“Saben que no es cierto, pero siguen repitiendo lo mismo”
Columna de Opinión del Dr. Marcelo Torche para el portal El Pinguino.com
Hace pocos días se generó una polémica en atención a la colocación de un letrero por parte de la Asociación Chilena del Rifle, que llama a no renunciar a la legítima defensa; no se puede entender cómo alguien pueda oponerse a la defensa legítima de la persona y de su familia, la que ella se produce si alguien se encuentra frente a una agresión de carácter ilegítimo, para repeler esa agresión; y es claro que se tiene el derecho y el deber de defenderse y de defender a su grupo familiar, pero para poder hacerlo es necesario contar con los medios necesarios para obrar de un modo competente, no es entendible que ante una agresión perpetrada por delincuentes armados se pretenda que alguien solo se defienda con los puños; y si el derecho a la vida es un derecho fundamental, también debe serlo poder contar con los medios para poder defender la propia vida y la de nuestras familias.
Consultada al respecto la señora delegada presidencial, lo que expuso es el mismo discurso desgastado, trasnochado y falso que desde hace mucho rato viene repitiendo el Gobierno, como ya lo hemos demostrado en columnas de semanas anteriores. Lo primero que dijo es que los delincuentes ocupaban armas debidamente inscritas y que se las roban, lo que es falso, las armas que ocupan los delincuentes son armas internadas ilegalmente al país, la delegada no podía hacer esa afirmación, ya que mediante consulta de fiscalización efectuada mediante Oficio Nº 5283 – 2022, por el Diputado Johannes Kaiser al fiscal nacional respecto a “informar el porcentaje de armas de fuego inscritas respecto del universo de aquellas usadas a nivel nacional en la comisión de delitos”, el fiscal nacional don Jorge Abott, mediante Oficio FN Nº 480/2022 de 16 de junio de 2022, informó: “…al igual que todas las Instituciones del Sistema de Justicia Penal, el Ministerio Público utiliza para el registro de la información delictual el Sistema Único de Códificación Penal que establece anualmente la Corporación Administrativa del Poder Judicial, la cual si bien en general contempla delitos conforme a su tipificación legal, no incluye precisiones como las consultadas en el Oficio Nº 5283.”. En consecuencia su afirmación no es cierta y carece de todo respaldo.
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En todo caso, la cifra total de armas inscritas usadas en delitos a través de toda la historia de Chile no supera el 8%; y entre los años 2017 al 2021 es solo del 3,46% conforme a los estudios particulares basados en el total de armas que ingresaron en custodia o decomiso en el mismo período. Como podemos ver, en este sentido los dichos de la señora delegada presidencial están muy alejados de la realidad.
Otra afirmación que no es cierta es que los países con menos armas sean países con menos violencia, la realidad es absolutamente todo lo contrario, de modo que no puede manifestar que en otros países en que se ha hecho control de armas haya disminuido la violencia porque eso no es verdad, pero vale una aclaración previa: en Chile se hace control de armas y de manera rigurosa, eso se encuentra regulado en la Ley Nº 17.798 sobre “Control de Armas y elementos similares” y en el Reglamento de esa Ley, de modo que no puede insinuar siquiera que no se haga control de armas en el país, que es uno de los países más rigurosos en el mundo en materia de control de armas.
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Ahora vamos a las cifras, sabemos que no son buenos para ellas, por eso es mejor que se las demos y de esa forma demostrar que los países con mayor violencia y con más homicidios son aquellos que tienen las armas prohibidas o fuertemente restringidas, porque los países con mayores tasas de homicidios y delitos violentos son aquellos que tienen prohibidas las armas de fuego o las tienen fuertemente restringidas para los ciudadanos honestos; en consecuencia, más armas legales en manos de ciudadanos honestos no producen más crímenes violentos; sin embargo, es frecuente ver la correlación negativa, esto es, más armas legales, menos crimen violento. Los países más violentos de la OECD son los que restringen el acceso a las armas de fuego para los ciudadanos honestos, y ese patrón se repite a nivel mundial.
Es mentira que en aquellos países en que están prohibidas las armas de fuego exista una disminución en la tasa de homicidios y delitos violentos, para muestra podemos analizar dos países con igual número de habitantes, ambos con 8.200.000 personas, me refiero a Honduras y Suiza. En Honduras existe prohibición de armas de fuego a los ciudadanos civiles, en Suiza se pueden adquirir y portar armas de fuego con libertad, al punto que uno de cada dos ciudadanos es dueño de un arma de fuego, pero Honduras es el país que tiene la tasa de homicidios más alta del mundo y Suiza tiene el índice de homicidios más bajo del mundo; en consecuencia, resulta del todo claro que el problema no son las armas, ni tampoco que la población esté autorizada a adquirir y utilizar armas de fuego.
En Gales e Inglaterra se prohibieron las armas a particulares en 1996, pero el índice de delitos violentos, incluido el de homicidios, aumentó.
El desarme de las personas honestas solo beneficia a los delincuentes que no se desarman ni inscriben sus armas.
No al desarme de las personas que respetan la ley.
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