La nueva aventura en solitario de Antonio de la Rosa
El aventurero español quiere ser la primera persona que cruza a remo el estrecho de Drake, desde el sur de la Patagonia hasta la Antártida.
Antonio de la Rosa (Valladolid, España, 1969) pasó recientemente a la historia del deporte aventura al convertirse en el primer ser humano en cruzar el Pacífico con una embarcación de paddle surf.
Después de superar la fase más aguda de la cuarentena por el coranavirus, el próximo sueño épico ya tiene diseño: Cruzar el estrecho de Drake a remo y en solitario desde el sur de la Patagonia Argentina hasta la Antártida (1.000 km), para después transformar la embarcación de apenas 7 metros de eslora, en un pequeño velero y continuar navegando, una distancia promedio de 2.000 km que separan la zona peninsular del continente Antártico, de la Isla de Georgia del Sur, emulando el arriesgado viaje que hace algo más de 100 años, hizo el explorador polar, Emest Shakelton, junto a una reducida tripulación de 5 personas en una barcaza, para poder salvar su vida y la de la tripulación del Endurance, quienes durante 16 meses quedaron atrapados en la gélida región Antártica.
Finalmente y al igual que hiciera ese explorador al llegar a la ensenada Cove en la costa Oeste de la isla de Georgia, Antonio de la Rosa tendrá que enfrentar y superar una complicada sección de trekking y glaciares en la isla, hasta la estación ballenera de Husvik donde logrará completar el periplo.
“Me voy a encontrar olas de 12 metros, vientos que pueden llegar a superar los 150 kilómetros por hora”, explica De la Rosa. El peligro constante le hará estar alerta permanentemente: “Si estuviera relajado podría llegar a cometer cualquier error me daría un golpe el mar y estaría muerto flotando al lado del barco porque nunca podría llegar a la embarcación”, aseguró.
La expedición tendrá un costo aproximado a los 200.000 euros, los que serán aportados por empresas que pueden aportar patrocinios desde 20.000 euros hasta la categoría Exclusive, cuyo costo será de 192.000 euros que le permite incluir su logo en el 70% del barco, en la indumentaria del aventurero y hasta la posibilidad de usar su imagen en campañas de publicidad entre otros beneficios.
El brutal reto acabará recorriendo 50 kilómetros con esquís: “La familia y los amigos más directos casi me animan a no ir”, nos cuenta Antonio de la Rosa. Estos días ha probado en el Mar Menor la embarcación de la aventura y de paso ha ayudado a limpiar el plástico de esas aguas. Para muchos los fondos submarinos son su lugar preferido.
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