Tirarse a la pileta
Producto de la situación y la imposibilidad de movilizarse, la fabricación, construcción e instalación de piscinas vive uno de los mejores momentos de su historia. Con alternativas que van desde los $10.000 en el caso de las de lona, hasta el medio millón de pesos o más con las de material, los invitamos a zambullirse en una nota verdaderamente refrescante. Por Ignacio Faraj para Revista Aire Libre
Dice el Economista Juan Carlos De Pablo que en una inundación todos lloran, menos los fabricantes de colchones. Y tal vez esta misma teoría pueda aplicarse a otros rubros aún en medio de la mayor pandemia del mundo moderno. Aquellos que parecen haber sido tocados con la varita mágica del destino. A los que les tocó estar en el lugar y el momento indicados, justo cuando en la lotería sale “ese” número. ¿O acaso los fabricantes de alcohol en gel hubiesen imaginado que sus ventas se multiplicarían a la enésima potencia? Posiblemente, ni en el más afiebrado de sus sueños.
Y aunque parezca mentira, en medio de esta Argentina del desánimo, otro sector vive un boom como pocas veces había tenido: la fabricación e instalación de piletas de natación, un fenómeno que no para de crecer y agota stocks en todo el país.
Es que producto de una combinación de factores, todo hace pensar que este verano no va a ser fácil moverse del lugar de residencia. Entre hisopados, temores de contagio, dólar por la nubes y fronteras cerradas; son muchos los que están echando mano a los ahorros, pensando en cómo disfrutar el verano minimizando riesgos. Es que la consigna es clara: el aire libre, no se negocia!
Las consultas y contrataciones llegaron en el caso de algunas empresas a triplicarse respecto de años anteriores y aunque todos los consultados estarían dispuestos a invertir para aumentar su capacidad productiva, en muchos casos se encuentran con falta de insumos de parte de algunos proveedores.
Aptas para todo público
Seguramente el próximo sea un verano de altas temperaturas, casi tanto como la de una olla a presión. Y luego de meses de cuarentena más o menos flexible según la zona del país, todos los que pueden, lo que más quieren es un chapuzón para bajar la temperatura, al menos del termómetro.
Y cuando muchos ya empezaban a planificar vacaciones, playas, lagos y montañas, resultó que no todo sería tan sencillo. Así, muchas familias que avizoran un verano en casa, decidieron encarar un sueño postergado: la pileta.
Juan Manuel Cobe, Socio Gerente de Nahuel Camping, que ya tiene 42 años en el sector comercializando entre otro productos, piletas de lona, confirma que el público que está consultando en estos últimos tiempos es diverso, “desde el que no se puede ir de vacaciones hasta el que posee una casa en un barrio privado y no quiere resignar parte de su jardín con una piscina de fibra o material”.
Desde Rosario, Maximiliano Villafañe, propietario desde hace 25 años de la empresa que lleva por nombre el de su ciudad (Rosario), cuenta que en su caso, las consultas provienen de un público de clase media o alta. Las piletas que realizan no sólo son de material sino que algunas hasta tienen un acabado que simula arena. Así que si Mahoma no va a Río de Janeiro, al menos se puede sentir la sensación. Increíblemente, en esta temporada que recién está comenzando, el 40% de las consultas, concreta la operación; un porcentaje no sólo altísimo, sino impensado en el medio de la crisis.
Para Sebastián Oviedo Silva, que lleva 15 años desarrollando e instalando piletas de fibra con Placer Urbano, “sin duda el mejor momento es cuando el cliente está feliz con el trabajo terminado. Si bien para muchos es sólo una pileta, detrás de cada una de ellas hay enormes sacrificios por parte de quienes las adquieren y se transforma en un sueño cumplido”.
Podría decirse que Marcos Fernández se crió en una pileta, aunque no es guardavidas. Sucede que en el caso de Piletas La Mejor, la confección de piletas de lona, viene pasando de generación en generación desde su abuelo. En su caso, está al frente del negocio desde hace 30 años y su experiencia le dice que “la gente sabe que va a pasar las vacaciones en su casa y nuestro producto es una buena opción por precio calidad y comodidad. También, al estar cerrados clubes y piletas, muchas personas optan por las clásicas piletas de lona”.
Por su parte, Martín Giménez, titular de ABG Group, que construye piletas de material en el país y en Europa, sentencia: “nunca una piscina en dólares fue tan económica”.
Será entonces que habrá que hacer caso a las recomendaciones y pensar en echar mano a esos ahorros que estaban destinados al merecido descanso veraniego para poder disfrutar más del aire libre, aunque sin moverse de casa.
¡Eso sí, habrá que apurarse porque básicamente, casi no queda stock ni capacidad constructiva hasta enero!
Boom Boom Covid
Aunque la coyuntura hoy los lleve a la cresta de la ola, lo cierto es que al igual que la inmensa mayoría de las empresas argentinas, los fabricantes de piletas han tenido a lo largo del tiempo más rompientes y revolcones que otra cosa.
Así lo aseguran desde Piletas Facundo, una empresa familiar que hace más de 30 años se dedica a la construcción y mantenimiento de piscinas: “Hemos tenido buenos y malos momentos, como cualquier PyME argentina. Se puede decir que los primeros años fueron duros, también la crisis del 2001. Sin embargo, siempre resistimos y gracias al esfuerzo y trabajo en equipo pudimos sacar adelante la empresa”.
Todos tienen en común la misma palabra para salir adelante: esfuerzo. Y tal vez sea por eso que hoy la coyuntura, aún en el marco de una tremenda crisis, vuelve a darles revancha.
“Este año con respecto al año pasado las ventas se incrementaron un 100%, ya que peligrando una temporada de vacaciones afuera, o en la costa, uno pone sus ahorros en “vacacionar en casa” y adquirir una pileta es la mejor opción para eso. Si bien en temporada alta siempre hay un gran movimiento de consultas, este año fue inusual, creemos que puede mantenerse o mermar un poco una vez que todo esto “pase”, pero hay que ver que consecuencias trae la nueva normalidad”, afirma Oviedo Silva (Placer Urbano).
Para el rosarino Villafañe, las ventas se incrementaron un 130% respecto a años anteriores, y ya desde hace un mes, están cubiertos de trabajo hasta enero de 2021. Y por supuesto la catarata de consultas superó ampliamente sus expectativas. Sin embargo, confiesa que “al margen de la demanda que hay, estamos sufriendo un gran desabastecimiento en cuanto a los materiales de construcción y accesorios. Si no fuese eso, sería nuestro mejor momento”.
Desde Nahuel Camping son optimistas y ven con muy buenos ojos esta temporada venidera en función del contexto ya que además de los factores en común con el sector, comentan que las cadenas de retail no están importando grandes cantidades de piscinas de lona, con lo cual se verán favorecidos frente a un canal que usualmente es muy poderoso.
Entre los consultados por Aire Libre, la otra empresa que se dedica a la fabricación y venta de piletas de lona, La Mejor, comentan que al ser un producto de temporada, el volumen de venta depende directamente del termómetro. Pero este año, por primera vez en su historia, las están vendiendo nada menos que desde el mes de julio.
Escuchar estos comentarios parece ciencia ficción en la Argentina 2020, pero lo cierto es que el segmento está exultante y con motivos de sobra. “Posiblemente este sea el mejor momento desde nuestros inicios. Ya hemos triplicado nuestra productividad en los últimos 4 meses y prevemos nuevas inversiones”, confirma Martín Giménez (ABG Group), todavía sin poder creer esto que se parece más a un sueño, que a la pesadilla global en la que el mundo está inmerso.
De todo, como en Botica
Aunque nada tenga que ver con esto Eduardo Bergara Leumann, lo cierto es que sí, en cuanto a piscinas hoy hay de todo, como en Botica, y más también: de lona, de fibra, de material, con venecitas, pintadas o con terminación de arena. Todo depende de la decisión del cliente y la disponibilidad del bolsillo. Teniendo eso en claro, siempre aparecerá un genio de la lámpara (o mejor dicho, de la pileta), para satisfacer los deseos.
Queda claro que hoy, el negocio de las piscinas es como tener el As de Espadas en la última mano. Pero a lo que todos apuestan es a que este verano no sea justamente el final del partido, sino a una continuidad en el tiempo. Para ello todos vienen invirtiendo o, mejor dicho, reinvirtiendo. A ninguno le sorprenden los vaivenes del país, pero sin embargo todos están dispuestos a apostar para crecer.
Seguro que para este verano habrán ganado el primer partido. Y ojalá al volver a mezclar el mazo, haya Ases de Espadas para muchos más; fabricantes y clientes.
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