Todo lo necesario para practicarlo.
Nota de Agustín Cassano para Revista Aire Libre.
A la hora de elegir la tabla hay que tener en cuenta los siguientes factores:
El nivel: si se practica wakeboard hace poco es mejor que elegir una tabla grande y ancha, que proporciona mayor control y estabilidad. Para niveles avanzados es mejor una tabla de wakeboard más reducida.
Peso y altura: al igual que con esquíes, hay diferentes tamaños según cada ecuación. Hay que dejarle la decisión a los especialistas para no cometer errores.
Tipo: hay 2, las de lancha a motor, con quillas incluidas, o las de cable/park, sin quillas para poder hacer módulos.
Botas: son abiertas o cerradas. Las primeras se adaptan a distintas tallas, pero no proporcionan tanta fijación en el pie como las cerradas.
Fijaciones: se ubican en la parte superior de la tabla. Permiten que la bota del rider permanezca unida a esta.
Cuerda: para elegir la cuerda de wakeboard hay que tener en cuenta el nivel del rider y, por tanto, la velocidad a la que este se deslizará. Los principiantes apenas superan los 20 km/h., mientras que los más avanzados se aventuran a los 35 km/h o más. Otra cuestión a tener en cuenta es la calidad de la cuerda, que debe hacer que esta no se estire o ceda.
Palonier: Es el palo que el wakeboarder sujeta y permanece unido al barco a través de la cuerda. Su material debe ser resistente a la rotura y al desgaste provocado por el agua salina. El grip en caucho proporciona una mayor comodidad de agarre.
Chaleco salvavidas: este debe ajustarse bien al torso y ser a la vez lo más cómodo posible.
Casco: proporciona protección para la cabeza contra golpes, es aislante del frío, la humedad y los rayos solares. De colores llamativos, facilita la localización del rider. Los hay blandos, más ligeros, y rígidos, un poco más incómodos al principio, pero más seguros y fuertes. Los cascos que cuentan con orejeras protegen al oído de daños.
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