Dejar de comer animales no va a hacer más que empeorar el problema.
Lierre Keith nos explica en su libro El Mito Vegetariano que hemos sido engañados, no por nuestros anhelos de un mundo justo y sostenible, sino por nuestra ignorancia.
Después de seguir una dieta vegana durante 20 años la salud de Lierre Keith “colapsó catastróficamente”. Fue este problema de salud lo que la llevó a investigar sobre cuál era realmente el motivo para no comer ningún producto de origen animal. Y llegó a la conclusión de que todo lo que daba por cierto no tenía sentido, ni a nivel ecológico ni político.
En El Mito Vegetariano, Keith, que actualmente edita la revista feminista Rain and Thunder asegura que llevamos cargándonos el planeta desde hace 10.000 años, cuando inventamos la agricultura. Y dejar de comer animales no va a hacer más que empeorar el problema, pues ni es bueno para la salud, ni para el Medio Ambiente. No es bueno, siquiera, para el conjunto de los animales.
En una entrevista que invitamos a leer completa en directoalpaladar.com señala que su libro ayuda a las personas que son veganas y vegetarianas que ya saben que la dieta les está perjudicando, no entienden por qué no funciona y están muy confundidos porque su mundo se está viniendo abajo. Y sin cuestionar los valores de la ética vegetariana (justicia, compasión, sostenibilidad) cargó contra la agricultura.
“Existe una gran negación cultural sobre la naturaleza de la agricultura. La agricultura es lo más destructivo que las personas han hecho en el planeta. Tenemos que entender qué es la agricultura. La agricultura es una guerra contra el planeta. En términos muy brutales, tomas un pedazo de tierra, limpias todo lo que está vivo en él, y me refiero [que eliminas] hasta las bacterias, y luego lo siembras para uso humano. Es una limpieza biótica. Y esto permite que la población humana crezca en proporciones gigantescas, porque en lugar de compartir esa tierra con millones de otras criaturas, solo crecen humanos en ella. Además del hecho de que has desplazado permanentemente a un inmenso número de especies –y cuando digo desplazado, realmente hablamos de extinción–, el otro gran problema es que estamos destruyendo la capa superior del suelo. Y el suelo es la base de la vida; al menos la vida de la tierra. Le debemos toda nuestra existencia a 15 centímetros de tierra vegetal y al hecho de que llueve. Así que ahora mismo, deberías sentir un escalofrío de horror. Porque a excepción de las cuarenta y seis últimas tribus restantes de cazadores-recolectores, la raza humana se ha hecho dependiente de una actividad que está matando al planeta. Esto se debe a que el 80% de las calorías de los alimentos que se usan para apoyar a la población humana actual provienen de la agricultura, de esos monocultivos anuales. Somos dependientes por completo de la destrucción de nuestro planeta. Doscientas especies se están extinguiendo todos los días. El 98 por ciento de los antiguos bosques y el 99 por ciento de los pastizales del mundo desaparecieron, destruidos por la agricultura. Comer una dieta vegana no es sostenible o amable con los animales. La pregunta no es: ¿qué está muerto en mi plato? La pregunta es: ¿qué ha muerto por tener comida en mi plato? En el caso de los alimentos agrícolas, la respuesta es todo.”
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