El temperamental río Kispiox.
Artículo de pesca internacional, por Juan Dumas (*) para Revista Aire Libre
Norysur volvió al Bear’s Claw lodge sobre el legendario río Kispiox en British Columbia, Canadá. Después de una última estadía particularmente dura, se optó el año pasado por la seguridad de la pesca del salmón en Alaska. Había una sensación de que era necesario tener algo del otro lado de la línea. Alaska colmó esa necesidad hasta la saciedad, casi en exceso. Por lo que todos estaban dispuestos a arriesgar una vez más la difícil pesca del steelhead. Es difícil por varios motivos: 1) los runs son escasos en cantidad, 2) pican poco, 3) cuando lo hacen es fácil perderlos por lo explosivo de la pelea, y, 4) las condiciones del río (sucio-alto) pueden determinar que la pesca sea casi un ejercicio de casteo. Sin embargo, atrae como pocas cosas.
Porqué será?. Creo que hay varias respuestas. Y hay algunas cosas que indudablemente influyen tales como la experiencia única de compartir con un grupo de amigos una excursión de pesca en un lugar de enorme belleza y con la latente expectativa de conectarse con el pescado más poderoso que la pesca deportiva mundial ofrece en aguas frías.
Quien saca una steelhead ha hecho muchas cosas bien para lograrlo. No es de casualidad. Paradójicamente, su falta de abundancia hace a su atractivo y su emoción. Se lo llama el pescado de los 1,000 casts. Qué fácil es entonces distraerse, perder concentración, tener el leader mellado, confundir un pique con el fondo, etc.
El lodge, Bear’s Claw, es de un confort absolutamente inusual y, hay que admitir, que el volver de un duro día de pesca – a veces infructuoso – a este lodge, hace mucho por reconfortar el físico y el espíritu.
La mayoría volamos en el impecable Air Canada, pasamos un día en la excepcional ciudad que es Vancouver y luego, al día siguiente, tomamos un avión hacia el norte de British Columbia en el pueblo de Smithers. Ya es una tradición la invasión Argentina al excelente flyshop que tiene ese pueblo donde todos tenemos la sensación de que la compra de una mosca en particular puede hacer toda la diferencia, o de una línea que está dando resultados excepcionales, etc. Las tarjetas de crédito son castigadas duramente. Todos iban ya con todo su equipo listo y con nada que comprar……….. Todos salíamos con paquetes y bolsas. Al final terminamos usando, como siempre, 5 o 6 moscas a los sumo.
Desde el avión ya habíamos visto que el río Bulkley estaba marrón lo cual era descorazonador. Había que cruzar los dedos y ver que nos deparaba la naturaleza.
Al día siguiente nos buscaron del lodge y allí recibimos las primeras noticias. El Kispiox estaba sucio pero aclarando. La semana que había pasado había sido horrible con el río alto y oscuro. Los pronósticos del clima eran inciertos. Pero los dioses de la pesca nos sonrieron y el río fue tomando rápidamente claridad de modo que para nuestro primer día había condiciones más que aceptables desde el punto de vista de la visibilidad. La recepción en el lodge fue más que cálida ya que nos hemos convertido en viejos conocidos.
Todos, ellos y nosotros, cruzábamos los dedos para que tuviésemos una buena semana después de la árida excursión anterior.
Pero la steelhead no sólo necesita cierta claridad para tomar la mosca sino que son particularmente sensibles a los cambios en el nivel de las aguas. Sólo empiezan a picar con cierta consistencia cuando se estabilizan las condiciones. No era el caso.
La cuestión de los equipos a utilizar es todo un tema. La mayoría ha ido mutando a las cañas de dos manos o también las switch. Bien usadas, las cañas de dos manos ofrecen múltiples ventajas en lo que hace a la facilidad de lograr un lanzamiento de buena distancia, buen control de la línea y mejor manejo del pescado durante la pelea. Otros, ya minoritarios, persisten con caña de una mano (para líneas 8 o 9) en el entendimiento que constituye un pesca más deportiva. Sus resultados siguen siendo buenos.
La gran mayoría pesca casi exclusivamente con líneas de hundimiento. Cuando las steelhead no están particularmente activas es sin duda lo más apropiado ya que no se desplazan a tomar una mosca que no les pasa muy cerca. Pero cuando las condiciones son apropiadas la pesca con mosca seca, además de ser muy atractiva, pasa a ser también eficaz. Muchas veces una mosca que va por el fondo es evaluada y descartada por una steelhead y el pescador no se entera y sigue su marcha río abajo. En cambio con la mosca seca ocurre con frecuencia que el pescado sube y no la toma. Pero está detectado. Y ahí la mitad de la batalla está ganada. Uno insistirá en el lugar con distintas moscas o con hundimiento y tiene todas las probabilidades a su favor.
Los guías no le dan demasiada importancia a la mosca que uno utilice. Sin embargo hay ciertas premisas a seguir que tienen su lógica. Cuando el río está alto o con poca claridad es conveniente el uso de moscas de buen tamaño y el negro es el más visible contrastando con la luz externa. El uso del flash es también recomendable ya que lo único que brilla es un río es la escama de un pescado. La mosca grande también tiene el plus de que el pescado defiende su lugar ante intromisiones indeseables y las ataca. En cambio, cuando el río está bajo y claro es conveniente usar moscas mucho más chicas de tamaños entre 4 y 8. En esas condiciones también la mosca seca es recomendable salvo que la temperatura del agua sea muy baja.
La pesca no fue abundante – nunca lo es con el steelhead – pero todos los miembros del grupo, en el cual había tres debutantes, sacaron su steelhead. Otros sacaron más y otros engancharon varios pero no tuvieron suerte en llevarlos a la costa.
Las condiciones se iban poniendo cada vez mejores y eso hacía que se pescara con la convicción de que había reales posibilidades de sacar un buen steelhead. De hecho, es lo que ocurrió ya que se sacaron bastantes pescados muy grandes (de entre 20 y 28 lbs) tal como lo atestiguan las fotos. Para acotar las exageraciones estos fueron medidos en largo y cintura para determinar su peso aproximado, ya que, de otra manera, hubieran sido mucho más grandes!!.
Es difícil de describir la emoción y los nervios, aún de los más experimentados, ante el pique de una steelhead. Al ser tan escaso el pique y tan vigorosa la pelea se genera una adrenalina muy particular. Todas las horas, o días, de sequía previa se diluyen en un instante y todo cobra sentido.
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Eugenio Rivademar
Me parece fantástico q visiten Canadá en busca de las Chrome. Y sobre todo x el tamaño q llegan y, xsupuesto, las comodidades del lodge.
No obstante, xq no visita Santa Cruz, donde van a tener posibiludad d acceder a Steels?? El servicio de alojamiento no va a ser -tal vez- de la calidad d Canadá. Pero la pesca va a ser similar, tal vez mejor; a excepcion d los tamaños. D todos modos, pescar en Patagonia va a ser mucho mas economico, y con la posibilidad de visitar otros destinos cercanos: ej La Ruta d los Spring creeks, rio Capitan, y muchos otros mas. Gastando el mismo $$$. Dos x uno. Que no es poco. Saludos
Eugenio