Son Cápsulas Iniciadoras, No Fulminantes.
Por: Eduardo Julio Rodi para Revista Aire Libre
Seguramente les llamará la atención el título de ésta nota. Digo “cápsulas iniciadoras” y no “fulminantes”, como se lo conoce habitualmente y el nombre empleado por la mayoría de los usuarios al solicitar, en su armería amiga, la compra de éste elemento. Y entonces, ¿por qué lo menciono de ésta manera? Por una muy sencilla razón que trataré de fundamentar en estos párrafos iniciales.
El componente que ha originado esa denominación más difundida, es el fulminato de mercurio, de allí deriva el término “fulminante”. El que se ha empleado desde los inicios de la percusión, en la era de la avancarga o ante carga, cuando la inflamación química iniciada por golpe (percusión) reemplaza al pedernal (chispa) y que, como todos saben, actualmente se continúa empleando en nuestro país para denominar a los actuales iniciadores.
Muchos creen y sostienen que el fulminato de mercurio se dejó de utilizar en razón de la oxidación que generaba en el interior del tubo cañón del arma de fuego. En realidad éste es un beneficio colateral de la modificación. La particular y fundamental razón es que, desde el año 1925 en Alemania y debido a la falta de ésta sal explosiva dentro del territorio bajo su dominio, teniendo en cuenta la expansión territorial que ya se planeaba en desmedro de sus vecinos, se buscó una mezcla iniciadora alternativa que no transformara a su producción como dependiente de un tercero país. Para éste fin se encuentra y desarrolla el llamado INOXID, INOX, FULMINOX o TETRINOX, diferentes denominaciones para la misma sustancia.
Los componentes de éste nuevo iniciador son:
- Trinitroresorcinato de plomo o estifnato de plomo o acida de plomo
- Tetraceno
A partir de ese momento, y ahora sí por sus cualidades superadoras respecto del fulminato, se inició el reemplazo de los antiguos iniciadores limitando su empleo, el del fulminato de mercurio, a ciertos sistemas pirotécnicos pero ya nunca más como iniciador en la cartuchería moderna. Por lo cual, continuar empleando el término “fulminante” resulta anacrónico.
Si nos fundamentamos en la manera correcta de mencionar a éste iniciador de la pólvora, tenemos que considerar cuál es su función específica. Obviamente ya adelantamos en el interrogante a la misma respuesta: es un Iniciador. Así se lo denomina en el idioma anglosajón: “primer” cuya traducción es justamente “iniciador”.
En esta nota trataré de profundizar en aspectos de interés para la recarga deportiva. Del conocimiento general respecto de sus componentes, los procesos de manufactura y las variantes que ofrece el mercado para ésta actividad y que, relacionada con las lamentables crisis económicas recurrentes que sufrimos en nuestro país, cuenta con mayores adeptos entre los amantes del tiro deportivo, sobre todo teniendo en cuenta los valores actuales de la munición de fábrica, las denominadas “Factory”.
Como todos deben conocer, o al menos los aficionados al tiro, existen dos tipos de cápsulas iniciadoras en los cartuchos de fuego central: las denominadas Berdan y por otro lado las conocidas como Bóxer. Las vainas que se utilizan en cada sistema tienen sensibles diferencias en función de su funcionamiento, como se puede visualizar en las Figuras 1 y 2.
Las denominadas como Berdan, aunque habitualmente se las relaciona con municiones de origen europeo, en realidad se originaron en los Estados Unidos de Norteamérica.
Generalmente, se atribuye su invención al coronel Hiram Berdan, aunque se debe aclarar que el mencionado inventor, eximio tirador y por ello posteriormente militar durante la Guerra de Secesión, no es la única persona a la cual se le asigna su desarrollo.
Según señala Alexander Rose en su libro “American Rifle: A Biography”, el militar pudo haberse inspirado en un prototipo diseñado en el Frankford Arsenal. Coincidente con éste criterio, Roy Marcot menciona refiriéndose a Berdan: El comandante militar e inventor de armas de fuego esencialmente copió un sistema diseñado por el coronel SV Benet, Comandante de Frankford Arsenal en ese momento.
Un estudio detallado del desarrollo de cartuchos también muestra una progresión constante en el diseño y la mejora de algunos de los primeros sistemas de iniciación desarrollados en los EE. UU. Desde principios de 1800 hasta el producto final patentado por Berdan.
A pesar de lo mencionado, la historia le acredita a Hiram Berdan la invención de estos sistemas, y así será el futuro.
Los iniciadores denominados como Boxer, los de mayor utilización en la actualidad en todo el mundo y difundido inicialmente entre los tiradores estadounidenses, llevan el nombre del Coronel Edward M. Boxer, un oficial del ejército británico que fue superintendente de la fábrica de municiones del gobierno en Woolwich, en el sureste de Londres.
Pero continuando las controversias, y aunque la mayoría de las referencias atribuyen a Bóxer como inventor de las cápsulas homónimas, siendo justo con Hiram Berdan, la realidad tiene matices diferentes.
Colin Greenwood en The Classic British Rook & Rabbit Rifle menciona que “El Coronel Edward M. Boxer en realidad no diseñó la cápsula que lleva su nombre. Como también señaló George Hoyem, las cápsulas de Bóxer de hoy son el resultado de que John Gardner hizo mejoras en el diseño original mientras trabajaba en la tienda de cartuchos de Winchester Repeating Arms Company.
Sin embargo, la mayoría de las fuentes todavía le dan crédito al Coronel Edward M. Boxer como autor del diseño. Y como en el caso anterior, así seguirá siendo.
Por un extraño capricho del destino, y como nadie es profeta en su tierra, los sistemas de Bóxer se convirtieron en el tipo más popular en los EE. UU., mientras que los de Berdan en el resto del mundo. Hoy día, como ya mencionara, los Bóxer reinan sin competencia visible.
Seguramente la mayoría de los seguidores de Aire Libre conocen las razones que originaron la supremacía del sistema originado en Europa frente al norteamericano en su propio terruño, y esto siendo visitante en un país que se destaca por su egocentrismo. La razón fundamental es la facilidad y economía en volver a realizar la recarga de las municiones.
El primer inconveniente en la recarga de los sistemas Berdan, es retirar la cápsula ya percutida. Hay varias maneras de decapsular, pero la mejor es la que mostramos en la Figura 5. Consiste en un par de varillas de acero, una de las cuales contiene un gancho con un pasador también de acero pero endurecido (templado). La varilla lisa se inserta en la boca de la vaina hasta que se apoya contra la pared interior, la varilla con el gancho se utiliza para perforar ligeramente la copita de la cápsula, luego, con un giro rápido de la herramienta, se retira la misma. Siempre que el pasador no sobresalga demasiado en el alojamiento de la cápsula y el gancho se coloque firmemente en el reborde de la vaina del cartucho, la cápsula saldrá con muy poca fuerza. Si el pasador sobresale demasiado en el alojamiento de la cápsula, un yunque roto será el triste resultado habitual (ver Figura 1).
A pesar de lo fundamentado es bueno mencionar que los sistemas Berdan, prácticamente, se han producido en todos los países que tienen algún tipo de capacidad industrial, incluido los Estados Unidos. La mayor parte de la munición ofrecida por Kynoch durante el siglo XX estaba cargada con sistemas Berdan, al igual que la mayoría de las municiones de armas pequeñas producidas para las diversas fuerzas militares y policiales del mundo.
El reconocido armero Elmer Keith escribió sobre la recarga de cartuchos con cápsulas Berdan en Keith’s Rifles for Large Game , que era bastante común en los días de los rifles Sharps de la década de 1800 y que su experiencia inicial era con esos rifles.
Philip B. Sharpe escribió sobre ellos en su libro Complete Guide to Handloadingy señaló en su edición de 1952 que todavía estaban disponibles en el año 1900, fabricadas por Winchester y UMC por pedido especial. Sharpe también menciona en el mismo libro, una publicidad doble de Berdan fabricada por Western Cartridge Company, para su uso en munición francesa 8 mm Lebel. CCI empleó el sistema Berdan, hasta hace algunos años, en su línea Blazer de munición para arma corta con vaina de aluminio, las cuales no resultaban aptas para la recarga.
En mi experiencia personal como Jefe de Ingeniería, recién en el año 1993 comenzamos la modificación de las plantas de producción de la Fábrica Militar Fray Luis Beltrán, que originalmente y desde su inauguración en 1933, habían utilizado el sistema Berdan por su tradición europea, replanteando a partir de ese año todos los calibres al sistema de iniciación Bóxer.
En cuanto a las características físicas de las diferentes cápsulas existentes en el mercado, la denominada Small Rifle (SR) y Small Pistol (SP), ya sean estándar o Magnum, son dimensionalmente idénticos. Son nominalmente 4,445 mm de diámetro y 3,048 mm de altura. Las cápsulas Large Rifle (LR) y Large Pistol (LP) no comparten las mismas dimensiones. Ambos tienen el mismo diámetro (5,334 mm); sin embargo, la cápsula LP tiene una altura de 3,048 mm al igual que las cápsulas SP y SR. La LR es ligeramente más alta a 3,2512 mm. Nuevamente, las versiones Magnum de cada tipo son dimensionalmente iguales a las estándar. En la Figura 6 podrán apreciar algunas de las dimensiones de las cuales les estaba comentando en el texto.
Ahora, por sus características químicas, generalmente las cápsulas de Rifle contienen mayor cantidad del iniciador, y las copas son de mayor espesor, es decir, estructuralmente más resistentes que las de arma corta del mismo tamaño. Y como el término sugiere, las del tipo Magnum generalmente contienen sustancialmente, mayor cantidad de mezcla iniciadora que el mismo tamaño del tipo estándar. Sin embargo, existen excepciones según las especificaciones de cada fabricante.
Además, se define como alto explosivo aquel cuya velocidad de combustión supera los 3000 m/seg. Tienen como característica principal, respecto de la misma velocidad, su independencia respecto de la presión. Es decir, independientemente que se encuentre libre y a la presión atmosférica o confinada en la copita, dicha velocidad de combustión no varía. Éste es el caso de la sustancia iniciadora que se emplean en las cápsulas.
Se conoce como bajo explosivo, aquel cuya velocidad de combustión no supera los 3 m/seg. Ésta velocidad es dependiente de la presión en la cual se desarrolle. Si se produce a presión atmosférica, el valor alcanzado es el indicado en último término. El ejemplo típico es el “reguero de pólvora”. En él, y una vez encendido, percibimos como avanza la combustión la cual se aprecia a simple vista. Si en cambio se encuentra confinada en la vaina del cartucho, y se la inicia con la cápsula iniciadora, su velocidad de combustión aumenta aproximándose al valor de un alto explosivo. La presión generada por los gases de su propia combustión, incrementan la velocidad de quemado. Obviamente, el ejemplo de un bajo explosivo es la pólvora propulsiva.
En base a lo detallado, la sustitución de cápsulas de cualquier manera puede crear una situación potencialmente adversa. Puede instalar una cápsula SR en un alojamiento SP, pero la energía del percutor en un arma de puño puede no ser suficiente para la iniciación, es decir, la balística interior puede ser deficiente (ignición retardada) o incluso fallar (no encenderse en absoluto). Si se emplea una SP en sus recargas de Remington .223, es posible que experimente un escape de gases o una cápsula perforada, es decir, el percutor perforará la copa de la cápsula SP más delgada y los gases calientes se filtrarán hacia la recámara y su cara. Eso puede dañar el arma y también puede dañar al tirador.
Por último, nos ocuparemos de lo que se llama “leyendo la cápsula”. Herramienta fundamental para que el recargador pueda realizar una evaluación de los resultados de su “receta”.
Teniendo en cuenta que el espesor de la copa de la cápsula varía en los iniciadores según el tipo y fabricante, es obvio que la “lectura de la cápsula” no siempre puede usarse únicamente como un indicador de sobrepresión.
Otro factor que determina la impronta resultante por el golpe del percutor, es la dureza del material empleado para hacer la copa. La mayoría están hechos con latón (70% de cobre, 30% de zinc), que puede variar sensiblemente de resistencia a la tracción cuando está completamente endurecido. Tengan en cuenta que los fabricantes especifican la dureza del metal utilizado, por lo que algunas cápsulas son definitivamente “más duras” que otras.
Ex profeso omití desarrollar temas de seguridad de las cápsulas iniciadoras ya que los fabricantes de los componentes y los manuales de recarga, presentan cada uno de los cuidados de seguridad asociados con la manipulación y el almacenamiento adecuados. Les sugiero leerlos y si ya lo leyeron, vuelvan a hacerlo que nunca está demás.
Son muchos los temas pendientes a tratar respecto de estas componentes fundamentales en la performance de nuestras recargas. Por ahora realizo un impasse y espero seguir contando con el placer de escribir en Aire Libre para compartir con ustedes estos y otros aspectos de la balística. De tal manera, me despido de ustedes hasta el próximo número.
(*) Experto en armamento. Coordinador Académico Centro de Estudios Balísticos Rosario. IGT 01040 – info@cesbarosario.com.ar
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Jorge Sáenz
Nomenclador del Decretro Reglamentario de la Ley de Armas: “CÁPSULA FULMINANBTE”