Lo solicitó el presidente del bloque de diputados nacionales del Pro Cristian Ritondo al Poder Ejecutivo.
Además de la habilitación de las actividades náuticas, solicitó la libre circulación por agua, suspendidas desde que se decretó el aislamiento obligatorio.
En un proyecto de resolución, motivado por un reclamo de la Cámara Argentina de Constructores de Embarcaciones Livianas (CACEL), Ritondo se hizo eco de los reiterados pedidos de la comunidad náutica a las autoridades y argumentó que el reclamo es genuino.
“Debemos asegurar el sustento de muchísimas familias y PYMES que viven del río o en actividades del sector, como guías de pesca, instructores náuticos, amarraderos, guarderías náuticas y otros, que podrían volver a la normalidad luego de más de seis meses sin ingresos o con ingresos limitados”, señaló.
Sobrevivir a la pandemia. El dramático testimonio de los guías de la Provincia de Buenos Aires.
Desde el punto de vista sanitario, Ritondo destacó el bajo riesgo de la actividad. “La naturaleza de la actividad aísla a los que la practican en un medio donde no se transmite el coronavirus como es el agua. Incluso cuando se fondean embarcaciones las personas están a más de dos metros de distancia. La náutica contribuye con la creación de espacios de recreación en un ambiente cuidado, que es necesario para no abandonar el fortalecimiento de la salud mental a la vez que se respetan los cuidados que la pandemia requiere. En una embarcación podrían organizarse salidas de familias convivientes y así se evitarían contagios”.
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