Ideas para compensar la reducción de viajes por el virus.
Compañías aéreas de Asia y Oceanía ofrecen estos trayectos turísticos para generar ingresos.
Varias aerolíneas practican desde el mes de agosto algo inédito: vuelos a ninguna parte. Es la manera que han ideado para generar ingresos ante las restricciones de sus operaciones por la crisis del coronavirus. Se trata de trayectos nacionales, por lo que estos viajes no se enfrentan a las prohibiciones impuestas por la pandemia y pueden llevar pasajeros sin moverse de su país.
Entre las compañías aéreas que ya han ofrecido este tipo de vuelos se encuentran las siguientes:
La Japonesa ANA
La empresa ha movilizado para ello su Airbus de dos plantas A380, el avión de pasajeros más grande del mundo, destinado normalmente para sus viajes de Tokio a Honolulú. En el primer vuelo que realizó en agosto, los pasajeros, que fueron elegidos en un sorteo de lotería por el exceso de demanda, recibieron durante sus 90 minutos en el aire varios cócteles y un paquete de regalos inspirados en la tortuga marina con cuyos colores se ha pintado también este avión.
Cada pasajero llevaba mascarilla y aunque la aeronave tiene capacidad para 540 personas, su aforo se redujo al 64% para poder mantener la distancia de seguridad. En su discurso de bienvenida, el vicepresidente de ventas y marketing, Shinichi Inoue, explico al público: “No iremos a Hawai, pero hemos intentado que la gente pueda recrear esa experiencia”.
La Alemana Lufthansa creó una colección con piezas de aviones retirados.
La Taiwanesa StarLux Airlines
La propuesta de la aerolínea consistía en ofrecer la experiencia completa a sus viajeros, desde pisar el aeropuerto, pasar por migración, documentar equipaje, sala de espera y el abordaje para un vuelo real de dos o tres horas que no tiene otro destino que el mismo aeropuerto del que partió. Todo esto por U$S 160 dólares, incluyendo una comida preparada por un chef que ha sido reconocido con una estrella Michelin. Y lo mejor: agotando todos sus boletos en cuestión de minutos.
También el Aeropuerto de Taipei
El aeropuerto internacional de Taipei, por su parte, lanzó una nueva experiencia para los viajeros con “abstinencia por volar” ¿Cómo es el proceso? Los pasajeros hacen su check-in, pasan la seguridad, abordan el avión y se sientan con destino a ningún lado, porque en este caso la aeronave nunca despega. Pero eso sí, al “aterrizar” el vuelo que no fue, los pasajeros deben pasar por migración y aduana. La experiencia fue tan exitosa entre los taiwaneses, que el aeropuerto decidió realizar más vuelos “falsos” en las próximas semanas.
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Una vista aérea de la Antártida
La compañía australiana Quantas volverá a recuperar, con motivo de las restricciones de la pandemia, sus vuelos de 12 horas a la Antártida. En este caso, la idea es que los pasajeros disfruten sin salir del avión de las vistas de los glaciares de este continente. En su web advierten que la altitud es demasiado elevada para diferenciar bien la fauna, pero todos los viajeros, por turnos, podrán acercarse a la ventanilla y observar a lo lejos el paisaje blanco. Los precios van desde 730 euros en clase económica hasta 4.900 euros en business. Además, los viajeros pueden compensar la huella ambiental del viaje. “Nuestra misión es dejar este paisaje tan prístino como lo encontramos”, explican en su web, “por eso todos nuestros viajes a la Antártida son neutros en carbono”.
Singapore Airlines
La compañía está buscando lanzar vuelos sin destino que partirán y aterrizarán en el aeropuerto de Changi el próximo mes de octubre, en un intento por impulsar su negocio en crisis. Solamente estará disponible para los pasajeros nacionales.
La empresa planea explorar una asociación con la Junta de Turismo de Singapur para permitir que los pasajeros interesados paguen parcialmente dichos vuelos con créditos turísticos que serán otorgados por el Gobierno.
A propósito de la iniciativa una encuesta entre 308 personas que realizó su empresa encontró que el 75% estaba dispuesto a pagar vuelos a ninguna parte. El precio más popular que los encuestados estaban dispuestos a pagar por un asiento en clase económica era de 288 dólares, y el 45% de los encuestados dijeron que estaban dispuestos a hacerlo. Mientras tanto, el 40% dijo que estaba dispuesto a pagar 588 dólares por un asiento en clase ejecutiva. El 60% de los encuestados dijeron que preferirían que el vuelo durara dos horas.
De momento, la mayoría de estos vuelos a ninguna parte han surgido como respuesta a las restricciones a la aviación internacional por el coronavirus. Algunas compañías incluso aseguran que les puede venir bien para mover sus aviones y facilitar su mantenimiento. Queda por ver si, como la pandemia, esta actividad también pasará.
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