Un ataúd nuclear que está comenzando a resquebrajarse.
Ubicada en las Islas Marshall este ataúd nuclear conocido como “la Tumba” contiene más de 87,800 metros cúbicos de desechos radiactivos.
Ni Chernóbil, ni Fukushima tal vez sean los lugares con mayor radiación en el mundo. Todo indica que el lugar más peligroso del planeta se encuentra en mitad del océano Pacífico. Se trata del domo de Runit, una estructura de concreto construida en la isla del mismo nombre para encapsular el material radioactivo dejado por pruebas nucleares realizadas por Estados Unidos en el área.
Allá por la década de los sesenta del pasado siglo, las Islas Marshall se convirtieron en el punto elegido para que los Estados Unidos lanzaran hasta 67 cabezas nucleares para comprobar qué potencial tenían ese tipo de bombas. Cuando terminaron con los tests, el gobierno norteamericano comenzó a realizar pruebas biológicas en la zona para, en 1979, proceder a sepultarlo en un enorme ataúd.
Fue entonces cuando se construyó la Tumba, una cápsula hecha con 358 paneles de hormigón de 45 centímetros de grosor que fue levantada en la isla de Runit. Esta cúpula guarda en su interior los restos que quedaron del mayor campo de pruebas nucleares de Estados Unidos, cuyos cálculos son abrumadores: se estima que guarda unos 85.000 metros cúbicos de desechos radioactivos. Pero, ahora, la posibilidad de que queden al descubierto es más que real
El problema es que con el cambio climático, los mares han aumentado en el área, unos 7 milímetros por año desde 1993. Por lo que, el agua ha comenzado a filtrarse en el suelo debajo de la cúpula. A diferencia del domo sellado en la parte superior, el fondo del pozo nunca estuvo revestido de concreto. Es por esta razón que las mareas crecientes amenazan con sumergir la Tumba o abrirla.
Chernobil – El Turismo Radioactivo
En el año 2013, el Departamento de Energía de Estados Unidos informó que los materiales radiactivos podrían estar goteando hacia el lecho marino. Además, para el año 2030, el agua podría estar entre tres centímetros a 16 centímetros más arriba. Esto provocaría inundaciones en la costa.
Para 2100, la Tumba podría estar sumergida en el mar.
Los habitantes de la región temen que el daño creciente a la estructura pueda presentar un nuevo conjunto de riesgos para la salud. Ya que, un desastre enviaría aún más desechos radiactivos al océano o lagunas cercanas, lo que incluso podría obligar a los locales a abandonar la isla una vez más.
“Si se abre la Tumba, la mayoría de la gente aquí ya no estará”, dijo Christina Aningi, maestra en el atolón Enewetak, a la Australian Broadcasting Corporation.
Ken Buesseler, un radioquímico marino que planea muestrear el suelo cerca del domo, dijo recientemente a Insider que la preocupación por los niveles de radiación podría exagerarse. “Hay cesio en todo lo que se come y plutonio en todo lo que se come y bebe”, expresó.
Los científicos aún están estudiando los efectos de la exposición a la radiación en las Islas Marshall en general.
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Eduardo Mulieri
Muy interesante nota