El próximo 19 de mayo habrá un referéndum.
La trasposición a la legislación suiza de la nueva Directiva europea sobre armas, apoyada por el Gobierno y una amplia mayoría del Parlamento, ha acabado siendo objeto de un referéndum.
Como siempre sucede cuando se quiere perseguir el mercado ilegal, las normas empiezan por el mercado legal. Y Europa no es la excepción. La nueva Directiva pretende reducir el riesgo de que las armas automáticas y semiautomáticas lleguen a mercados ilegales y acaben en manos de criminales y terroristas. Por este motivo, la Unión Europea, tras los atentados de París, decidió “hacer más difícil su adquisición, mejorar su trazabilidad y reforzar el intercambio de información sobre seguridad entre los Estados miembros”.
Suiza, como firmante del Acuerdo de Schengen, está obligada a trasponer las disposiciones de la nueva Directiva europea sobre el control de la adquisición y tenencia de armas. No obstante, la Confederación ha podido negociar y explicar a los otros Estados miembros “las peculiaridades y las tradiciones suizas en materia de tiro”, de modo que el proyecto inicial de la Comisión Europea “ha podido atenuarse en algunos aspectos”, como indicó el Gobierno federal en su mensaje al Parlamento sobre la revisión parcial de la ley sobre armas.
Autorización excepcional para las armas semiautomáticas
Entre las excepciones obtenidas, el Ejecutivo suizo cita, por ejemplo, la relativa a la prohibición absoluta de que las personas civiles puedan poseer armas automáticas o semiautomáticas que pretendía la Comisión Europea. La directiva establece que las armas semiautomáticas dotadas de un cargador de alta capacidad han pasado de la categoría de armas sujetas a autorización a la de armas prohibidas; sin embargo, en Suiza, los tiradores deportivos podrían adquirirlas por medio de “una autorización excepcional”, que debe ser solicitada al servicio cantonal competente en materia de armas.
Exención especial para el fusil de asalto del ejército suizo
El Consejo Federal también ha obtenido una excepción para los fusiles de asalto del ejército suizo que todo ciudadano-soldado recibe al ser reclutado y que puede guardar en su casa. Estas armas entran en la categoría de armas prohibidas, pero la ley revisada permite explícitamente que los ciudadanos liberados de sus obligaciones militares puedan guardar su arma con el cargador y utilizarla en el tiro deportivo.
Para los que al término de sus obligaciones militares quieran adquirir el arma de ordenanza, así como para los que ya posean una adquirida directamente al ejército, la revisión parcial de la ley no prevé ningún cambio.
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Los acuerdos de Schengen y Dublín
El Gobierno considera que las nuevas obligaciones administrativas para los tiradores deportivos no perjudicarán en absoluto la tradición de tiro suiza y que los cazadores no se verán afectados por la revisión legislativa, “ya que no utilizan armas semiautomáticas”.
Estos cambios legislativos garantizan que Suiza pueda permanecer en la zona Schengen. Si la Confederación no llegara a incorporar la Directiva europea sobre las armas dentro de los plazos establecidos, la cooperación cesaría automáticamente, a menos que la Comisión y todos los Estados miembros de la UE estuvieran dispuestos a reunirse con Suiza, ha advertido el Consejo Federal. Con el Acuerdo de Schengen caería también el de Dublín, con el que aquel está directamente vinculado.
Por ejemplo, Suiza perdería el acceso al Sistema de Información de Schengen (SIS), utilizado para investigación e identificación por la policía suiza y la guardia de fronteras, lo que supone volver a introducir los controles fronterizos, con lo que aumentarían considerablemente las colas y tapones en las fronteras. En el caso del acuerdo de Dublín, la exclusión de Suiza supondría la imposibilidad de devolver inmediatamente a los solicitantes de asilo que hubieran presentado ya una solicitud en otro país miembro.
Un primer paso hacia el desarme
Todos estos argumentos han sido esgrimidos por la mayor parte del Parlamento al aprobar la revisión parcial de la ley sobre las armas. Solo se opuso el partido Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora), poniendo en duda la eficacia de las medidas de la lucha contra el terrorismo y considerando que los obstáculos administrativos socavarían la práctica del deporte de tiro, que es una de las disciplinas deportivas más populares de Suiza.
Además, la UDC ve en la directiva europea un primer paso hacia futuras restricciones que conducirían inexorablemente al desarme completo de los ciudadanos. Los adversarios de la revisión de la ley sobre las armas pronostican que los suizos deberán irse despidiendo de la costumbre de guardar en casa el fusil de asalto del ejército y de practicar el tiro.
Por otro lado, este partido conservador sostiene también que incluso sin trasponer a la legislación suiza la Directiva de la Unión Europea la Confederación podría seguir negociando con Bruselas la continuidad de la cooperación de los acuerdos de Schengen y Dublín. En su opinión, la UE no excluiría a Suiza porque los intereses son recíprocos.
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Referéndum avalado por 125 000 firmas
Derrotada en el Parlamento, la UDC busca ahora la revancha valiéndose de los mecanismos de la democracia directa. Los argumentos del partido son exactamente los mismos que los de la Comunidad de Intereses del Tiro suiza, que ha lanzado el referéndum y recogido más de 125 000 firmas válidas en solo tres meses, es decir, más del doble de las 50.000 necesarias para que la revisión fuera sometida a votación popular.
La CIT reúne a 14 asociaciones nacionales: además de las de tiradores incluye también las de coleccionistas, armeros, cazadores y suboficiales. Según sus cálculos, en Suiza cerca del 80% de los tiradores practica este deporte con un arma semiautomática.
Bajo el lema “Paremos el dictado de la UE que nos desarma”, la CIT lidera una campaña en la que se afirma que “la trasposición de la Directiva de la Unión Europea sobre las armas no ofrece la más mínima ventaja en términos de seguridad, pero en cambio significaría el fin del tiro como deporte popular y rebajaría nuestro derecho a la posesión de armas a un mero privilegio.”
En su opinión, el temor a una expulsión de Suiza del “espacio Schengen” carece de todo fundamento. Durante la campaña del referéndum, la CIT ha recibido también el apoyo de la Sociedad Suiza de Oficiales. Sin embargo, el apoyo no ha sido unánime entre los oficiales del ejército suizo, por lo que se ha creado un Comité de Oficiales a favor de Schengen, partidario de la revisión de la ley.
Como puede observarse, para la votación popular del 19 de mayo las armas ya están cargadas.
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