El control de la pesca en la Provincia
Para que mañana haya pescado, es necesario que haya peces hoy.
Desde octubre del año pasado, un decreto que lleva la firma del gobernador Omar Perotti dispuso la transferencia de los controles de pesca en todo el ámbito provincial del ministerio de la Producción, Ciencia y Tecnología hacia el de Ambiente y Cambio Climático.
Con dicha medida se busca la unificación del sistema pesquero provincial, mediante un cambio de visión. El mismo tiene que ver con asegurar la sostenibilidad ambiental para hacer posible la sostenibilidad social y económica (“para que haya pescado mañana, tenemos que cuidar a los peces hoy”). Eso es lo que explicita el decreto N.º 2127/2021, a través del cual se transfieren las competencias de control establecidas por Ley N.º 13.920, en su artículo 17, inciso 10.
Cabe recordar que hasta el año 2007 esas competencias estaban bajo esta misma órbita. Pero entonces un decreto de la gestión de aquellos años la había traspasado a Producción. Y ahora el control volvió a Ambiente.
La provincia de Santa Fe está atravesada en su límite Este por el río Paraná y una infinidad de cursos menores de este gran sistema hídrico, además de otros ríos -como el Salado-. Controlar la depredación ictícola pareciera ser casi un imposible. ¿Cómo evitar la pesca ilegal en pequeños arroyos en medio del humedal, lagunas y canales secundarios?
Con ese propósito, el ministerio de Ambiente dispone de un cuerpo de agentes de la Dirección General de Manejo Sustentable de los Recursos Pesqueros que controla la actividad. ¿Es esto suficiente? Los mismos son asistidos además por los agentes de la Guardia Rural Los Pumas y por la Prefectura Naval Argentina Delegación Santa Fe. De forma conjunta, lo que se intenta es concientizar a la población sobre el impacto negativo que tiene la práctica de la pesca ilegal, al tiempo que se realizan los controles para evitarla.
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En paralelo, se dispuso de una línea telefónica gratuita a través de la cual cualquier ciudadano puede denunciar un caso de pesca ilegal en cualquier punto de la provincia. El mismo es el 0800 555 6768 opción 4.
La semana pasada, por ejemplo, un lector de El Litoral denunció la presencia de un pescador que atravesó su malla de pesca de orilla a orilla en un tramo del río Salado, a la altura de la localidad de Recreo. Y tras la denuncia, los agentes de Ambiente concurrieron al lugar y lograron retirarla del río para evitar su depredación.
Las mallas de pesca están habilitadas por ley. Pero las mismas deben tener un diámetro mínimo de 16 centímetros en cada orificio. Además, no pueden ser dispuestas de orilla a orilla en ningún curso de agua provincial.
Eso mismo fue lo que ocurrió hace unos meses atrás en la desembocadura de la laguna Setúbal, aguas abajo del Puente Oroño, en la ciudad de Santa Fe. En aquella ocasión, fue un guardavidas quien advirtió a los agentes de la Prefectura Naval Argentina que patrullaban la zona, y se arrojó luego al río para intentar retirar la malla. Lo que ocasionó un momento de discusión y tensión con los pescadores que se encontraban al otro lado del río, sobre la costa de Alto Verde. Todo a la vista de quienes circulaban por la Costanera. Y fue Prefectura quien finalmente dispuso el orden.
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La pesca comercial está permitida en Santa Fe únicamente tres días a la semana: los martes, miércoles y jueves. Mientras que la de subsistencia (pescador y su núcleo familiar) y la deportiva se pueden llevar a cabo todos los días, esta última con devolución obligatoria, y siempre respetando la normativa vigente.
Mientras se realizan dichos controles, las autoridades provinciales lanzaron una campaña para reempadronar a todos los pescadores. Antes, los registros indicaban que eran aproximadamente unos 4 mil -comerciales y de subsistencia-. Habrá que ver el número que arroje el nuevo relevamiento. Cada pescador es identificado, se precintan y enumeran sus artes de pesca y se le coloca una oblea a su embarcación. Luego se le otorga su licencia o, en caso, se la renueva.
Mientras tanto, el cuidado del recurso ictícola y de la fauna en general sigue siendo un imperativo que demanda la responsabilidad de cada ciudadano, más allá de las competencias y responsabilidades del Estado. Porque como dice la norma, “para que mañana haya pescado, es necesario que haya peces hoy”.
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