Tres nadadores franceses recorrieron 122 km a nado a través del lago.
Entre ellos el paralímpico francés Théo Curin, a quien le amputaron las extremidades de niño por una meningitis.
Théo Curin, Malia Metella y Matthieu Witvoet, 21, 39 y 27 años , protagonizaron un desafío titánico y hasta ahora inédito. Los tres nadadores franceses hicieron la travesía del lago Titicaca y nadaron 122 kilómetros (75 millas) de los 190 km que tiene este lago navegable situado a 3.812 metros de altitud en el altiplano andino. Su itinerario los llevó de Copacabana (Bolivia) a las islas flotantes de los Uros frente a la bahía de Puno (Perú).
El reto llamado “Desafío Titicaca” fue en autosuficiencia y sólo les acompañó un pequeño catamarán (2,30 m de longitud por 2 m de ancho y 400 kilos) remolcado con sus propias fuerzas. En la embarcación tenían placas solares, una litera para descansar, comida, botiquín y trajes de neopreno de repuesto. Hasta la fecha nadie tuvo interés en nadar prácticamente este lago que comparten Bolivia y Perú. La aventura se cocinó en la mente del activo e inquieto Théo Curin, que decidió cambiar su preparación de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 por el “Desafio Titicaca”.
En los Juegos Paralímpicos de Rio de Janeiro 2016, y con sólo 16 años, finalizó cuarto en la prueba de 200m estilo libre. Curin manifestó que “durante el primer confinamiento decidí dejar a un lado mi carrera como nadador paralímpico dado que la competición se había vuelto demasiado complicada para mí porque nadaba en la misma categoría que los chicos con ambas manos. En ese momento ya tenía una nueva idea en mi mente. Crear mi propia expedición y donde yo estableciera las reglas. Así es como nació la travesía del lago Titicaca. Después de algunos meses de arduo trabajo y con la colaboración de Anne Bayard dimos viabilidad al proyecto gracias a nuestros patrocinadores y a mis compañeros de aventura -Malia Metella y Matthieu Witvoet- que aceptaron mi propuesta hace catorce meses y se comprometieron 100% con el desafío.”
En la travesía al lago Titicaca le acompañaron la exnadadora profesional Malia Metella, subcampeona olímpica en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004 en los 50 metros, y el ecoaventurero Matthieu Witvoet con muchos desafíos a sus espaldas.
Malia Metella regresó a los entrenos metódicos en setiembre de 2020, después de aceptar la “locura” propuesta por Curin. En su momento reconoció que “tener que nadar 122 km para una nadadora de distancias cortas no es realmente fácil y más después de llevar 11 años parada. Acepte este desafío para salir de mi zona de confort y no me arrepiento de mi decisión. He descubierto algunas nuevas habilidades y el fantástico universo de nadar en aguas abiertas”.
Matthieu Witvoet es otro trotamundos de la aventura. Entre sus logros está haber dado una vuelta al mundo en bicicleta, pedaleando 18.000 km, en compañía de su primo Quentin Witvoet. Fue el año 2017 y el objetivo del recorrido era conocer a hombres y mujeres de todo el planeta que recogen, reciclan y reutilizan los residuos plásticos. En octubre de 2018, cruzó a nado el estrecho de Gibraltar -17 km en 5h17min- con su hermano Lucas y su novia Chloé con la intención de alertar de la contaminación por plásticos de los océanos. Witvoet es un pluriatleta aficionado y preocupado por los temas medioambientales del planeta.
El Desafío Titicaca además de la vertiente deportiva quiso sensibilizar y generar conciencia sobre el medio ambiente y en concreto una llamada a la atención para preservar el lago. A la finalización de la travesía el catamarán fue donado al centro de Investigación para el Desarrollo (IRD) para realizar proyectos en el lago Titicaca. El IRD es una institución francesa pública de investigación, que defiende un modelo original de cooperación científica equitativa con los países del Sur para la realización de objetivos de desarrollo sostenible.
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