La aventura en el ADN
El actor y conductor de Disney y ESPN ha practicado deportes extremos en tierra, agua y aire, y protagonizó mil aventuras riesgosas. Pero su cable a tierra es acompañar a su padre a pescar. Por: Wilmar Merino
En sus casi 41 años parecen haber entrado varias vidas. Es que el hombre probó de todo en lo que a materia de deportes extremos y en contacto con la naturaleza se refiere: hizo desde bungee jumping a sky acuático, sin olvidarnos del wakeboard, el barefoot o el buceo, el tirarse en paracaídas o volar en parapente.
Y todo con la sonrisa compradora que enamora a padres y chicos en el canal Disney, en el que condujo durante 12 años Zapping Zone, luego en The U-Mix Show (2012-2014) y Pijama Party (2014-2017), trabajó en series como O11CE (2017-2019) y fue cantante de bandas juveniles, antes de que la señal adquiriera a ESPN y lo reubicara más cerca de otra pasión en su vida, el Fútbol, por lo que ahora transmite Copa Libertadores, al tiempo que sigue en Disney actuando en la serie Freeks. “Hice ciclos de entretenimientos como las presentaciones de Violeta y Soy Luna o Highshool Musical. Fui telonero de los Jonas Brothers cantando con la banda Highway Rodando la Aventura, que salió de una serie de Disney antes que hubiera otras series musicales”, agrega. Ante tanta adrenalina y vértigo, sin embargo, a Dany Martins, que de él hablamos, lo baja a tierra el simple hecho de acompañar a pescar a su primer héroe: su papá.
Daniel Rodrigo Martins, más conocido como Dany Martins, es un presentador de televisión, locutor de radio, actor, actor de voz y cantante argentino. Formó parte de elencos como el de Chiquititas o Campeones de la vida. En 2000 ingresó a Disney Channel como conductor de un programa tipo magazín llamado Zapping Zone, siendo el único conductor que estuvo los doce años que duró el programa.
Allí su rol era el de presentar y protagonizar las aventuras más alocadas, esas que lo llevaron a practicar deportes extremos que terminaron siendo su pasión.
-Imagino que cuando te convoca Disney no esperaste verte saltando de un avión o arriesgando el cuero en mil deportes extremos…
– En realidad mi vida con los deportes extremos empieza cuando arranca Caramelito en Barra, en Canal 13 y me mandaban a hacer notas de bicicross, a tirarme en paracaídas y un montón de actividades que por entonces eran nuevas. En Disney arranco con Zapping Zone en el 2000 y seguí con esa línea de deportes de aventura. Me tiré en paracaídas tres veces, hice bungee jumping, rafting… todo!. Imaginate, en 12 años hice unas 500 notas de deportes extremos.
-¿De todo lo que probaste que te gustó más?
– Me enganché mucho con el wakeboard, el surf, todo lo que tiene que ver con el agua me encanta. Incluso haciendo una nota en el (río) San Antonio, en el Delta, probé hacer barefoot, que es como esquí acuático pero descalzo. ¡Me di unos palos impresionantes!. Pero cuanto más me la pegaba, más quería. Probé todo, absolutamente todo. Hice Wake surf, que es arrancar con la lancha y tu tabla y luego soltarte y hacer surf con la misma ola de la lancha y una tabla de surf cortita. Yendo al río a practicar eso también empecé a manejar lancha, saqué el carnet de timonel, y empecé a tener más contacto con la naturaleza.
-¿Alguna de esas actividades acuáticas te produjo un encuentro inesperado con algún ser de la naturaleza?
-Inesperado no, porque se trataba de un parque acuático, pero en Orlando nadé con delfines. No podías alimentarlos ni nada, pero nadé con ellos y fue algo hermoso. No podía creer como un animal podía entender tanto al humano, tener esa conexíon… hice ese truco en el que te tomás de la aleta y te lleva. Fue inolvidable para mí.
-La adrenalina también te llevó a probarte en el aire con diversas disciplinas.
-Hice locuras en el aire también (ríe). Hice parapente, cosas que no te podés imaginar…
-Ya me vas a contar, pero antes… ¿Cómo es esto de animarse a todo? ¿Nunca aparece esa cosita loca llamada “miedo”?.
-La adrenalina te supera y no tenés miedo. Cuando te tirás al vacío, ya sea de un avión en paracaídas o en bungee junping, es un momento en el que se te pasa toda la vida por delante de tu cabeza. También hice vuelos acrobáticos con Julio Benvenutto y Carlos Bianchi, que con el avión dieron vueltas para todos lados, hizo caída libre, etc. Pasa que a mí me ponen una cámara adelante y yo me transformo. Es un desafío lograr la nota, mostrarle a la gente que yo podía hacerlo.
-¿Dónde hiciste Bugee Jumpling?
-Hice en Bariloche. Tomar la decisión de tirarte al vacío sabiendo que estás agarrado de los pies… no es fácil. En la tercera vez me tiré en Nordelta. El instructor me dice -´¿Ya hiciste ésto?` y cuando le dije que sí me dijo -`Entonces no vas a sentir adrenalina´. Y yo le dije que sí quería, que cómo podíamos hacer. Y el tipo me dijo que me tire de espaldas. Ni bien terminó de decirlo, sin pensar nada me tiré de espaldas. Eso hace la cámara, vos querés hacer bien la nota siempre.
-Pasemos a algo más tranquilo. Sé que la pesca te genera un fuerte vínculo con tu papá. ¿Me contás?
-Tengo un hermano y una hermana más grande. Pero el que acompaña a pescar a mi viejo soy yo. Mi viejo es pescador de toda la vida. Mi papá, Norberto Martins, nos llevaba a pescar de chiquitos. Teníamos casa en Mar del Plata y nos íbamos a pescar en Mar de Cobo, donde salían corvinas negras, rayas y tiburones. Un día acompañé a mi viejo a pescar y tenía su caña en la mano y me da un tirón tremendo… empiezo a los gritos “¡papi vení!”… no podía tenerla…. Por suerte llegó pronto y empieza una pelea tremenda. Al final de cuentas agarra un cazón de un metro y medio, lo saca, toda la playa vino a ver el cazón que sacó mi viejo. Y yo me sentía el hijo más orgulloso del mundo. Otra vez mi viejo me dice: “me parece que me enganché”… y la caña se doblaba toda…empezó a hacer la guitarrita con el nailon y aflojaba. Así varias veces, hasta que sacó un chucho tremendo. Lo más normal del mundo era sacar corvinas en el muelle, en las escolleras, comer lo que pescaba mi papá. Tengo el recuerdo de ver las corvinas colgadas en una soga. Y a la noche cenarlas. Yo fui el que más lo acompaño a mi viejo con la pesca y lo sigo acompañando. El ahora se hizo socio del Club de Pescadores Olivos, y una vez por me lo acompaño. Me encanta compartir esos momentos con mi viejo. La satisfacción de acompañarlo, contarle historias, cebarle mates o comer unos sandwichitos nos une.
– Y a vos, más allá de acompañar a tu papá, ¿Te hace bien estar en el agua sin “intentar matarte” con esos deportes extremos, solo pescando?.
Soy muy malo pescando, pero siento totalmente un efecto terapéutico con la pesca, con el río. El otro día fuimos en la lancha de un amigo, Sebastián Borras, y ni bien me subí le dije “yo ya estoy, eh”. Con solo navegar y escuchar el ruido del motor, eso solo para mí es terapéutico. Y acompañar a mi viejo, de 81 años… es mi placer.
El futbol: pasión de ayer y hoy
Como si nunca se acabaran los resquicios en su vida para sumar deportes al aire libre a su historia, Dany también atesora un pasado como futbolista. Jugó en Argentinos Juniors, llegando a jugar con el Cuchu Cambiasso en “el bicho”.
“Soy de Villa Ballester, partido de San Martín y toda mi infancia la pase en el club San Andrés. Mi hermano Diego Martins fue jugador de fútbol profesional, con paso por Argentinos Juniors y All Boys, y estuvo con Pekerman en la selección. Yo jugué en argentinos Juniors con el Cuchu Cambiasso, el Pocho Insúa, y después no quise seguir más y me anoté en basket. Ahora que ya no juego sigo vinculado al futbol por Disney: hago la transmisión de Copa Libertadores para ESPN, que es señal de Disney. En 2010 dije que me quería pasar a deportes y recién en 2019 me pasan a Copa Libertadores. Así que transmito en Facebook Watch desde los estudios de Espn los partidos de Copa Libertadores, haciendo relatos y comentarios, previa y final.”
Me enoja el desperdicio de agua
Dany lo sabe bien: el agua es la vida. Y en su caso, el medio en el que más disfruta. Por eso le duele verla malgastada.
“Yo tengo un problema muy grande con el agua: cuando veo que se desperdicia me vuelvo loco. Veo un caño roto y me enoja, o en un bar si veo que dejan correr el agua del inodoro y nadie lo arregla… me quema la cabeza.
-¿Te duele también lo que pasa con los humedales del delta y las quemas?
– La quema de pastizales me molesta mucho. Soy muy amante de la naturaleza, creo que hay lugares que hay que dejarlos como está. El Delta es lo que más me gusta, y verlo cambiar en estos 20 años en los que el ser humano fue avanzando me preocupa. La gente ocupa y ocupa más terreno. Creo que hay lugar para el hombre y la naturaleza. Lo que está pasando en Nordelta con los carpinchos… es que ellos reclaman el terreno que les era propio. Cuando Walt Disney compró pantanos en La Florida por centavos hizo lo mismo, construir en una zona de pantanos, y por eso dos por tres aparece algún caimán, porque eran lugares de la naturaleza. Con las quemas pasa igual, se avanza sobre la naturaleza de una manera desmedida y no paga nadie las consecuencias. Hay que hacer las cosas bien, tiene que haber lugar para el hombre y respetar ciertos espacios de la naturaleza.
Un susto buceando en Puerto Madryn
En su perfil de Instagram vemos imágenes de sus viajes al Caribe, disfrutando del elemento que ama: el agua. Pero también quisimos saber si alguna vez su pasión por los deportes acuáticos llegó a hacerle temer por su vida.
Cuenta Dany: “El elemento que me tira es el agua. De hecho trato de viajar todos los años al Caribe porque con mi mujer nos instalamos, nos metemos en el agua y no nos sacan en todo el día. Me gusta el mar bravo, me gusta el mar calmo, me gusta el agua salada como venga. En Cuba y República Dominicana nos encanta la buena onda de la gente. También conocemos México. Hicimos muchas excursiones a los cenotes, especialmente a uno donde había que pasar debajo del agua para llegar al otro, durante 3 cenotes. Y de los 20 que éramos pasamos tres. Mi novia –por aquel entonces- no quiso arriesgarse. He buceado en muchos lugares del mundo, pero donde peor la pasé fue en el sur argentino. En Puerto Madryn me puse el traje, voy a bucear y apenas me bajan dije “tengo frío” (con señas). Me hacían otras señas como que siguiera, que no pasaba nada… seguí avisando que tenía frío y no me daban bolilla… hasta que a los 15 minutos estaba temblando, no podía ni mover el brazo. Me subieron y estaba con principio de hipotermia. Cuando estoy volviendo a puerto el tipo del buceo me dijo que tenía un traje L y yo era M, entonces el agua entraba y volvía a salir, por eso todo el tiempo mi cuerpo estaba en contacto con agua fría… me dijeron que no saben cómo aguanté 15 minutos. Era una nota de ver un barco, ver ballenas… y casi termina en tragedia.
Aquel encuentro con Jane Goodall
Etóloga inglesa y Mensajera de la paz de la ONU, Jane Goodall es pionera en el estudio de los chimpancés salvajes y desarrolló durante sesenta años un estudio sobre las interacciones sociales y familiares de los chimpancés salvajes en el parque nacional Gombe Stream en Tanzania. Es la fundadora del Instituto Jane Goodall y del programa Roots & Shoots (Raíces y Brotes). Ha hecho una gran labor en materia de conservación y bienestar animal sobre la especie genéticamente más cercana al Homo sapiens y sus hallazgos revolucionaron los conocimientos que se tenían no solo de los chimpancés, sino también del ser humano.
“Jane Goodall vino a la Argentina a dar una charla para niños en Temaiken, y como Disney estaba trabajando con esa Fundación me convocaron para conducir el encuentro. Hice una presentación, le transmitía las preguntas de los chicos además de hacerle mis propias preguntas. Luego del evento me quedé hablando con ella y me pareció que tenía una buenísima onda. No se guarda nada. Fue una genia total, tuvimos una charla de dos horas, larga pero hermosa”, dice Dany.
-Gracias por la entrevista Dany, como dijimos al principio sumaste en pocos años experiencias de varias vidas. ¿Te quedó algo en el tintero?.
-Siempre uno tiene objetivos, pero en este caso creo que con todo lo que he pasado me he dado casi todos los gustos. Y lo agradezco.
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