Edgardo Mazzeo: “Siempre hay futuro, hay que ver la parte positiva y apostar a crecer”
Por Pedro Piccolo para Revista Aire Libre
Toda una vida dentro de la empresa familiar que lleva más de 110 años, es en la Argentina, más que una aventura, casi un milagro. En esta entrevista transitamos esa historia que hizo que de sesenta empleados pasaran a dos, y casi fundirse. Pero siempre con espíritu positivo y apostando al crecimiento, hoy siguen desarrollando nuevos productos con mucho futuro.
Aire Libre: Lubrilina comenzó en 1910 y ya era de su familia; cuéntenos un poco de aquellos inicios.
Edgardo Mazzeo: Mi abuelo se incorpora a la empresa y luego queda a cargo. Era una sociedad y él era el que se ocupaba de la formulación de productos. La empresa en ese momento tenía dos patas, una era el aceite de máquina de coser y la otra, el lubricante de armas.
AL: ¿Cuándo se incorporó usted y cómo ha evolucionado la empresa desde esos lejanos comienzos?
EM: Me incorporé en los años 70, intentando darle un nuevo empuje a la empresa. La realidad del país hizo que esto se vaya dilatando hasta prácticamente salir del mercado por la impronta importadora que había. En los años 97/98 fue cuando se pudo dar un impulso fuerte. Pero cuando es una empresa familiar no hay posiciones muy definidas. Si hay un piso sucio se barre y lo barre cualquiera. Hoy el titular de la empresa es mi hijo, yo estoy como respaldo.
Y la evolución es como la de cualquier empresa argentina: primero una etapa de un gran desarrollo, en los años 70 había sesenta personas trabajando. Y en los 90, éramos dos al borde de la quiebra. Siempre pasando temporales pero sin dejar de apostar.
AL: Su empresa atiende otros sectores además del vinculado a nuestro sector, ¿Cuáles son? ¿Qué preponderancia tiene cada uno en la empresa?
EM: Atendemos también al sector textil, fabricamos y vendemos el aceite para las máquinas de coser industriales. También tenemos quitamanchas, y toda una línea de productos para la producción textil. Vendemos a los importadores de máquinas y grandes distribuidores. Si por las circunstancias del país la industria textil decae, crece la vida al aire libre, crece el negocio o el rubro de las armas y del camping, y lo mismo a la inversa.
AL: ¿Cómo es el proceso de desarrollo de productos nuevos que vienen fabricando? Tienen un equipo que trabaja en ello? ¿Cuál es su producto estrella? ¿Y el que tiene mayor futuro?
EM: Estamos permanentemente desarrollando productos nuevos, ahora estamos trabajando sobre la certificación de un lubricante lo que sería un CLP. Es el equivalente a un lubricante de última generación de Estados Unidos, sean sintéticos o sean naturales. También estamos trabajando en pavón frío para armas y cuchillos.
Hay productos nuevos que se venden mucho y muy bien, pero el producto estrella para nosotros es el lubricante de armas, es el que nos dió identidad. Para dar una idea, en los manuales del ejército se habla de aplicar Lubrilina, eso nos da identidad. Creo que la línea de baquetas es algo que va mejorando año a año, y hay muchos productos que todavía están en desarrollo. Pero decir cual es el que tiene mayor futuro sería una lotería.
AL: ¿Qué porcentaje de su portfolio es nacional y que porcentaje es importado tanto en el producto final como materias primas?
EM: Diría que el 80% de los productos son nacionales. Hay algunos aditivos y alguna materia prima importada, pero básicamente es todo nacional. Apuntamos a lo nacional si bien hay productos que tenemos la necesidad de importar.
AL: ¿Cree que los usuarios de armas tienen buen grado de conocimiento respecto del mantenimiento y del cuidado del material? ¿Qué cree que podría hacerse desde la Cámara para capacitar al público usuario?
EM: Creo que como en todos los rubros los argentinos no somos de leer los manuales. Nadie se compra una licuadora y lee el manual. No tenemos hábitos de limpieza. El que tiene un arma y sale a cazar una vez al año le pasa un trapito y listo, no limpia el arma.
Y en el caso de Aicacyp, se han hecho talleres de uso de armas y siempre se puede hacer más. Pero para que se note debería ser masivo y esto requiere una puesta en marcha muy importante. Me da la sensación que es más responsabilidad nuestra como empresa.
AL: ¿Cómo imagina el futuro del tiro deportivo en Argentina?
EM: Yo creo que el tiro ha pasado de un bajón hace 10 años y hoy está otra vez levantando. Está creciendo día a día con diferentes torneos de aire comprimido, carabina, etc. El costo de la munición conspira contra el crecimiento pero el tiro especializado no ha perdido fuerza nunca.
AL: Ha viajado a otros países promoviendo su empresa?
EM: No, no lo hemos hecho. Una Pyme siempre está en el punto de equilibrio, entonces hay veces que ese tipo de desafíos puede quedar grande porque significa ampliar la estructura del negocio, sumar más personal, y toda una serie de cosas que en Argentina no se sabe cuándo te dejan mal parado.
AL: ¿Qué expectativas tiene con el regreso de la expo Aicacyp-Aire Libre de 2022?
EM: Creo que va a haber masividad en la asistencia más allá de los problemas que pueda significar. Se está en un momento que es difícil importar y hay que tener en cuenta que el 80% o más de la mercadería de la Expo Aicacyp es importada.
AL: ¿Cuáles son los principales inconvenientes que deben enfrentar hoy las empresas?
EM: Francamente no creo que haya inconvenientes nuevos. Una empresa en Argentina tiene que tener cintura para sobrevivir, y muchas veces ni siquiera lo logra. Todas las mañanas es un desafío constante ver qué pasa con el dólar, con las normas laborales. No hay particularmente nuevos problemas. Creo que en nuestro gremio las resoluciones que tomen los gobiernos con respecto a la ANMAC, al funcionamiento y a la entrega de credenciales, son fundamentales.
AL: ¿Cómo avizora el futuro tanto de su empresa como del sector y del país?
EM: Siempre hay futuro, siempre hay que ver la parte positiva y apostar a crecer. Pese a todo, yo creo que el país va a crecer. Somos un sector que tiene dos patas: una es el esparcimiento y la otra es la seguridad. En algún momento los gobiernos van a gastar más en seguridad y la gente en esparcimiento.
Edgardo
- Estado civil: casado
- Hijos: 2
- Club de futbol: Boca
- Hobby fuera del sector: La vela
- Hobby dentro de las actividades del sector: No tengo mucho tiempo, pero me gusta la pesca
- Desde cuándo lo practica: lo practico desde chico, pero me gustaría hacerlo más. Vivíamos en Martínez e ir al río a pescar era una diversión infantil.
- Cual es su producto fetiche: Es muy difícil. El producto más deseado y que más me costó obtener fue el pavón frío, que nos llevó 8 años poder desarrollarlo.
- De qué marca es fanático: Ninguna
- Su pesca más recordada: Siempre la pesca en el Paraná
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MANUEL ORUE
otra nota excelente. No sabía que casi todos los insumos básicos que utilizan son legítimamente argentinos. Pensé francamente que todo era de importación y aquí envasado. Saber que estaba en un error me alegra profundamente por lo que sea industria nacional. Desde mis 14 años, que mi viejo me enseñó a tirar con el revólver “Colt caballito” (así le decía. Era policía) .38 sp. aprendí por él a limpiar el arma después de cada sesión de tiro con lubrilina y el “trapito”. Y seguí mi costumbre hasta que después de 1986 los productos importados comenzaron a reemplazarla. Después del 2000 hasta la pandemia (hace dos y medio años que prácticamente no concurro al Tiro) sólo practiqué esporádicamente por los sucesos de falta de seguridad y además porque la política del gobierno fue el slogan “tenés un arma tenés un problema” lo que para mí generó en las personas una especie de rechazo y alejamiento a todo aquél que las poseyera sin importar, como dice el dicho, ni pelo ni marca. Lamentable pero cierto. Ahora que mi nieto cumplió los 21 años me acerqué nuevamente al Tiro porque le he prometido tramitarle la CLU para ir juntos a practicar este hermoso deporte.