¿Qué es y cómo nos afecta?
La falta de contacto con el entorno rural puede acarrear importantes consecuencias físicas y emocionales a nuestra salud, desde depresiones hasta problemas cardiovasculares y respiratorios.
Nos pasamos el día bajo luces artificiales en una oficina y al salir estamos tan cansados que nos vamos derecho a casa, a pasar la noche entre paredes. No extraña entonces que en boca de cada vez más gente esté un desorden muy neomilenario: el trastorno por déficit de naturaleza o TDN, una de las enfermedades “psicoterráticas y somaterráticas”, según las bautizó el filósofo australiano Glenn Albrecht.
Aunque no es una condición médica reconocida, la preocupación por sus efectos sobre el bienestar ha estado en la mente de muchos desde principios de este milenio. “Es un síntoma del estilo de vida actual”, dice Ross Cameron del departamento de Paisajismo de la Universidad de Sheffield, Inglaterra.
“Estamos tan conectados a la tecnología moderna y a las cosas que observamos menos el mundo que nos rodea. Irónicamente, es más probable que aprendamos más sobre la vida silvestre por un programa de televisión que de un paseo por el bosque”.
Richard Louv, un periodista y autor estadounidense, fue quien acuñó el Trastorno por Déficit de Naturaleza frase en su libro de 2005 “El último niño del bosque“.
Investigó las experiencias de los niños en el pasado y presente y concluyó que hace daño estar tan separados de la naturaleza.
Louv sostiene que entre más tiempo pasemos en el interior, más alienados de la naturaleza nos sentimos y tal vez más vulnerables a estados de ánimo negativos o a que se nos reduzca la capacidad de concentración.
Síntomas de TDN
No hay estudios que confirmen su existencia ni es considerado un trastorno médico, así que los síntomas aún no han sido sistematizados pero se relacionan con…
- Ansiedad
- Estrés
- Fatiga atencional
Y también ha sido asociado con cuatro grandes patologías:
- la obesidad
- las enfermedades respiratorias
- el trastorno por déficit de atención
- la hipovitaminosis D
“El hombre nació en un ambiente natural y lo transformó por etapas en un ambiente artificial”
Remedios grandes y pequeños
“Como seres biológicos, estamos fisiológicamente adaptados para estar en ciertos ambientes, para correr, jugar, cazar. Básicamente, para ser activos”, señala Cameron.
¿Alguna vez has sentido “solastalgia”?
Quizás sí: la palabra, acuñada por el filósofo Albrecht, es ese sentimiento que te invade cuando notas que tu entorno familiar está cambiando. Eso que sientes cuando las casas de tu vecindad, que solían albergar familias, se vuelven comercios y oficinas; cuando el bosque en el que jugabas se incendia o pavimentan aquel parque y lo vuelven estacionamiento. Esa nostalgia por tu hogar que sientes estando todavía en él.
Solistalgia es cuando tu sentido endémico de pertenencia está siendo violado”
Albrecht sintió la necesidad de encontrar una palabra para describir la angustia que asociada con cambios en el medioambiente cerca de tu hogar cuando fue contactado para que apoyara una causa en contra de la minería de carbón a cielo abierto.
“La gente me llamaba y la angustia por la amenaza a su identidad y bienestar era palpable”, recuerda.
El término es una fusión de la palabra en latín solacium o consuelo y algia, dolor. Desde que lo propuso, empezó a ser usado no sólo por académicos, sino por psicólogos clínicos y los encargados de política sanitaria en Australia.
Y más allá: el término le dio nombre, por ejemplo, a lo que padecen los damnificados por desastres naturales.
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