca o va y lo compra. Me gusta comerme un chupín de armado o una milanesa de surubí.
-¿Notás una merma del recurso tras años de pescar en el Litoral?.
-Se nota que no hay lo de antes, antes vos ibas y te asegurabas 4 piezas importantes, ahora buscás como loco y si no metes variada podés irte sin pescar nada. Ya no se ven en los arroyos los cardúmenes de sábalos todos con la colita arriba. Antes robábamos uno y lo usabamos de carnada con sus carnes o sus tripas. Ahora hay que comprarlo antes porque no los ves más.
-¿En nuestro país hiciste pesca deportiva en otros ámbitos que no sean del Litoral?
-Tuve experiencias de mar en la costa atlántica. Uno va de vacaciones a la costa atlántica, a Santa Clara del Mar, y prueba pescando de costa con la caña larga en las rocas. Allí también nos embarcábamos y traíamos bastante pescado. He salido a buscar tiburón también.
-¿Pudiste pescar en otros países?
-En Costa Rica salimos a buscar pez espada y no dimos con ellos pero metimos dos dolphin o dorados de mar, son increíbles, salen a flote para picar. Fue una hermosa experiencia haciendo trolling. También pesqué en Punta del Este, con Miguel del Sel. Estábamos los dos pescando y sacamos unas corvinas negras tremendas en la playa La Brava. Ahí había un pozo y las pescábamos con cangrejo de carnada. Fue una jornada impresionante, había como 300 cañas que cabeceaban todas juntas. Metimos una de 8 kilos, una cosa impresionante. Era el verano del año 2002.
-Por lo que contás no sos un pescador solitario. Siempre vas con barra de amigos, con compañía….
-Ahora vivo en Buenos Aires. Pero tengo mi barra de amigos para ir a pescar. A veces somos 4 en la lancha, pero si hay una costita me voy a un rincón y me quedo solo. No me disgusta agarrar mi posacañas, un poco de carnada, el termo y el mate e irme un rato solo hasta que hacen el asado. Después sí, volvemos al campamento y estamos todos juntos de nuevo. Tengo mis momentos de buscar tranquilidad. Es más, si alguien pone música fuerte le digo “bajala, no me gusta, vengo a otra cosa”. Tengo una barra nueva de amigos, de Vera, Santa Fe, con los que hemos ido varias veces.
-¿Ellos respetan tu descanso, ese momento en el que te sacás el traje de humorista y sos uno más?.
-Si claro. Los que me conocen jamás me dirían “Chiqui, contate un chiste”.
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