Las armas de Santa Fe

En toda la provincia circulan 170 mil legales

Estiman, sin mayores fundamentos, que otras 340 mil se encuentran en el circuito clandestino. Por Guillermo Muttoni.

15 de Agosto. De acuerdo a los registros de la Agencia Nacional de Materiales Controlados en la provincia de Santa Fe hay en la actualidad 102.403 usuarios registrados que declararon 170.105 armas de fuego, informa hoy el Diario La Capital.  Y el autor de la nota añade algo que de tanto repetirlo se va consolidando en el imaginario colectivo, “se estima que por cada una en el circuito legal hay dos ilegales”. Ello lleva a titular la noticia de esta forma “En toda la provincia circula medio millón de armas de fuego”.

En 2018, las armas registradas eran 164.559 correspondientes a 100.313 usuarios, mientras en 2017 había 98.337 personas con permiso para poseer 159.586 unidades registradas. Para “determinar” las ilegales el autor multiplica por dos las legales y alli llega a la conclusión que en 2020 solo aumentaron las ilegales en 5000 unidades, sin ninguna otra justificación que no sea matemática. Parecería que a más usuarios legales más armas ilegales, cuando debería ser a la inversa, teniendo en cuenta:

1. La existencia del Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego y Municiones que en la edición 2021 en toda la provincia se hicieron 620 actas de recepción, sacando de la calle 796 armas de fuego, 13.727 municiones y 162 materiales sin incentivo con un aporte total de poco más de tres millones de pesos a quienes entregaron material.
2. Que entre el 1 de enero de 2020 y el 30 de junio de 2021 se registraron 5.496 armas de fuego secuestradas por fuerzas dependientes del Ministerio de Seguridad de Santa Fe. Equivale a un promedio de un poco más de diez armas de fuego secuestradas diariamente por las fuerzas de seguridad provinciales dentro del territorio de la provincia.

A juzgar por lo que señala la noticia “las agencias nacionales y provinciales que se encargan del control de armas están avanzando en un esquema conjunto de trabajo en pos de desplegar en el territorio santafesino una campaña de registración y empadronamiento de usuarios, para regularizar la situación de miles de personas que tienen armas que el Estado no conoce“. La puesta al día de legítimos usuarios vencidos, muchos de ellos por la implementación del sistema monopólico de exámenes médicos, algo que luego fue corregido en 2020, es solo una parte del camino que debería recorrerse pero que es insuficiente si se pretende recuperar la confianza de los usuarios en el sistema de control.

Máxime cuando la noticia también señala que la intervención estatal en materia de armas de fuego está poniendo el foco en las armerías comerciales registradas citando una investigación judicial reciente que habría arrojado información reveladora sobre el manto de ilegalidad que envuelve la venta de municiones en Rosario. Desde AICACYP consideramos inadmisible aceptar esta difamación. Las armerías compran y venden municiones a usuarios debidamente autorizados para hacerlo. De esto no cabe ninguna duda.

Te invitamos a leer y descargar este informe que publicamos en Aire Libre 25 de Noviembre 2016

Tal vez deberían aplicarse otras medidas, que como señala el periodista “están destinadas directamente al control de la propia fuerza policial, que en diversas investigaciones aparece comprometida en la facilitación de armamento a las bandas delictivas. En ese sentido, el gobierno provincial implementó una serie de medidas para ceñir la filtración de armas y municiones policiales, entre las cuales se destacan el marcaje e identificación de las balas, el control institucional del gasto de municiones, la modernización normativa y las inspecciones a armerías policiales.”

Y amplia. “La implementación de esta serie de medidas arroja datos significativos: mientras en el período 2014/2019 se filtraron desde la policía 502 armas de fuego, lo que implica un promedio de 7 por mes; en los años 2020/2021, el número medio de armas perdidas bajó a más de la mitad, promediando 3 armas de fuego por cada mes: en 2020 fueron 41, y en lo que va de este año suman 34 las armas sustraídas o perdidas.”

Desde el año 2015, el más espinoso en la materia (se llegó a 121 armas cortas y largas sustraídas o extraviadas), la curva se fue menguando progresivamente. En comparación, los años 2020 y 2021 representan una disminución significativa con respecto a los años anteriores: el 2020 es más de tres veces menor que en 2015, y 30 por ciento menos que 2019.

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