Alerta de miles de pescadores en México.
Se comen los huevos de otras especies, sobreviven varios días afuera del agua, sus duras escamas evitan que tengan depredadores y no se recomienda su consumo en humanos por contener mercurio y plomo.
Ahora es en Tamaulipas donde pescadores han alertado el exponencial crecimiento imparable de peces diablo (Hypostomus Plecostomus), que afecta a otras especies, exterminándolas, lo que a su vez afecta la economía de pescadores.
Por lo que los pobladores han creado estrategias para alejarlos de los ríos, ya que están acabando con especies de mayor demanda, como la tilapia, casta rica, pejelagarto y tenguayaca
La especie se ha establecido en ríos y lagos de México a raíz de algunos especímenes fueron introducidos por aficionados a los acuarios. Como ha ocurrido con otras especies invasoras como la rana toro o la perca del Nilo, al no encontrar un predador natural, la especie se ha convertido en una plaga incrementando su número y diezmando severamente la población de especies endémicas.
Debido a que la mayor parte de la plaga se encuentra en la Presa Infiernillo se le ha denominado “pez diablo” por los habitantes del lugar. En el caso del pez diablo, esto se debe a que tiene mucho éxito en alimentarse de los huevos y crías de otros peces como tilapia y pez plateado. Esta situación ha creado una situación crítica para los pescadores de la región. En diversos lugares hasta 70% de las capturas son peces diablo.
En libertad puede alcanzar los 40 cm, pero en acuario no suele pasar de los 30 cm, llegando a vivir 15 años. Es omnívoro y nocturno, permanece quieto u oculto durante el día. Relativamente tranquilo, aunque territorial con otros peces de fondo, por la noche sale de su escondite para comer.
Los plecos o peces diablo constituyen especies muy adaptables a la variabilidad ambiental, lo que los convierte en especies invasoras muy peligrosas.
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