Destinos de película.
No hay duda alguna de que el mundo audiovisual está pasando por una de sus mejores épocas. La incursión de las plataformas de streaming en el mercado hace apenas un lustro ha modificado por completo el modo en el que se consumen los productos audiovisuales al tiempo que ha aumentado su impacto en la sociedad. Poder disfrutar de cientos de series y películas en soportes portables cada vez mejor diseñados para esta actividad, en cualquier parte del mundo y a cualquier hora, ha provocado que el número de suscriptores de este tipo de aplicaciones no haya dejado de crecer. El éxito de estas herramientas es tal, que la propia industria cinematográfica se está viendo obligada a modificar los modelos de producción y distribución imperantes hasta el momento, rodeada, eso sí, de una gran polémica.
Dejando de lado las ventajas o desventajas de estas plataformas con respecto al modelo tradicional de producción audiovisual, es interesante destacar que hay un sector que se ha sabido aprovechar del tirón del cine y especialmente de las series para sacar un gran beneficio económico. Hablamos, por supuesto, del turismo.
Del mismo modo que en su día os acercamos a la idea de turismo literario, hoy queremos hacer lo propio con el turismo cinematográfico o Screen Tourism. Igual que el turismo literario pasa por explotar aquellos lugares relacionados con la literatura, ya sea a través de la visita a localizaciones en las que se desarrolla un libro o que han sido claves para algún escritor en concreto, el turismo cinematográfico busca potenciar aquellos emplazamientos, reales generalmente aunque también pueden ser decorados creados de manera artificial, que han sido el telón de fondo para el desarrollo de una serie o película. De esta forma, el impacto económico en la zona se extiende más allá del generado durante el propio rodaje de la cinta o serie, lo que supone una importante inyección anual de ingresos para la economía local que ha llegado a provocar que toda una región se vuelque en esta actividad.
Los parajes más desconocidos del séptimo arte
Si juntamos en una misma frase “localizaciones, película y Hollywood”, lo primero que se nos ocurría mencionar sería Nueva York. La gran manzana es, sin duda, la ciudad más icónica del séptimo arte. En ella hemos visto a Carrie Bradshaw lidiar con sus romances, a Audrey Hepburn desayunando engalanada de joyas, a James Stewart espiando a través de su ventana acompañado de una bellísima Grace Kelly, o a los archiconocidos “cazafantasmas” salvando al mundo de las presencias del más allá. Y al igual que Nueva York, podemos encontrar ejemplos como Los Ángeles, San Francisco, Roma, París, Barcelona o Tailandia.
No obstante, todos estos lugares reciben de por sí un gran número de visitantes cada año, que suele mantenerse más o menos estable. El paraíso caribeño de Bahamas también recibe miles de visitantes cada año que pueden disfrutar de algunos de los mejores escenarios de películas. Sus playas han sido el telón de fondo para buena parte del metraje de la saga de “Piratas del Caribe”, la principal sede del torneo internacional PCA, Atlantis, acogió la grabación de “Vacaciones en el sol”, mientras que el hotel One & Only fue testigo de la primera actuación de Daniel Craig como James Bond en “Casino Royale”.
Moviéndonos hasta el Pacífico nos encontramos con Hawái, que ha conseguido repuntar en número de turistas gracias a la promoción como escenario de la saga de “Jurassic Park” y más especialmente como telón de fondo de la archiconocida serie “Perdidos”. La isla de Oahu se convirtió en la cárcel de los supervivientes del vuelo de Oceanic y la playa de Mokuleia Beach en su hogar durante buena parte de la ficción.
En Canadá, el Castillo Hatley se ha convertido en destino de peregrinación para todos los seguidores de los mutantes de “X-Men”, ya que en él se ubicó la escuela del Profesor Xavier. Similar situación vive el hotel Sidi Driss, en la pequeña ciudad de Matmata (Túnez), que sirvió de hogar para Luke Skywalker en “Star Wars”. Por no hablar de la localidad escocesa de Glen Coe en la que se rodaron los exteriores del famoso colegio Hogwarts de magia y hechicería, o de Earnslaw Burn, en Nueva Zelanda, que se convirtió en el hogar de Bilbo Bolsón y compañía en “El Hobbit”.
Hasta Disney se ha dejado seducir por diferentes parajes reales para ambientar sus historias de princesas, guerreros y juguetes. Así, el monte de “El Rey León” emula al Kilimanjaro, la estación de juguetes de “Rompe Ralph” es un reflejo de la Estación Central de Nueva York, las cataratas a las que sueñan ir los adorables ancianos de “Up” son las de Salto Ángel (Venezuela), el castillo del príncipe de “La Sirenita” está basado en el Castillo de Chillon de Suiza, y la recreación de la perdida ciudad de Atlantis en “Atlantis: el imperio perdido” está inspirada en los templos de Angkor Wat (Camboya).
“Juego de Tronos”, el último gran pelotazo
El buque insignia de HBO, que ha llegado a su final recientemente con cierto sabor agridulce, es una de las ficciones que más ha potenciado el turismo en los últimos años. La serie basada en las novelas de George R.R Martin cuenta con una legión de fans alrededor de todo el planeta que no dudan en desplazarse miles de kilómetros para pisar aquellos espacios en los que ha sido recreado Poniente.
España ha sido uno de los países que más localizaciones de la serie ha albergado. Así, el Alcázar de Sevilla se convirtió en Dorne, la plaza de toros de Osuna en la Arena de Meereen, el puente romano de Córdoba en el Puente Largo de Volantis, las Bardenas Reales de Navarra en el Mar Dothraki, el castillo de Peñíscola en la ciudad de Meereen, el Castillo de Santa Florentina en Colina Cuervo e Itálica en Pozo Dragón. Además, la zona antigua de Girona sirvió para representar Antigua, Desembarco del Rey y Braavos.
No obstante, la localización más espectacular de todas las españolas es sin duda la de Rocadragón, rodada en San Juan de Gaztelugatxe. La pequeña península rocosa del País Vasco salió por primera vez en la séptima temporada y desde entonces ha experimentado tal afluencia de turistas que ha obligado a las instituciones locales a idear un sistema de visitas numerado con el objetivo de evitar las largas colas de espera. Eso sí, la visita sigue siendo completamente gratuita.
Además de en España, “Juego de Tronos” también se rodó en otras partes del mundo. De esta forma, Irlanda del Norte, y en concreto las zonas de County Down, Downpatrick y el castillo Ward, fueron el telón de fondo para las escenas de Invernalia. La ciudad croata de Dubrovnik se convirtió en la capital de Poniente, e Islandia en las gélidas tierras del Muro. Diferentes localizaciones de Marruecos, por su parte, sirvieron como telón de fondo para los viajes de Daenerys, mientras que Malta fue la escogida para la decapitación de Ned Stark.
Ahora que la serie ha llegado a su fin tras 8 intensas temporadas, es probable que estos lugares experimenten, todavía más, un repunte en el número de turistas. Pero puede que no les dure demasiado, ya que HBO ya se encuentra rodando un nuevo spin off que girará alrededor del origen de los temidos Caminantes Blancos. Por el momento se sabe que esta nueva ficción se rodará en Irlanda del Norte y las Islas Canarias.
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