Terapia al Aire Libre.
Un proyecto de ley presentado en el Congreso de los Estados Unidos que podría convertir la recreación al aire libre en una opción de tratamiento oficial para los veteranos que sufren trastornos de salud mental.
El representante Chris Smith de Nueva Jersey, presentó el proyecto de ley HR 2435 por el cual solicita la creación de un grupo de trabajo para estudiar la implementación de un programa de salud mental para veteranos de guerra, en terrenos públicos.
“Los estudios han demostrado – y las organizaciones de veteranos están muy de acuerdo – que las actividades recreativas al aire libre pueden proporcionar poderosos beneficios terapéuticos, así como incrementar la camaradería de los veteranos que luchan por restablecerse de lesiones relacionadas con el combate y/o estrés postraumático”, dijo Smith en un comunicado.
“Deberíamos pensar de manera no convencional para descubrir tantas formas como sea posible de ayudar a los veteranos y permitirles el acceso a las tierras federales, eliminando las barreras para acceder a la recreación terapéutica al aire libre. Los beneficios son obvios y no podemos perder tiempo. Mi proyecto ayudaría muchísimo a aumentar el acceso a esta opción de tratamiento”.
Este año, la Secretaría de Asuntos de Veteranos, invertirá u$s 8.600 millones en servicios de salud mental para sus siete millones de pacientes con trastornos postraumáticos. Los estudios demuestran que la terapia de recreación al aire libre son muy eficaces tanto para la disminución de estos síntomas como para ayudar a los veteranos a reintegrarse a la vida civil. Para los veteranos, la recreación al aire libre también puede resultar menos estigmática que otros tratamientos terapéuticos y, por lo tanto, es más probable que atraiga a los participantes. Además, la recreación al aire libre suma un beneficio decisivo para la aprobación del proyecto: puede resultar menos costosa que el tratamiento farmacológico.
El proyecto de ley ya cuenta con un fuerte apoyo, no solo de ambas partes, sino también de varios grupos de veteranos y actores de la industria de la recreación al aire libre.
“Es justo que hagamos que el tema resulte lo más fácil posible para que nuestros veteranos puedan disfrutar y recuperarse entre las maravillas naturales del país”, escribió REI (‘Recreational Equipment, Inc.’) en apoyo a la propuesta.
Resulta fácil advertir que se trata de un proyecto muy atractivo y ganador desde varios ángulos, ya que es menos oneroso y genera mayor adhesión que el tratamiento farmacológico; moviliza a la industria del aire libre y la nutre de nuevos potenciales clientes, así como invita a reequiparse a quienes ya practican actividades outdoor, dinamiza la economía en los sectores complementarios (transporte, combustible, hotelería, gastronomía, recreación etc.) y desembarca sobre las tierras fiscales a un contingente capaz de conservar los recursos del medio ambiente. Es realmente un proyecto virtuoso.
Se nos ocurrió que podría resultar interesante pedirle su opinión a un excombatiente de Malvinas, aclarando que si bien no intentamos establecer ninguna comparación cuantitativa – ya que USA tiene cerca de 22 millones de veteranos, de los cuales 7 millones padecen enfermedades psíquicas – sí, nos interesaba, el aspecto cualitativo y el resultado en su praxis.
Hoy, la ciencia ha comprobado con estudios de imágenes, la activación de los centros neuronales al contactarnos con la naturaleza y sus múltiples efectos sanadores. Hay muchos documentos al respecto y una gran actividad de divulgadores científicos en pos de la difusión de este hecho, pero quizás no se conozca demasiada casuística todavía, por eso nos interesaba el testimonio de alguien calificado, ya que no solo ha pasado por traumáticas experiencias de combate sino que también, ha colaborado durante muchos años, en la asistencia integral a ex combatientes.
Gracias a Jorge González, de la armería del Club de Tiro Independencia, nos contactamos con Mario Oscar Esteche Vivoda, con quien rápidamente entramos en confianza y comenzamos a charlar del proyecto, tanto como de sus antecedentes y experiencia en el tema.
Dejemos que Mario nos cuente su historia luego del retorno al continente…
“ Una vez que volvimos de Malvinas y concluido mi servicio militar, trabajé 15 años en la Oficina de Veteranos de Guerra del Ejército, atendiendo todo lo que tenía que ver con las necesidades de mis compañeros veteranos del conflicto, en el cuartel de Corrientes, ocupándome de Certificados de Veteranos de Guerra tanto como de traslados a Campo de Mayo para tratamientos de traumatología y/o psiquiatría. Al carecer de antecedentes de conflicto bélico, no teníamos en el país, profesionales especializados en los traumas de combate, por lo que los inicios fueron duros, haciéndose mucho a pulmón. Los profesionales dieron sus primeros pasos con nosotros, aprendiendo a tratar a los veteranos de guerra sobre la marcha. Con comprensión y buena voluntad fuimos recorriendo juntos el camino de la recuperación.” señaló Mario
Y prosiguió resaltando que veía muy bien este proyecto de los Estados Unidos: “Lo que propone, le produce bienestar al veterano y a su entorno de familiares y amigos. Correctamente implementado, también favorece a la preservación del medio ambiente y a la dinamización comercial del sector y de la zona afectada al proyecto. Tengo muy claros los beneficios de estar en contacto con la naturaleza. Mi familia cría ganado, yo he pasado gran parte de mi vida en el campo y eso me ha ayudado mucho a mantener mi salud mental. Antes me iba los fines de semana, ahora estoy dedicado exclusivamente a la cría de ganado y paso casi todo mi tiempo en el campo. Los conflictos armados dejan sus huellas y consecuencias; cada caso es singular, depende dónde se haya combatido, las experiencias que uno tuvo, su preparación y fortaleza mental, su personalidad, la capacidad de los jefes que uno haya tenido y un sinnúmero de pequeños detalles pero, estoy convencido que el contacto con la naturaleza, tiene un gran efecto sedativo y sanador para todos por igual“
El retorno luego del conflicto fue muy difícil y en ese sentido Mario nos dijo que “No todos pudimos rehacer nuestra vida civil como si no hubiese pasado nada. Nuestro compromiso con la Patria continuó y muchos fuimos los que nos enrolamos en el ejército, en la Comisión de Cascos Blancos, trabajando en emergencias hídricas en las costas del río Uruguay, en Corrientes y también en Santiago del Estero, donde construimos 2 represas y una escuela primaria. Todo eso siempre a través de contratos firmados con Cascos Blancos, cuerpo perteneciente a Naciones Unidas que tiene misiones en diversas partes del mundo y también en Argentina. Sentíamos que era devolverle a la sociedad todo lo que nos dio cuando estábamos en Malvinas. Este tipo de actividades siempre se realizaba en zonas rurales y ese contacto con la naturaleza durante tiempos prolongados, nos devolvía a la ciudad desestresados y con una muy grata sensación tanto de energía como de paz mental.”
Finalmente y en relación con el proyecto del Congreso de los Estados Unidos, Mario coincidió en que “la actividad colectiva en ese entorno era muy terapéutica, nos hacía mucho bien y consolidaba la unión del grupo. Es increíble la transformación que produce la participación en un conflicto bélico, uno lo experimenta claramente pero resulta aún más notorio para el observador externo. A mí me lo comentaba, varios años después, un oficial bajo cuyas órdenes serví. Él aseguraba que a “las islas” fue un niño y volvió todo un hombre. Son muy lindas las reuniones de camaradería del batallón que seguimos haciendo. Miembros de las distintas compañías nos seguimos juntando en diferentes lugares, muchas de esas reuniones las hacemos en Entre Ríos. Todas mis vivencias como excombatiente y mi ocupación en la Oficina de Veteranos de Guerra me han permitido comprobar que no hay nada mejor para nosotros que mantenernos unidos y en contacto con la naturaleza – esto es válido tanto para quienes siempre hemos estado en contacto con el campo, como para aquellos que viven en la ciudad. En las misiones de Cascos Blancos han participado camaradas de Lanús y me lo han comentado – genera una sensación de paz y plenitud, difícil de explicar, sensación que se exalta si además la acompañamos con actividades de caza y pesca que me cuentan como un fanático aficionado.”
Impactos: 256