Descubriendo nuevos lugares.
Por Adrián A. Ayala –Chamigo Producciones.
Cuando uno es un apasionado por la pesca deportiva, empieza a encontrar químicas que permiten no solo aprender secretos de los que más saben, sino descubrir nuevos lugares geográficos. Algo de esto nos sucede cuando coordinamos una jornada con el guía Miguel Moyano, quien tiene su base operativa en Arocena, localidad situada sobre Ruta Nacional N°11 a unos 60 kilómetros al sur de la ciudad capital de la Provincia de Santa Fe.
Miguel Moyano es una personalidad en la región Litoral. Su trayectoria lo hace un destacado profesional de la actividad en una zona que no es de las más conocidas en el mapa de los destinos pesqueros de Argentina. Sin embargo, hace muchos años que las grandes especies de los ríos, como el surubí y el dorado, habitan en esos arroyos y afluentes del río Paraná al límite con la provincia de Entre Ríos, y si bien es una frase ya trillada, la mano del guía es fundamental a la hora de encarar este tipo de aventuras.
Para la ocasión, integramos el equipo junto a Eugenio Cassarini y Racka Vicino, experimentados pescadores que al igual que yo, sabemos del potencial de la región y los excelentes servicios del anfitrión. Los preparativos incluyeron buscar carnada viva y señuelos de media agua y profundidad para tentar a los dorados, que se estaban dando sobretodo en pleno río Paraná, para ser bien exactos sobre el canal de navegación.
Grandes sorpresas
Nuestra jornada comenzó bien temprano. A las 6 AM ya estábamos dirigiéndonos desde la ciudad de Santa Fe hacia Arocena. En un viaje de casi una hora, llegamos al hogar de Miguel sobre la costa del río, quien nos esperaba con la embarcación ya lista para partir. La pronunciada bajante de ese momento, hizo que las maniobras para salir al río Paraná sean de tipo expertas. Un viaje de hora y media nos obligaba a ser organizados con los tiempos de la pesca, especialmente para el retorno y las modalidades.
Con los equipos listos y encarnando con morenas, comenzamos el proceso de ubicar la embarcación para llevar adelante la modalidad conocida como “al garete”. El trabajo del motor eléctrico resultó clave para poder lograr que la pasada se dé exacta sobre el banco, aprovechando las profundidades; con los consejos del guía Miguel, no se tardó mucho tiempo para que la jornada nos entregue las primeras grandes satisfacciones.
Fue así que en el primer golpe de la morena sobre el banco, se sintió la primera corrida en la caña de Eugenio. Un hermoso dorado hizo su presencia, y a partir de allí nos dimos cuenta que la pasada daba resultados siempre a largas distancias, por lo que resultaba clave disponer de reels con carga mínima de 150 metros. Las bondades de la jornada bajo esa modalidad poco a poco nos fue dando satisfacciones a todos los integrantes de la embarcación hasta la oportunidad de disfrutar de un “doblete” que significó que todos sintamos que el día ya estaba hecho.
Fueron más de 10 capturas logradas y devueltas a su hábitat. Con portes que rondaron los 6 y 8 kilogramos, que deportivamente significaron luchas y momentos de mucha adrenalina, pudimos vivir un día de esos que siempre son motivo de charlas con amigos, compartir en redes sociales, y por supuesto, con nuevos aprendizajes para luego uno poder expresarlos y que otro afortunado pescador disfrute como hicimos nosotros.
Equipos Utilizados:
- Caña Okuma Morena Power: 20-40 Lb / 2.10 metros.
- Reel Okuma Komodo: Bajo Perfil – 8 Rulemanes – Manija y Carretel Metálico + Cuerpo de Grafito
- Multifilamento Ceymar 0.23 mm / 25 Libras.
Impactos: 113