Suecia: El viernes finaliza el plan de entrega voluntaria de granadas.
Entre el 15 de octubre y el 11 de enero de 2019 cualquier persona en posesión de granadas de mano o equipos pirotécnicos ilegales puede entregarlos a la policía sin peligro de castigo.
Se trata del primer período de amnistía de Suecia para explosivos ilegales realizado con “la esperanza es que los delincuentes opten por renunciar a algunas de las granadas de mano que están en circulación” según señalaba Emma Löfgren en el Diario Thelocal.se
La iniciativa fue propuesta por el gobierno de coalición de centro-izquierda el año pasado. En aquel momento el Ministro de Justicia Morgan Johansson le dijo a Thelocal.se: “Esto está vinculado a las bandas criminales que en general han aumentado el acceso a las armas que usan unas contra otras y contra el sistema judicial. Nosotros debemos sacar esto de nuestras calles “.
Según cifras de la policía , en 2017 se incautaron 43 granadas de mano en Suecia, de las cuales 21 habían sido detonadas. En 2016, se incautaron 55, de los cuales 35 habían detonado.
Ambos años fueron un aumento notable en la cantidad de granadas detonadas en 2015, cuando el número era de diez (aunque la cantidad incautada ese año, 45, fue consistente con 2017).
Durante el período de amnistía que está por finalizar, cualquier persona en posesión de bienes explosivos sin licencia puede entregarlos a la policía sin temor a ser castigados. Es posible permanecer en el anonimato. Dichos productos incluyen, además de las granadas de mano, a explosivos en general, detonadores u otros bienes pirotécnicos, como los fuegos artificiales ilícitos.
A diferencia de lo que sucede en general con los programas de entrega voluntaria de armas que se implementan en diferentes naciones, no está permitido llevar estos productos a las estaciones de policía, sino que los ciudadanos deben dar aviso previo para que se los pasen a retirar.
Suecia también tuvo su programa de entrega voluntaria de armas. Estuvo abierto entre el 1 de febrero y el 30 de abril de 2018. Alrededor de 12,000 armas de fuego ilegales fueron entregadas a la policía durante ese período de amnistía. Como en otros lugares, la mayoría eran viejos rifles de caza y solo unos pocos podían estar relacionados con el mundo criminal.
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