En Tucumán una joven lo encontró a la vera de un río.
Lo crió como un gato, pero en realidad era un puma. Lo entregó a una ONG.
Florencia es una joven tucumana que estaba pescando junto a su hermano Lucas cerca de su casa en Santa Rosa de Leales, cuando un ruido que venía de la vera del río los alertó y se acercaron para ver de qué se trataba. Al llegar al lugar encontraron una pequeña cueva y en su interior a dos felinos que parecían “gatitos” amamantándose de su madre muerta.
Sin dudarlo, se los llevó a su casa para cuidarlos. Los bautizó Dani y Tito, pero a los pocos días uno de ellos murió, por lo que Tito se convirtió en su fiel compañero que la esperaba todos los días cuando volvía de la facultad. Lo que nunca sospechó es que ese pequeño animal era en realidad un pequeño puma yagouaroundi.
Lo descubrió después de visitar varias veterinarias para que le operaran la patita que tenía lastimada. Como no llegaba a juntar el dinero para la cirugía decidió llamar a la Fundación Argentina de Rescate Animal (FARA) que asistieron inmediatamente.
Al revisarlo y después de hacerle una placa descubrieron que tenía una fisura en una de sus patas traseras. Ahora, lo trasladaron a la Reserva Horco Molle de Yerba Buena, un área protegida donde cuidarán a Tito.
“Allí tienen una hembra de la misma especie. Ellos siempre procuran tratar de adaptarlo a su hábitat natural, para que vuelva a ser un animal de caza, que pueda cazar por sus propios medios. Por otro lado, van a seguir tratándole esa fisura en la pata trasera”, informó Salazar.
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