Una arquitectura a prueba del tiempo
Bellos poblados, con casonas, estancias, capillas e iglesias, componen un circuito de 55 kilómetros entre Tinogasta y Fiambalá a lo largo de la Ruta Nacional Nº 60.
El recorrido se inicia en Cerro Negro, a partir de donde se pueden ver desde la ruta pequeños pueblitos o caserios con sus iglesias y casas, totalmente realizados en Adobe. En la Localidad de Copacabana se puede visitar la antigua estación del FFCC Belgrano.
En la Localidad de La Puntilla se encuentra el Complejo Turístico Finca “LA SALA”; “LA SALA” es una distinguida Casona Histórica data del año 1850, donde podrás disfrutar de una Posada de Campo, un Restaurante, un Almacén de Artesanías y Regionales, compartiendo paisajes, aromas, sabores, artesanías, historia y cultura.
La Casona, es de estilo neoclásico construida con adobe que invita a hacer un alto en el camino para degustar los vinos que descansan en nuestras cavas, donde se conjugan los sabores con la amistad, la naturaleza con la cultura y los aromas con el color.
En Tinogasta se encuentra Casa Grande, una destacada construcción de adobe, ubicada a dos cuadras de la actual plaza principal de Tinogasta, que cuenta con posada/hotel boutique.
Por la Ruta Nacional 60 se arriba a El Puesto, donde se puede visitar el Oratorio de los Orquera, edificado a principios del siglo XVIII con vigas de algarrobo curvado y una torre campanario en forma circular construida con barro. De una plasticidad y arquitectura única en la región.
En la Falda, La Iglesia de Andacollo, restaurada en el año 2004 conserva sus líneas del neoclásico, con molduras talladas en cemento y cal.
También se puede visitar el Monumento Histórico Provincial Mayorazgo de Anillaco, donde se descubren las influencias de las estancias andaluzas del siglo XVIII, y la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, con piso de tierra, paredes de adobe y techo de caña y barro, construida en 1712 y por ser la iglesia más antigua en territorio catamarqueño, fue restaurada, para preservar el retablo, que es el original
En Watungasta, vale la pena visitar los vestigios (las ruinas) del “Pueblo de los grandes adivinos” o “unión de pueblos”, según su nombre indígena.
En Fiambalá, la Ruta del Adobe se destacan la Iglesia de San Pedro, La comandancia de Armas, la moderna bodega Don Diego (construida en estos años en adobe), y un sinfín de viviendas que nos llevan a las distintas épocas de este mágico pueblo.
Fuente: Turismo Catamarca
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