Sugerencias para iniciarse y no fallar en el intento.
Por: Dr. Aldo Galante para Revista Aire Libre.
Si hoy alguien me preguntara qué hacer para iniciarse en esta modalidad fotográfica, yo le aconsejaría que antes que fotógrafo tiene que ser un buen buzo. Adquirir una buena flotabilidad es esencial para su seguridad, la del medio ambiente y también para la calidad de las fotos que pretenda sacar.
Por lo tanto, me permito reiterar; ser un buen buzo y conocer el entorno por el que se incursionará es esencial, tanto para quien lo practica como para el medio ambiente.
Los arrecifes de coral tardan miles de años en crecer y madurar, y están siendo dañados por la actividad humana a un ritmo mayor del que se regeneran. Después de miles y miles de años, el arrecife alcanza el tamaño con que hoy lo conocemos, así como lo hace la biodiversidad marina que se concentra a su alrededor.
Suelen ser muy sensibles y por eso es tan importante protegerlos durante los tours de snorkel o buceo. Lamentablemente, un buzo que no lo sabe se apoya en él y lo destruye en un segundo. Me parece un precio muy grande a pagar por la Naturaleza para que nosotros podamos tener una fotito más, que quizás sea la última de ese coral.
En esto no se debería improvisar, aunque he visto fotografiar a buzos que todavía no están en condiciones de salir de una pileta.
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Una vez que se es un buen buzo, se adquiere cierto grado de experiencia y buen nivel de flotabilidad – en paralelo con la obtención de ese nivel de dominio – se puede comenzar a dedicar a la fotografía.
Hacer un curso, entender un poco de iluminación y composición que sirve tanto fuera como dentro del agua, visitar foros de fotografía subacuática y comenzar a conocer más de esta rama de la fotografía. De hecho, yo he tardado algunos años en comenzar a realizar fotografía submarina, siguiendo estos preceptos.
Así también, arrancaría intentando adquirir habilidad en el manejo del gran angular, que suele ser el lente más tolerante a los errores y luego, cuando ya nos encontremos habituados al medio y al manejo de las luces, comenzaría las aproximaciones hasta llegar a la macrofotografía.
Reitero que lo más difícil de esta especialidad no es sacar la foto sino encontrar aquello a lo que le queremos sacar la foto. Para lograrlo debemos conocer algo más de los lugares que habita la especie y su comportamiento para que los encuentros sean más frecuentes y efectivos. Por lo tanto, hay que tratar de aprender algunas cosas siendo algo autodidacta, como me ha tocado ser a mí, para saber qué buscar y dónde hacerlo en cada lugar porque sino la búsqueda será infructuosa.
Además, bajo el agua no hay tiempo que perder. Allí, posiblemente más que en otro ámbito, el tiempo es dinero! Hay que preparar muy bien los viajes, sabiendo de antemano qué es lo que vamos a buscar y encontrar.
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Aunque no lo crean, me ha tocado ver buzos experimentados que iban en busca de avistaje de tiburones en lugares donde hace décadas que no se avistan debido, en la mayoría de los casos, a que han sido diezmadas sus poblaciones; aun así, estos lugares son espectaculares para observar extrañas criaturas denominadas “Critters” en inglés.
Por lo tanto, si no se informan van a invertir un montón de dinero en viajes que pueden llegar a desilusionarlos ya que seguro no se cruzarán con un escualo; aunque puede ser un extraordinario lugar para ver otras cosas. Estamos hablando de buzos y no de “desinformados turistas”.
Recuerdo a un viejo buzo español que llegó a un lugar de Indonesia pidiendo ver tiburones y todo el mundo lo miró con cara de… “¿cómo puede ser que llegaras hasta acá sin que nadie te avisara?!” Y cuando me miró, como requiriendo alguna explicación, le dije: “Lamentablemente estás en el lugar equivocado. Podrás ver cosas hermosas de unos pocos centímetros pero no tiburones. Jamás he visto uno en este lugar y tampoco los han visto los buzos locales desde hace muchos años!” Por supuesto, el pobre hombre se llevó una gran decepción producto de la poca o nula preparación y/o planificación de su viaje.
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